Condenado un cura vasco por abusar sexualmente de dos jóvenes en unos campamentos de ‘scouts’
La Audiencia de Burgos confirma una pena de 14 meses de prisión y obliga al sacerdote a indemnizar a las dos víctimas con 4.000 euros en total
La Audiencia Provincial de Burgos ha confirmado una sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 que condenaba a un sacerdote bilbaíno a 14 meses de cárcel por abusar sexualmente de dos jóvenes, una de ellas menor de edad, durante unos campamentos de los Scouts que tuvieron lugar en Burgos. El sacerdote realizó tocamientos en las partes íntimas de las jóvenes mientras dormían en la misma tienda de campaña. El tribunal también condena al religioso a no acercarse a las víctimas a una distancia me...
La Audiencia Provincial de Burgos ha confirmado una sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 que condenaba a un sacerdote bilbaíno a 14 meses de cárcel por abusar sexualmente de dos jóvenes, una de ellas menor de edad, durante unos campamentos de los Scouts que tuvieron lugar en Burgos. El sacerdote realizó tocamientos en las partes íntimas de las jóvenes mientras dormían en la misma tienda de campaña. El tribunal también condena al religioso a no acercarse a las víctimas a una distancia menor de 500 metros y le obliga a indemnizarlas con 4.000 euros en total.
La sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Burgos, adelantada hoy por el Diario de Burgos y a la que ha tenido acceso ese diario, desestima el recurso de apelación presentado por el cura condenado y confirma plenamente la sentencia dictada por el juzgado en primera instancia. El tribunal considera probados los hechos delictivos cometidos por el sacerdote consiliario E. A. A., nombrado vicario de la Diócesis de Bilbao en 2014. El obispado vizcaíno informa de que el presbítero fue “apartado” del ejercicio del ministerio público desde finales de 2018, en cuanto esta institución tuvo conocimiento de los hechos y prohibiéndole el ejercicio de los oficios, aseguran fuentes de la citada diócesis.
Según consta en la resolución judicial, el primero de los casos sucedió en un campamento en julio de 2016. Una joven, que entonces contaba con 16 años de edad, se causó una lesión durante una ruta. El cura decidió que durmiera “en la misma tienda que él” y una monitora. “Aprovechando que ella estaba dormida, la tocó el vientre, la zona baja del pecho y la ingle, lo que ocasionó que esta se despertase”. La situación se repitió la noche siguiente. Esa vez el religioso le tocó el pecho, aseguró la víctima ante el tribunal.
Del testimonio ofrecido por esta menor en el juicio se constató que presentaba síntomas postraumáticos, como “miedo a dormir con otras personas, dificultades para acercarse a varones, desconfianza en el sexo masculino y problemas a nivel sexual”, según consta en la sentencia.
El segundo caso se dio un año antes, en 2015. Una joven de 18 años que realizaba prácticas como monitora denunció al sacerdote vasco tras sufrir un abuso mientras ambos compartían una tienda de campaña para dormir. Ella notó que Juan María aprovechaba que estaba dormida para abrir el saco y “metía la mano dentro y notó que le tocaba la zona de la vagina”, relató ante el juzgado. Declaró que no tenía “ninguna duda” de que fue el cura quien abusó de ella.
Por estos hechos, el sacerdote fue condenado en primera instancia a 14 meses de prisión por un delito de abuso sexual contra la menor y a una pena de 18 meses de multa con cuota diaria de ocho euros por el mismo delito contra la monitora de 18 años. La Audiencia de Burgos ratifica esa sentencia en todos sus extremos y declara responsable civil subsidiario a la Iglesia católica, en este caso al Obispado de Bilbao. Precisamente, esta institución ha sido una de las más combativas contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y ha adoptado medidas para el esclarecimiento de este tipo de casos en su ámbito eclesial.
La Diócesis de Bilbao señala a este periódico que los hechos se pusieron en conocimiento del entonces vicario general, Joseba Segura (actualmente obispo de Bilbao), el 18 de noviembre de 2018. Entonces se inició una investigación preliminar y se citó a declarar en el obispado a las dos víctimas de los abusos. El 4 de diciembre de ese año, el sacerdote fue apartado y se le prohibió dirigir oficios religiosos. El 7 de diciembre, antes de que las jóvenes afectadas interpusieran la denuncia en el juzgado, el obispado comunicó los hechos en fiscalía.
La sentencia de la Audiencia, fechada el 19 de julio pasado, no es firme y aunque primero fue recurrida en casación por el condenado ante el Tribunal Supremo, informa este miércoles el obispado que el condenado ha desistido de dicho recurso.