El algoritmo de Monchi
El departamento de Datos y el de I+D del Sevilla F. C. desarrolla aplicaciones con software propio con el que busca perfeccionar la labor de detección del jugador perfecto y que también emplea en el resto de áreas de negocio del club, como la cantera o la venta de entradas
En 2003, el director deportivo del Sevilla F. C., Ramón Rodríguez, Monchi, recibió una llamada de su ojeador de referencia en América Latina para fichar a Dani Alves, un futbolista de 18 años que jugaba en un equipo de la segunda división brasileña. No había más referencias que la apuesta personal de ese empleado, Antonio Fernández, que llegó a poner su cargo a disposición del presidente del club en el caso de el futbolista res...
En 2003, el director deportivo del Sevilla F. C., Ramón Rodríguez, Monchi, recibió una llamada de su ojeador de referencia en América Latina para fichar a Dani Alves, un futbolista de 18 años que jugaba en un equipo de la segunda división brasileña. No había más referencias que la apuesta personal de ese empleado, Antonio Fernández, que llegó a poner su cargo a disposición del presidente del club en el caso de el futbolista resultara un fiasco. El Sevilla lo fichó, después de una temporada cedido, por 800.000 euros y cuatro años más tarde lo vendió al FC Barcelona por 36 millones de euros. Si esta operación se hubiera realizado hoy probablemente Fernández hubiera respirado más tranquilo porque su intuición hubiera sido avalada por la avalancha de datos empíricos desarrollados y tratados por una aplicación que el club ha desarrollado con su software propio para afinar en la toma de decisiones y que forma parte de un proyecto transversal que busca aplicar los algoritmos de machine learning o aprendizaje automático al resto del club para ganar en eficacia deportiva y financiera. “Es el paso necesario para actualizarnos y adaptarnos a los nuevos tiempos, porque van por aquí”, sostiene Monchi.
En un contexto social donde ya quedan pocas cosas que no se puedan medir, traducir la intuición a números parece cuestión de tiempo. El mundo del deporte no es ajeno a esa búsqueda por transformar la percepción subjetiva en números y en ese proceso de datificación, el Sevilla ha encontrado “la cuadratura del círculo”, en palabras de su director deportivo. El equipo del Nervión ha creado una aplicación basada en la inteligencia artificail, AIFootball, que se nutre de los informes subjetivos de los ojeadores y del análisis objetivo de los datos. “Esto nos permite acortar el tiempo en la búsqueda de futbolistas y el margen de error”, señala Monchi.
Con él al frente de la dirección deportiva, el Sevilla ha perfeccionado en los últimos 20 años un modelo de negocio exitoso y rentable basado en la generación de plusvalías con la venta de jugadores, un sistema en el que el diseño y el manejo de bases de datos ya se había convertido en un elemento clave. Con la salida del directivo del equipo en 2017, tanto él como el club iniciaron caminos paralelos en la profundización de la adaptación de los algoritmos a la dirección técnica. Monchi lo aprendió de primera mano en su nuevo destino, la Roma, donde su entonces propietario, el empresario norteamericano Jim Pallota había incorporado a la escuadra italiana sistemas de machine learning que se utilizaban la NBA. El Sevilla, ante la incertidumbre deportiva, quiso implementar un sistema que apoyado en datos pudiera garantizar una fiabilidad a la hora de hacer fichajes, al margen del entrenador o del director deportivo que estuviera al frente, un empeño que en la capital andaluza empezó a liderar su director general, José María Cruz de Andrés y para el que contactaron en Alemania con Elías Zamora, uno de los responsables de GetCapital AG, una empresa de gestión de activos industriales que desarrolla aplicaciones de inteligencia artificial para inversiones.
Para cuando Monchi regresó al Sevilla, en marzo de 2019, la colaboración entre José María Cruz Gallardo, responsable de la sección de datos del club, y Zamora había germinado en un proyecto que el directivo sevillista terminó de definir, dotándolo de un contenido que ha permitido desarrollar la aplicación con la introducción de mejoras metodológicas aportadas por su equipo de scouting. “Introdujimos lo que ellos llamaban principios de juego: no solo cuántos pases da un jugador, sino qué significa pasar bien; qué significa habilitar…”, explica Zamora. “Son elementos subjetivos que nosotros transformamos en una fórmula matemática”, apunta.
Con la llegada de Monchi se puso en marcha el departamento de I+D comandado por Cruz Gallardo y vinculado directamente a la dirección técnica deportiva, y en 2021, conforme se fue definiendo la complejidad de la aplicación AIFootball en función de las demandas del director deportivo del Sevilla, se constituyó el departamento de Datos, que dirige Zamora, y que funciona como una sección transversal que da soporte al resto de la entidad. “Lo que nos hace diferentes es que toda la capacidad de desarrollo y de software la generamos en el Sevilla, no tenemos que externalizarla, y con profesionales andaluces”, puntualiza Zamora. Entre ambos departamentos están empleados 22 profesionales de alta cualificación.
