Alerta en Telecinco: ¿se está agotando ‘Sálvame’?
El formato líder de las tardes durante años acusa el paso del tiempo con audiencias a la baja y un terremoto interno para reinventarse por enésima vez. Varios expertos analizan la crisis del programa
Sálvame está en crisis. El programa bandera de Telecinco, pilar de su programación y paradigma del modelo de todo el canal, está en horas bajas. Ya no hace falta ni siquiera mirar los datos de audiencia para darse cuenta. Los cambios en el programa empiezan esta misma semana. Habrá movimientos de fichas entre los directores de los formatos de su productora, ...
Sálvame está en crisis. El programa bandera de Telecinco, pilar de su programación y paradigma del modelo de todo el canal, está en horas bajas. Ya no hace falta ni siquiera mirar los datos de audiencia para darse cuenta. Los cambios en el programa empiezan esta misma semana. Habrá movimientos de fichas entre los directores de los formatos de su productora, La Fábrica de la Tele: David Valldeperas y Alberto Díaz, anteriores regidores del programa, pasan a ser colaborador y director del Deluxe, respectivamente, mientras que Óscar Cornejo, máximo responsable de la productora, será el relevo al frente del espacio vespertino.
Delante de las cámaras también habrá movimientos en los próximos días, algunos de los cuales aún no se han anunciado. Desde este lunes, Belén Esteban presentará un espacio de testimonios en la franja final. Carlota Corredera, primero directora del programa y después una de sus presentadoras, lo condujo este viernes por última vez para ponerse al frente de un nuevo formato con la misma productora. En enero, la primera hora del programa se reinventó bajo el título Lemon Tea, con Terelu Campos y María Patiño al frente, espacio que este lunes desaparece. En febrero la presentadora Adela González se incorporó para ocuparse de añadir contexto relacionado con la actualidad. Poco después se conoció el despido de Paz Padilla por “incumplimiento de su obligación como presentadora”. Hasta Pasión de gavilanes ha intentado encontrar su hueco en esa franja. A todo ello, se suma la Operación Deluxe, que investiga la supuesta revelación de datos privados por parte de un policía y que ha salpicado a varios nombres del programa. Es evidente que las aguas están revueltas en Sálvame.
Sobrevuelan este terremoto los datos de audiencia. Aunque no se puede decir que sean catastróficos, los números no acompañan. Por comparar con algo de perspectiva, este miércoles 23 de marzo Sálvame Lemon Tea tuvo 1,3 millones de espectadores (12,2% de cuota de pantalla) y Sálvame Naranja, 1,4 millones (14,4%). Antes de la pandemia, el 22 de marzo de 2019, Sálvame Limón tenía 1,5 millones de espectadores (13,6%) y Sálvame Naranja lograba 1,7 millones (17,8%). Son datos solo ligeramente superiores a los de ahora, pero hay una diferencia clave: entonces lideraban holgadamente, y ahora Antena 3 supera a Telecinco en varios momentos de la tarde.
En este panorama, Sálvame afronta su enésima reinvención. En sus 13 años de vida, el programa, cuya influencia en la cultura popular y audiovisual se ha dejado notar incluso en las tertulias políticas y deportivas de otros canales, ha organizado desfiles de moda, ha disfrazado a sus colaboradores de todo lo disfrazable, los ha obligado a convivir encerrados en una casa, a aceptar retos a cambio de dinero, les ha mostrado merendando, llorando, riendo, cocinando, midiendo sus cocientes intelectuales, ha tenido defensores de la audiencia, consejos de vida saludable y para protegerse de la covid… ¿Qué tiene esta reinvención de especial para que hayan saltado todas las alarmas? “La pandemia nos ha cambiado a todos, el espectador ya no quiere asistir a polémicas en casas ajenas y quiere descubrir mundos amplios de miras. No quiere ver gente encerrada en un plató discutiendo por sus cosas y quiere abrir más la mente”, dice el periodista y analista cultural Borja Terán.
Uno de los puntos de inflexión clave en esta crisis del formato es, según los expertos, la muerte de la periodista y colaboradora de Sálvame Mila Ximénez el 23 de junio de 2021. “Era un personaje muy identificable por el público potencial del programa, una mujer curtida en la vida, que ha sufrido, que ha sido una triunfadora, pero con mucho de perdedora…”, dice Terán. Concuerda Diana Aller, analista de televisión y guionista de programas de entretenimiento que ha colaborado con La Fábrica de la Tele. “Ella podía resumir en su propia persona lo que era Sálvame, un lugar donde se da voz a una mujer que se puede enfadar, que conecta con varias generaciones, que es una borde pero con un punto de ternura. Una especie de luto pesa sobre Sálvame desde que murió”.
