Que caiga Gilead

El distópico régimen represor, patriarcal y puritano de ‘El cuento de la criada’ apela a algunos debates del presente

Elisabeth Moss, en una escena de la cuarta temporada de 'El cuento de la criada'. En vídeo, el tráiler de la última temporada.Vídeo: EPV

Gilead es, en la serie El cuento de la criada (en HBO), lo que queda de unos Estados Unidos convertidos en un feroz régimen totalitario, represor, patriarcal, ultrarreligioso y puritano. (Algo así acaba de pasar en Afganistán. Y pasa en muchos otros países de los que hablamos menos).

En Gilead, la familia vuelve a su versión tradicional en una atmósfera decimonónica. Las esposas dejaron...

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Gilead es, en la serie El cuento de la criada (en HBO), lo que queda de unos Estados Unidos convertidos en un feroz régimen totalitario, represor, patriarcal, ultrarreligioso y puritano. (Algo así acaba de pasar en Afganistán. Y pasa en muchos otros países de los que hablamos menos).

En Gilead, la familia vuelve a su versión tradicional en una atmósfera decimonónica. Las esposas dejaron de trabajar para ser amas de su casa. Sus maridos las pueden azotar. Las escasas mujeres fértiles son secuestradas, violadas y obligadas a engendrar a los hijos de las familias bien. (En España el 13% de las mujeres dice haber sufrido agresiones o abusos sexuales. Cada año hay casi 30.000 víctimas de violencia machista, esa que los ultras se empeñan en negar. En terceros países hay granjas de mujeres gestantes).

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En Gilead, el natalismo es cuestión de Estado y el aborto se castiga con la pena de muerte. (Texas acaba de aprobar tales restricciones al aborto que puede ser castigado un taxista por llevar a una mujer a la clínica. El Tribunal Supremo ha evitado pararlo).

Los hombres de Gilead apenas tocan a sus castas esposas, pero se desfogan en burdeles. (Dice la ONU que hay en el mundo al menos 2,5 millones de víctimas de trata, en su mayoría para la explotación sexual).

En Gilead, las lesbianas son “traidoras a su género”, y ejecutadas o deportadas a las colonias, lugares tóxicos por la radiación. (En plena UE, ciudades de Polonia se declaran “libres” de LGTBI y en Hungría nada sobre la homosexualidad puede estar al alcance de los menores. De ataques homófobos aquí ni hablamos).

Las mujeres esclavizadas en Gilead se juegan la vida por escapar a Canadá, donde se les da refugio a ellas y a los niños que logran sacar. (Occidente levanta muros a los que piden asilo. También a mujeres oprimidas y a niños).

Esperamos con ansiedad la quinta temporada de El cuento de la criada, a ver si nos regala de una vez la derrota de Gilead. El fin de la regresión.

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