Indignación y perplejidad por las violaciones a menores en Badalona

El goteo de agresiones sexuales en grupo, cometidas por adolescentes, causa alarma en la ciudad catalana y fuerza a las administraciones a actuar de forma coordinada

Un grupo de personas accede al centro comercial Màgic, escenario de algunas de las agresiones sexuales ocurridas en Badalona.Foto: KIKE RINCÓN | Vídeo: EPV

Kevin parece un niño y lo es. Bajito, de tez morena y pelo ensortijado, se dirige a su sesión de entrenamiento (juega a fútbol) acompañado por dos amigas. Los tres están en las inmediaciones del Màgic, un centro comercial enganchado a la autopista y con una cúpula en forma de pelota de baloncesto donde les gusta pasar las horas. Kevin tiene 10 años y este curso acaba primaria. Sus amigas son un año mayores y ya van al instituto. Saben ...

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Kevin parece un niño y lo es. Bajito, de tez morena y pelo ensortijado, se dirige a su sesión de entrenamiento (juega a fútbol) acompañado por dos amigas. Los tres están en las inmediaciones del Màgic, un centro comercial enganchado a la autopista y con una cúpula en forma de pelota de baloncesto donde les gusta pasar las horas. Kevin tiene 10 años y este curso acaba primaria. Sus amigas son un año mayores y ya van al instituto. Saben por qué el Màgic, y Badalona en general, están en boca de todos. “Las violaciones”, suelta Kevin. Dice que le hubiera gustado “ver el vídeo” que otros muchos niños y adolescentes del barrio han visto ya. Una de las amigas, que asegura que conoce “de vista” a los agresores que protagonizan esa escena macabra, también tiene ganas: “No sé, da intriga”, sonríe.

El vídeo muestra cómo una niña de 11 años, de la misma edad que las amigas de Kevin, es violada a punta de navaja por un grupo de otros seis menores en los lavabos del centro comercial. Ocurrió el 19 de noviembre de 2022. No es un contenido fácil de digerir para ningún adolescente. Ni para un adulto. Tampoco es muy distinto del porno violento que se consume a edades cada vez más tempranas. Tal vez eso explica que corriera como la pólvora, y sin que nadie levantara la voz escandalizado, en el instituto donde estudia el hermano de la víctima. La denuncia salió a la luz hace tres meses. Desde entonces, se han conocido otros casos similares en Badalona que la han situado como zona cero de un problema que cuesta entender y más aún solucionar: las agresiones sexuales en grupo cometidas por menores, muchos menores de 14 años y por tanto inimputables.

Solo en Cataluña se denuncian dos violaciones grupales al día, a mujeres de cualquier edad, y según el Ministerio del Interior, van en aumento en todo el país desde 2016. También la Fiscalía ha advertido, en sus memorias, del “incremento de la violencia entre los menores”, que desarrollan “conductas de dominio y control en sus tempranas relaciones afectivas o experiencias sexuales”. En Badalona, cuarta ciudad catalana en habitantes (223.506 personas), en el último año, los Mossos han identificado y detenido a 20 menores como presuntos autores de un total de ocho agresiones sexuales de esa naturaleza en la ciudad; la mayoría (13) no asumirán ninguna responsabilidad penal por su corta edad. El Màgic ha sido, a su pesar, escenario de parte de esas agresiones. Está próximo —apenas 10 minutos a pie— a Sant Roc, uno de los barrios más empobrecidos y degradados de Cataluña y del que procede buena parte de los agresores.

“Los chavales que han cometido esas atrocidades han hecho mucho daño a las víctimas y a sus familias. Pero debemos apuntar a las condiciones materiales que ayudan a que aparezcan estas manadas. Sant Roc y otros barrios están abandonados. Los chicos no tienen equipamientos ni acceso a ocio sano, y seguramente han sufrido violencia en el núcleo familiar”, explica Borja Latorre, secretario de organización del Sindicato de Estudiantes, que el jueves repartía octavillas frente a la parada de metro de Badalona para llamar a una protesta por las agresiones y exigir soluciones a la administración. “Estas no son manadas como la de Pamplona. La extracción social es distinta”, añade Latorre.

