Difundir pornografía por Internet o móviles, motivo de cadena perpetua en China
Estas nuevas medidas forman parte de una campaña en contra de la pornografía que el Gobierno chino comenzó en julio
Las autoridades judiciales chinas han anunciado la entrada en vigor de penas que van de la libertad vigilada a la cadena perpetua para quienes produzcan o diseminen materiales pornográficos a través de Internet y de teléfonos móviles y fijos.
Si una página de Internet con contenido pornográfico es consultada más de 250.000 veces (se estima que en China hay unos 150 millones de internautas), el caso se considerará "muy grave" y los responsables podrán recibir hasta condenas de cadena perpetua. Según la agencia Xinhua, también serán consideradas objeto de denuncia penal la producción y ...
Las autoridades judiciales chinas han anunciado la entrada en vigor de penas que van de la libertad vigilada a la cadena perpetua para quienes produzcan o diseminen materiales pornográficos a través de Internet y de teléfonos móviles y fijos.
Si una página de Internet con contenido pornográfico es consultada más de 250.000 veces (se estima que en China hay unos 150 millones de internautas), el caso se considerará "muy grave" y los responsables podrán recibir hasta condenas de cadena perpetua. Según la agencia Xinhua, también serán consideradas objeto de denuncia penal la producción y diseminación por Internet o telefonía, móvil o no, de material pornográfico aunque sea sin objetivo de lucro.
Culpables serán también quienes contribuyan a las mismas ya que, según un alto funcionario judicial, "las nuevas interpretaciones de la ley van dirigidas a mantener el orden de las redes públicas de comunicaciones y los derechos legales e intereses de la opinión pública".
Campaña contra la pornografía
Estas nuevas medidas forman parte de una campaña en contra de la pornografía que el Gobierno chino puso en marcha el pasado mes de julio. Desde entonces, las autoridades han cerrado cientos de páginas web y detenido a más de 300 personas.
Los gobernantes comunistas chinos han relajado gradualmente las puritanas normas que impusieron cuando subieron al poder en 1949, pero tratan esporádicamente de acabar con la industria del sexo y están particularmente preocupados con la pornografía en Internet.