Aller apunta a otros factores para el lento desgaste del espacio. Entre ellos, se encuentra la dispersión de responsabilidad entre sus varios presentadores, en lugar del liderazgo irrefutable de los primeros tiempos de Jorge Javier Vázquez. También el agotamiento de unos colaboradores cuyas vidas se convirtieron hace tiempo en el contenido principal del espacio: “Hay savia nueva, con mucho desparpajo, pero les falta consolidación”, dice la guionista. O renovar los temas de los que se tratan: “La vida de Isabel Pantoja la hemos escudriñado tanto que lo siguiente será inventársela”. Pero el principal problema para ella en un programa que se había ajustado perfectamente a la actual “sociedad líquida”, gracias a su mirada irónica a la realidad, es que la fórmula se ha desgastado. “Es el ciclo vital del entretenimiento”.
Enrique Guerrero, profesor de Comunicación en la Universidad de Navarra, va más allá y explica la crisis del programa en relación con la parrilla tanto de Telecinco como de su principal competidor, Antena 3. En su tesis, son clave dos formatos, Pasapalabra y El hormiguero, dos programas que antes pertenecieron a Mediaset: El hormiguero nació en 2006 en Cuatro, donde permaneció hasta 2011, que pasó a Antena 3; Pasapalabra estuvo en Antena 3 desde el año 2000 hasta el 2006, en Telecinco entre 2007 y 2019 y regresó a Antena 3 en 2020. El tirón que ejerce Pasapalabra en las tardes de Antena 3, con el efecto arrastre que beneficia al informativo nocturno y el efecto antesala que hace que la última media hora del concurso que le precede, ¡Boom!, experimente un ascenso continuado en su curva de audiencia, hace que el ecosistema en el que Sálvame está insertado no funcione.
Borja Terán también apunta a problemas en la programación de Telecinco que trascienden a Sálvame. “Telecinco debería pensar en el error que es abaratar tanto los costes de la televisión para ser más rentables, que al final les ha hecho perder grandes productos de éxito, primero El hormiguero y luego Pasapalabra, que parecía solo un concurso y se ha demostrado que era una fuerza fundamental del canal. Perder Pasapalabra ha supuesto perder el liderazgo”, resume. Antena 3 selló en febrero su cuarto mes consecutivo como líder, y parece que repetirá triunfo en marzo. Como explica Guerrero, la parrilla de Telecinco está organizada en grandes unidades de programación, con espacios de larga duración. “Antena 3 tiene una parrilla mucho más fragmentada. Eso tiene mayor coste, pero al mismo tiempo, hace que si tienes un problema con una de las unidades, sea más sencillo su sustitución”, añade.
Por eso, la crisis de Sálvame se podría extrapolar a una crisis del modelo total de Mediaset, un grupo audiovisual con una programación que se retroalimenta, que crea sus propios personajes, con tramas que saltan de unos programas a otros, mañana, tarde y noche. Un sistema que no se puede permitir la caída de una pieza clave del entramado como es Sálvame. “Se agarran a un modelo que ha funcionado un tiempo”, dice Diana Aller. “Pero es evidente que este formato de colaboradores y corazón está más que trillado”, plantea la guionista. “La gente ya no quiere ver realities de convivencia porque ya hemos tenido bastante con un confinamiento, queremos salir, ver platós coloristas, que te entretengan”, añade Borja Terán. “En Telecinco se hace todo en el mismo plató, que es como una falla en llamas, está todo quemado”. Para el analista televisivo, Mediaset hace televisión para una audiencia que ya no existe: “La generación nini, para la que trabajaba Telecinco, ha evolucionado, ahora están trabajando, han evolucionado en madurez”.
Con este diagnóstico, es turno de buscar el remedio. ¿Tiene salvación Sálvame? Responden los expertos. Para Enrique Guerrero, “lo lógico desde el punto de vista de la programación no es cambiarlo todo radicalmente, sino hacer cambios internos en los programas, y si eso no funciona, hacer cambios en la parrilla, en el ecosistema, que es en lo que están ahora. Y si no funciona tampoco, tendrán que plantearse si hay una cuestión de fondo de modelo televisivo, que creo que es el trasfondo de esta crisis”.
“La tele es muy imprevisible, pero creo que hay que aprender de la historia de la televisión”, sostiene Borja Terán. “Y la historia nos dice que cuando un programa se convierte en otro programa, termina acabándose. Pasó con ¡Qué me dices! (1995-1998), que cuando dejó de funcionar lo reinventaron con colaboradores y no funcionó, o con Sé lo que hicisteis (2006-2011), que cambiaron la escenografía con un sofá al estilo Friends y acabó cerrando. La Fábrica de la Tele va a intentar proteger esa franja porque es muy jugosa para la productora. Si cancelan el programa, puede entrar otra productora y que La Fábrica de la Tele deje de ser uno de los grandes motores de Telecinco”.
“Siempre es mejor una salida digna y dejarlo en alto, saberse marchar”, opina Diana Aller. “Porque cualquier cambio que vayan a hacer no va a ser a mejor, eso lo dice la experiencia televisiva. Pero no creo que tengan mucho margen de maniobra desde la productora, es Mediaset quien decide. La apuesta de Mediaset por el corazón y los realities necesita renovarse porque el público está demandando otras cosas”, concluye.
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