‘Ojo de Halcón’, la sorpresa navideña de Marvel
Era difícil imaginar que la serie dedicada al menos glamuroso de ‘Los Vengadores’ iba a ser tan disfrutable, pero el carisma de Hailee Steinfeld y las calles de Nueva York han obrado el milagro
En la hilarante novela Saga, de Tonino Benacquista, una cadena contrata a cuatro guionistas para desarrollar una serie de la que no esperan audiencia alguna. La premisa es sencilla: “Hagan lo que quieran mientras sea barato”. Lo que sucede después merece que rebusquen la novela, tristemente descatalogada. Avanzaré que el equipo se viene tan arriba que incluso pergeña la destrucción de Nueva York meteorito mediante. Eso sí, austeramente, sin explosiones ni Empire State hecho añicos...
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En la hilarante novela Saga, de Tonino Benacquista, una cadena contrata a cuatro guionistas para desarrollar una serie de la que no esperan audiencia alguna. La premisa es sencilla: “Hagan lo que quieran mientras sea barato”. Lo que sucede después merece que rebusquen la novela, tristemente descatalogada. Avanzaré que el equipo se viene tan arriba que incluso pergeña la destrucción de Nueva York meteorito mediante. Eso sí, austeramente, sin explosiones ni Empire State hecho añicos, solo con los personajes narrando el cataclismo.
No se le supone a Marvel desinterés por la audiencia ni necesidad de austeridad, sin embargo también se ha apuntado a la cháchara en detrimento de la acción. En Loki infrautilizaron al personaje más burbujeante de su universo y hasta a un caimán con casco —esto último es imperdonable— en favor de explicaciones farragosas que llegaron a su cénit en un final más cercano a aquellas conversaciones estomagantes del Banco Sabadell que a una serie de superhéroes. Seguía la senda que ya había iniciado Falcon y el Soldado de Invierno con su parloteo sobre lucha de clases —cuando lo que queríamos era lucha libre— y nos dejaba la sospecha de que Bruja Escarlata y Visión había sido un bello accidente, tan excepcional como su premisa.
Resulta paradójico que quien haga recuperar la fe sea Ojo de Halcón, el menos glamuroso de Los Vengadores. Pero hay truco, gran parte del brillo se lo proporciona el abrumador carisma de Hailee Steinfeld y a Marvel le sienta tan bien la savia nueva como cambiar las galaxias por las calles neoyorquinas y los facinerosos en chándal. El resultado es una gozosa serie de aventuras que no pretende ser El halcón y la flecha ni Scaramouche, pero por momentos ha tenido ese regusto añejo de los clásicos que tanto abrigan en las sobremesas navideñas.
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