Vuelve ‘This Is Us’, el sorprendente éxito de una rareza en la televisión de hoy
El drama familiar estrena en España su quinta temporada mientras que emite sus últimos capítulos en Estados Unidos
En tiempos de plataformas, thrillers densos, personajes atormentados y comedias oscuras, el éxito de This Is Us, un emotivo y luminoso drama familiar con dosis extra de almíbar y lágrimas, es una de las últimas grandes rarezas de la televisión estadounidense. Tras su estreno en 2016 se convirtió en todo un fenómeno que se refleja en cifras. En su tercera temporada alcanzó una med...
En tiempos de plataformas, thrillers densos, personajes atormentados y comedias oscuras, el éxito de This Is Us, un emotivo y luminoso drama familiar con dosis extra de almíbar y lágrimas, es una de las últimas grandes rarezas de la televisión estadounidense. Tras su estreno en 2016 se convirtió en todo un fenómeno que se refleja en cifras. En su tercera temporada alcanzó una media de 13,8 millones de espectadores. El episodio que NBC emitió después de la Super Bowl de 2018 llegó a los 27 millones de espectadores, cifra que no veía un drama de la cadena en casi 15 años. El público estaba más que dispuesto a dejarse llevar por una historia que supo retorcer los tópicos del género de forma inteligente y jugar con la narración, con giros de guion que atraparon al resabiado espectador actual.
This Is Us sorprendió desde su capítulo inicial, que mostraba la historia de una familia en dos líneas temporales diferentes pero entrelazadas, algo que solo se descubría la final del episodio. La fórmula funcionó y no solo sedujo al público, también a la crítica y a los votantes en los premios: ha sido la última serie de una cadena en abierto estadounidense en competir por el Emmy al mejor drama. Ahora, mientras que en Estados Unidos se preparan para decir adiós definitivamente a los Pearson con la emisión de la sexta y última temporada, ha llegado a España, con un retraso de más de un año, su quinta entrega.
La espera, poco frecuente en unos tiempos en los que la emisión de las series de forma simultánea en todo el mundo es ya prácticamente una norma, ha puesto a prueba la paciencia de los espectadores españoles. Mientras que en las cuatro primeras temporadas la serie llegaba a través de Fox Life con pocos días o semanas de diferencia respecto a la emisión en su país de origen, la quinta se retrasó tanto que nunca llegó a verse en el canal de pago. La demora terminó este jueves con su incorporación al catálogo de Prime Video.
En la línea de dramas familiares con toque culebronesco como Parenthood y Cinco hermanos, This Is Us demuestra que las fórmulas de siempre todavía pueden funcionar en la televisión de ahora. La receta puede parecer sencilla, pero requiere que se alíen varios ingredientes que no siempre encuentran su hueco y su momento adecuado. Por un lado, y como hace The Good Doctor y todavía maneja con eficacia probada Anatomía de Grey, está el factor emotivo, con tramas que dan hueco a los sentimientos y consiguen conectar con el espectador, que encuentra en ellas un oasis en forma de refugio para la catarsis emocional. La estructura narrativa de la serie, con sus distintos planos temporales y juegos de espejos entre ellos, permite crear cierto misterio y sembrar pistas sobre el futuro de los personajes, componiendo una especie de puzle que el televidente intenta reconstruir antes de que la trama lo explique. Además, la diversidad en los personajes y los temas tratados, desde cuestiones raciales y de identidad hasta las adicciones o la obesidad, facilita la identificación del espectador.
Esta quinta entrega retoma la historia de los Pearson y su ya consabida narración con saltos temporales que muestra el pasado, presente e incluso futuro de los tres hermanos protagonistas y su entorno familiar. Diseñada y grabada en los primeros meses de la pandemia, la ficción comandada por Dan Fogelman optó por incorporar a sus tramas las consecuencias de la nueva realidad, con su incertidumbre, sus mascarillas, confinamientos y crisis económica. Sin embargo, en la sexta temporada, que desde principios de enero se emite en Estados Unidos, la pandemia ya es historia y los personajes se refieren a ella como algo del pasado, de forma que la voluntad de representar un mundo en el que el espectador pudiera reconocerse se ha roto, ya que la emisión de estos capítulos ha coincidido con la explosión de la variante ómicron.
Aunque la temporada pasada sufrió un descenso en su seguimiento respecto a los excelentes datos de temporadas anteriores, la serie se mantuvo en la lista de las 10 más vistas en el curso 2020-2021, formando parte de esa pequeña resistencia de ficciones televisivas que se mantienen fuertes en la televisión en abierto a pesar de la pujanza de las plataformas. Esa fortaleza llevó al reparto a pedir una compensación económica. Aunque cada actor fue contratado por un salario diferente al principio de la serie, aprovecharon su éxito para renegociar sus condiciones tras la segunda temporada. Así, llegaron a cobrar 250.000 dólares por episodio, todos por igual, pero lejos de los 540.000 dólares que gana Mariska Hargitay por cada episodio de Ley y orden: Unidad de víctimas especiales o los 20 millones anuales para Ellen Pompeo por Anatomía de Grey.
Aun así, Milo Ventimiglia, Mandy Moore, Chrissy Metz, Justin Hartley, Sterling K. Brown, Susan Kelechi Watson, Chris Sullivan y Jon Huertas forman el reparto mejor valorado económicamente de la televisión en abierto. Para los últimos 18 episodios, negociaron en bloque, apoyados por el creador, Dan Fogelman. Finalmente, 20th Television y NBC aceptaron pagarles un cheque adicional por la temporada completa de dos millones de dólares a cada uno, a excepción de Jon Huertas, que cobró un millón porque no formaba parte del reparto fijo originalmente.
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