La aplicación AIFootball no solo incluye parámetros objetivos y mensurables —datos físicos, contextuales, cinemáticos o técnicos―, ni las inquietudes metodológicas y tácticas del equipo técnico —como definir secuencias como remates a puerta después de pases desde fuera del área, o qué es juego elaborado o juego directo, donde, como explica Zamora, no solo tiene que ver el jugador concreto sino el colectivo―, también aspira a buscar jugadores que no solo sean los mejores en cada posición a nivel de datos, “sino desde el punto de vista de la opinión de nuestros técnicos”, abunda Zamora, que pone ejemplos de futbolistas que han triunfado en el Sevilla y que, a priori, no hubieran contado con el aval de los requisitos medibles.
“El carisma no se puede medir, pero es muy importante, la jerarquía no se puede medir, pero es esencial”, señala Zamora. Esa percepción subjetiva la aporta el equipo de ojeadores de Monchi a través de sus propias valoraciones que también se incluyen en la coctelera de machine learning de la aplicación del club.
Por eso, cuando Monchi afirma que un jugador “ha pasado los filtros que tiene el club para decidirnos”, significa que viene avalado por el análisis exhaustivo que proporciona el software del Sevilla que permite comprender y evaluar el rendimiento del futbolista y su potencial adaptación a la plantilla y requerimientos del entrenador y por la intuición y experiencia del equipo técnico. “La aplicación nos permite jugar con gran variedad de parámetros”, sostiene el director técnico del club.
‘Datificación’ de 360º
En los tiempos del fútbol moderno, no solo basta con dar con el fichaje adecuado, es vital adelantarse al resto y rentabilizar al máximo un proyecto deportivo. Y allí la experiencia en el ámbito de las finanzas de Zamora también es un activo en la datificación 360º a la que se ha encomendado el club. Además de la aplicación AIFootball, el Sevilla tiene en marcha desde febrero de 2022 es AIRadar, que permite detectar jóvenes promesas de menos de 23 años a partir de cómo está siendo su rendimiento en sus respectivas ligas a través del seguimiento de 32 competiciones en todo el mundo.
Otra aplicación que funciona desde diciembre de 2021 es AITracking, que realiza un seguimiento de todos los jugadores que han pasado por la cantera sevillista para detectar las operaciones de traspasos de las que el club puede obtener beneficios por su formación.
El Sevilla también está desarrollando otra aplicación para optimizar la venta de entradas a partir de los datos de los abonados, su afluencia al estadio... “Esto nos permite fidelizar a quienes suele venir o sacar a la venta más localidades a través de predicciones”, indica Zamora. Su equipo también trabaja en el diseño de otras aplicaciones para detectar posibles patrocinadores. “La ventaja es que es software propio y puede estar evolucionando y actualizándose constantemente conforme a nuestros intereses, sin tener que externalizarlo ni depender de terceros y además también podemos comercializarlo”, explica Cruz Gallardo, en otro ejemplo de la polivalencia del modelo de negocio del que presume el Sevilla. Hay equipos y federaciones interesados en el software diseñado en el Sevilla F.C. que el club tiene interés en comercializar.
Zamora define el uso del machine learning de estas aplicaciones como una “refinería” que destila los datos que procesa de otras bases de información. Pero el uso de datos no termina en el diseño de herramientas para optimizar el funcionamiento y los ingresos de la entidad. El departamento de I+D que dirige Cruz busca incorporar a ese manejo de los datos a especialistas ajenos al mundo del fútbol, vinculados a la ciencia, la aeronáutica o la ingeniería y darles una salida a través de la formación, con el objetivo de mejorar los sistemas de entrenamiento de la cantera y detectar el talento que puede llegar al primer equipo o venderse a otros clubes.
En un mundo en el que nada escapa a los algoritmos, el Sevilla no solo no quiere ser una excepción, sino que se ha posicionado como un club de referencia en la generación de software avanzado y especializado con un sistema pionero. Pero en el que, como advierte Monchi y hasta que no se encuentre la fórmula matemática que pueda definirlo, el sentido común y la experiencia también cuentan.
Aplicar los datos a la cantera
El departamento de I+ D que dirige José María Cruz Gordillo se apoya en un equipo de Medicina y Ciencia del Deporte, que aborda cuestiones relacionadas con los entrenamientos y la nutrición; en el grupo de los antiguos responsables de la dirección técnica deportiva que trabajan codo a codo con el departamento de Zamora en el desarrollo de las aplicaciones; un equipo de analistas que graban todos los entrenamientos de las categorías inferiores para extraer información relevante sobre jugadores y entrenadores, que permite determinar cuáles tienen las condiciones para ir al primer equipo, y otro equipo integrado por un ingeniero aeronáutico y un ingeniero informático. “Integramos todos los ámbitos, lo que nos permite incorporar la tecnología de forma coherente y razonable a todos los procesos de trabajo”, explica Cruz Gallardo.
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