Así son los sobrio-curiosos: beben alcohol pero “de manera consciente”

Preguntarse por qué bebemos alcohol y cómo lo hacemos es una reflexión que cada vez se cuela en más conversaciones. Algunos optan por la abstinencia, otros por el control. “Me considero sobercurious [sobrio-curiosa]: no soy completamente abstemia, bebo alcohol, pero soy mucho más consciente cuando lo hago”, dice Andrea Mellado, de 29 años, una de las protagonistas del reportaje que indaga sobre por qué la generación Z bebe menos, de los periodistas Sara Castro y Pablo León. El uso ese anglicismo le sirve definir su nueva relación con el alcohol. Más de la mitad (53,6%) de los jóvenes mayores de edad (de 18 a 30 años) afirma haber reducido su consumo alcohólico, según el estudio sobre percepción y hábitos de consumo de bebidas con alcohol entre los jóvenes españoles de 2023, elaborado por 40dB. “Algunos dejamos de beber de manera continuada”, apunta Mellado.

Guillermo Escribano, guionista de 36 años de Madrid, no toma bebidas alcohólicas desde Nochevieja. “En diciembre siempre bebo, pero luego me paso tiempo sin hacerlo”. Hace una década comenzó a revisar su relación con el alcohol: “Me di cuenta de que cuando bebo, puedo ser compulsivo: no me puedo tomar solo una cerveza. Al final, solo era divertido una de cada 20 veces que bebía”. Escribano se pasaba tres meses sin beber. Luego algo más. También menos: “Ha sido un replanteamiento a largo plazo”. “El día que salía y decidía beber, algunos de mis amigos me aplaudían”, apunta en el artículo. Ahora se siente más respetado en su decisión de dosificar. “Aunque a veces me apetece bajar a jugar”, matiza. Considera que “en España todo está regado de alcohol” y que “todo el mundo se plantea en algún momento el tema [de controlar la ingesta]”. También hay cada vez más famosos que abordan en sus entrevistas cómo han revisado el papel del alcohol en sus vidas.

“En las generaciones más mayores, es más probable que te pregunten las razones por no beber. Y es raro porque nadie te pregunta: ¿Por qué no fumas, te pasa algo?”, señala Andrea Mellado. Es una de las socias fundadoras de The Blue Dolphin Store, una distribuidora de bebidas 0,0 que pusieron en marcha hace un lustro. “Dos de mis colegas no bebían y se dieron cuenta de que no había bebidas para ellos, aparte de cerveza sin, refrescos, o zumos. Decidimos solucionarlo: tenemos todo tipo de bebidas sin alcohol”, explica. Aunque empezaron con un nicho muy concreto, “ahora es una tendencia que crece”, dice. Las ventas de su negocio lo constatan: el año pasado aumentaron un 35,5% con respecto al ejercicio anterior. “Tener más oferta sin alcohol ayuda a que aumente la demanda; consigues interesar a la gente en general”.

El reportaje también muestra esta tendencia con datos de IWSR (International Wine and Spirits Record), referencia global en este sector: “El mercado de bebidas sin alcohol y con bajo contenido está experimentando un crecimiento, impulsado por los consumidores”. Su último informe estratégico, de 2024, sobre bebidas sin y con bajo contenido de alcohol prevé que en tres años la categoría genere un crecimiento de más de 4.000 millones de dólares (unos 3.900 millones de euros). EL PAÍS Gastro elaboró una lista de “buenos vinos sin alcohol”.

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