La pobreza por sí sola no explica el surgimiento de manadas, concede Carles Sagués; hay factores, como la falta de educación sexual o el acceso a la pornografía, que pueden operar como desencadenantes más allá de la clase social. Sagués es el alma de Sant Roc Som Badalona, una plataforma que ayuda a las familias y trata de paliar los efectos de los desahucios, que allí son el paisaje cotidiano. “El barrio lidera algunas clasificaciones: absentismo escolar, nivel de pobreza, falta de formación de adultos, índice de paro. La miseria genera marginación. Y la marginación genera muchas cosas”, reflexiona Sagués. Cuatro de los 20 barrios más pobres de Cataluña, según el Instituto de Estadística de Cataluña, están en Badalona.

Una madre contra el olvido

Teresa Prados es vecina del Màgic, madre de una adolescente de 17 años agredida también en los lavabos e impulsora de una plataforma para frenar las violaciones que ha forzado a las administraciones a mover ficha. Prados coincide en el diagnóstico sobre la “degradación” de los barrios y la vulnerabilidad de las familias de los agresores. “¿Por qué un niño de 12 años comete una violación? Hemos de ir a la raíz del problema. La vida de muchos de ellos es una mierda. No tienen ninguna perspectiva de futuro”, dice la mujer, que pugna contra el abandono institucional a las víctimas, atendidas por unos servicios sociales que están “desbordados”, como casi todo lo que concierne a la administración local en Badalona.

Teresa Prados, madre de una de las víctimas e impulsora de una plataforma contra las agresiones en Badalona.Kike Rincón (Kike Rincon)

Prados acaparó la atención (y la polémica) cuando afirmó que el Màgic se había convertido en una “cueva de violadores”. Es un centro comercial no muy distinto de otros. Está situado entre la autopista del Maresme y un parque empinado y frondoso que da a los adolescentes la privacidad que a menudo buscan. Allí pasan las tardes grupos de chavales sin nada mejor que hacer. Comen una hamburguesa del McDonald’s, dan una vuelta con los amigos y, si pueden, ligan. Como Jaime, que a sus 14 años sonríe cuando afirma que lo ideal es “tener una chica cada semana” y llevarla al Màgic. “Pero violar está mal”, dice enseguida junto a los lavabos del centro comercial, cerca de la salida que da al parque, donde han ocurrido al menos cuatro agresiones en los últimos dos años.

La configuración del espacio, con los lavabos en una zona apartada y algo oscura, favorecen la impunidad, denuncian Prados y los colectivos críticos con la gestión hecha por el Màgic. Los baños para personas con movilidad reducida han sido los más problemáticos, ya que al estar casi siempre vacíos han sido empleados para cometer algunas de las violaciones. Estos días permanecen cerrados, y solo se pueden usar con permiso del vigilante de turno. “Queremos que las familias que vienen aquí se sientan seguras”, afirma una portavoz del Màgic, que ha reforzado el personal de seguridad y de limpieza como efecto disuasorio.

Las agresiones en el centro ocurrieron a lo largo de dos años, pero se conocieron a la vez, poco después de que estallase el caso de la niña de 11 años. La semana pasada, una nueva manada fue la gota que colmó el vaso de la indignación: una niña de 13 años fue agredida en un descampado cercano a la playa cuando su novio invitó a varios amigos a abusar de ella. Mientras el futuro alcalde, Xavier García Albiol, aboga por reformar la Ley del Menor para que los menores de 14 años sean responsables penalmente en casos graves, como violaciones, Badalona ha acogido esta semana un pleno extraordinario para condenar los hechos, una reunión con el Govern catalán para coordinar a las administraciones y una cumbre policial para poner freno a los ataques. La inspectora Montserrat Escudé detalló que 13 de los 20 menores son inimputables y que sus casos se han puesto en manos de la Generalitat, para que haga un seguimiento del entorno familiar.

La inspectora restó importancia al barrio de procedencia de los chicos y afirmó que lo ocurrido “tiene que ver con valores, respeto y con no tener ningún tipo de educación sexual afectiva”. Esa educación es clave, tal como contempla la ley del solo es sí es sí y como admite la Fiscalía, que habla de un “abordaje educativo” en paralelo al penal.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 52 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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