El primer año de la Operación Peluche para cazar pederastas huidos se salda con 35 detenidos
Los dos últimos arrestos se produjeron el 10 y el 14 de octubre en las localidades madrileñas de Fuenlabrada y Aranjuez
La Operación Peluche, un inédito dispositivo puesto en marcha en octubre del año pasado por la Policía Nacional con el objetivo de detener a condenados o investigados por delitos graves de pederastia ―aquellos que acarreen penas de más de cinco años de prisión― que se hubieran convertido en prófugos de la justicia se ha saldado con 35 detenciones en un año. Casi tres al mes. Las dos últimas, en las últimas semanas en la provincia de Madrid. Mandos policiales señalan que, tras los buenos resultados, el Ministerio del Interior estudia la posibilidad de prolongar en el tiempo este operativo específico.
Los dos últimos detenidos son fugitivos de las justicias de Perú y Costa Rica. El primero, de 28 años, está acusado en su país de agredir sexualmente a la hermana menor de edad y con discapacidad de su pareja. Fue arrestado el pasado 10 de octubre en Fuenlabrada (190.000 habitantes). Para cometer las violaciones, el ahora detenido se ganó la confianza de la víctima con dulces y películas. Los hechos fueron descubiertos cuando la pareja del presunto agresor descubrió las grabaciones que este había hecho de las agresiones que cometía. El segundo, de 42 años, supuestamente emborrachó a una menor para violarla en la ciudad de Colón (Costa Rica). Cayó en Aranjuez (62.000 habitantes) cuatro días más tarde, el 14 de octubre.
Con estas dos detenciones, la Policía da por cerrado el primer año de la Operación Peluche, puesta en marcha por la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional. La misma se inició en octubre del año pasado con la elaboración de un listado de potenciales objetivos que incluía más de un centenar de nombres. La lista no era inamovible, sino que en estos 12 meses ha sufrido altas y bajas. Las primeras, cuando los prófugos eran detenidos por la Policía u otro cuerpo policial en España u otro país. Las altas se producían cuando la justicia dictaba una orden de busca y captura contra algún sospechoso de haber cometido hechos graves de pederastia. Es, precisamente, lo que ha ocurrido con los dos últimos arrestados, que pasaron a engrosar la lista una vez que las autoridades de sus respectivos países comunicaron, a través de Interpol (organización que aglutina a policías de 196 países), órdenes de busca y captura contra ellos.
La inmensa mayoría de los que han aparecido en algún momento en este listado han sido hombres, pero también se ha incluido a dos mujeres, que aún no han sido detenidas, según ha confirmado a EL PAÍS inspector jefe Fernando González, máximo responsable de la Sección de Fugitivos de la Policía Nacional. Con esa lista, los agentes iniciaron una investigación individualizada de cada caso para recopilar toda la información que hubiera, desde los documentos de identidad que tenían cuando huyeron hasta los familiares con los que se relacionaban, países con los que tiene vínculos, posibles apoyos, aficiones conocidas, debilidades… para elaborar un perfil psicológico que permitiera detectar posibles patrones de conducta que ayudasen a determinar dónde podían ocultarse. Según destaca el mando policial, en estas investigaciones es fundamental tanto la cooperación internacional como la “paciencia”.
El primer éxito fue Alexander I. T., un ciudadano peruano condenado a 13 años y nueve meses de prisión por agredir sexualmente a una niña. Alexander fue detenido el 24 de octubre del año pasado en Laken, un barrio de Bruselas (Bélgica). Otra de las detenciones sonadas fue la de Javier F. M., alias El Choki, un ciudadano español buscado por un juzgado de Málaga acusado de agredir sexualmente a al menos tres menores. Una de ellas era una niña de 13 años amiga de sus hijas y que pasaba la noche en su casa. El fugitivo, de 53 años, había estado desplazándose en su barco por el Caribe para eludir la cárcel, pero finalmente fue detenido el pasado 26 de julio en el club náutico de Cartagena (Colombia).
Pese al éxito del operativo en este primer año, en el listado de objetivos aún quedan nombres sobre los que los agentes tiene especial interés, según reconocen fuentes policiales. Uno es Segundo Cousido, un salesiano profesor de Religión, de 43 años, sobre el que pesa una condena firme de 32 años de cárcel por siete delitos de abusos, tres de ellos continuados, contra seis menores de edad. Una vez condenado, Cousido huyó para evitar ingresar en prisión. Su rostro fue incluido por ello en julio de 2024 en el cártel de los 10 más buscados en la campaña que la Policía Nacional para buscar la colaboración ciudadana en su localización.
Algo parecido ha ocurrido con Martiño Ramos Soto, profesor de música en un colegio público de la provincia de Orense y condenado en firme por el Tribunal Supremo el pasado septiembre a 13 años y seis meses de cárcel por abusar con inusitada crueldad durante años de una de sus alumnas de 12 años. Martiño huyó una vez se conoció la decisión del alto tribunal. Ambos están ahora en un lugar destacado de la lista de objetivos de la Operación Peluche.