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Los sindicatos de médicos se levantan de la mesa de negociación con Sanidad, que rechaza darles un estatuto propio

Las centrales CESM y ASM anuncian nuevas movilizaciones, aún por concretar, que se sumarán a los dos días ya fijados por APEMYTS en enero

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) se han levantado de la mesa de negociación con el Ministerio de Sanidad este miércoles por la tarde después de un encontronazo. Ambas organizaciones han rechazado sumarse al convenio marco para todo el personal sanitario que pactaron este lunes la ministra Mónica García y los sindicatos que están negociando (SATSE-FSES, CC OO, UGT, CSIF y CIG-Saúde). El ministerio descarta crear un estatuto específico para médicos, como reclaman CESM y SMA. Estas dos centrales sindicales ha anunciado tras el plante nuevas movilizaciones, aunque todavía no han concretado fecha.

El choque se ha producido después de que el ministerio de Mónica García haya rechazado abrir una mesa de negociación paralela a la ya iniciada con los sindicatos sanitarios; es decir, un camino nuevo para llegar a acuerdos exclusivos con los médicos. Pese a que las reivindicaciones de los sindicatos que buscan un estatuto marco han quedado, de momento, satisfechas, la lucha paralela de médicos y facultativos por uno exclusivo para ellos está más viva que nunca.

Por su parte, desde el ministerio han incidido en que el “foro legítimo y legalmente establecido” para atender las demandas es el del ámbito de negociación del Sistema Nacional de Salud, del que CESM también forma parte. “El Ministerio lamenta que CESM y SMA hayan optado por mantener una estrategia de presión basada en la exigencia de constituir una mesa de negociación específica y paralela”.

Mientras, CESM y SMA culpan al ministerio de haber “dinamitado” las negociaciones y le afean su “nula intención” para llegar a un acuerdo. “El Comité de Huelga considera que Sanidad, más allá de despreciar el tiempo y el compromiso adquirido de los responsables sindicales, no ha sabido valorar el impacto del amplio seguimiento de la huelga entre los profesionales y su repercusión entre los pacientes y las listas de espera”, denuncian en un comunicado.

Ambos sindicatos creen que la profesión de médicos y facultativos tiene una serie de singularidades y que merecen unas condiciones propias, diferenciadas de las del resto del personal sanitario. A esa reivindicación se suma también, aunque con su propia agenda y calendario de huelga, la Agrupación Profesional por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF), que es una organización específica formada por 16 sindicatos y asociaciones médicas de toda España creada para generar presión en grupo. Su huelga, convocada para el 14 y 15 de enero, sigue en pie.

Una de sus reivindicaciones se centra en la clasificación profesional (es decir, el grupo laboral en el que les coloca la ley y donde queda establecido el sueldo base, los complementos, la carrera profesional o el reconocimiento de la responsabilidad). En la actualidad, un médico especialista está considerado como otros graduados universitarios, aunque haya estudiado seis años de carrera, haya dedicado otros cuatro o cinco a hacer el MIR y su responsabilidad sea mucho más directa. Desde Sanidad defienden que ese aspecto ya está contemplado en el borrador del futuro estatuto marco y que, una vez aprobado, los médicos y facultativos pasarán a formar parte del nivel 8 de clasificación del sistema MECES, que marca la graduación de los funcionarios.

Por otro lado, está la cuestión de las guardias. Los médicos hacen guardias obligatorias de 17 a 24 horas que no les computan como horas laborables normales. De hecho, se quejan de que cobran menos la hora de guardia que la hora de jornada ordinaria y no se consideran de cara a jubilarse. “Tengo cinco años trabajados solo en guardias que no computan para mi jubilación”, explica Ana Giménez, presidenta de Amyts (integrado dentro de APEMYF). Así, piden que las guardias cuenten como trabajo efectivo, con límites reales de horas semanales y que no se les pueda obligar a hacerlas de manera sistemática, sino que sean voluntarias y bien remuneradas.

Respecto a la jubilación, quieren que se tenga en cuenta el riesgo de su profesión y que no se les iguale con otros funcionarios de similar categoría que no tienen que asumirlo. Por ese motivo, exigen la posibilidad de una jubilación anticipada sin penalización y una jubilación parcial real.

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