La policía portuguesa reactiva la búsqueda en el Algarve de Madeleine McCann, desaparecida hace 16 años

Los agentes rastrearán el entorno de un embalse que frecuentaba Christian Brückner, el preso alemán considerado principal sospechoso del caso

Dispositivo policial montado en los alrededores del embalse de Arade, en el Algarve portugués, donde se desarrollaba este lunes una operación de búsqueda relacionada con el caso de Madeleine McCann. Foto: LUIS FORRA (EFE) | Vídeo: EPV

El 3 de mayo se cumplieron 16 años de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, mientras dormía en un apartamento turístico en Praia da Luz, en el Algarve portugués. Todo el tiempo transcurrido no ha servido para resolver el caso, pero tampoco ha bastado para olvidarlo. El martes está previsto que la Policía Judicial inicie una operación de rastreo junto al embalse de Arade, en el distrito de Faro, para tratar de encontrar algún elemento relacionado c...

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El 3 de mayo se cumplieron 16 años de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, mientras dormía en un apartamento turístico en Praia da Luz, en el Algarve portugués. Todo el tiempo transcurrido no ha servido para resolver el caso, pero tampoco ha bastado para olvidarlo. El martes está previsto que la Policía Judicial inicie una operación de rastreo junto al embalse de Arade, en el distrito de Faro, para tratar de encontrar algún elemento relacionado con la pequeña. La búsqueda, en la que también participarán agentes británicos, ha sido solicitada por los investigadores alemanes, que tratan de averiguar el papel de Christian Brückner en la desaparición.

Brückner cumple condena en Alemania por varios delitos sexuales ocurridos en el Algarve entre 2000 y 2017 contra menores (sin relación con la niña McCann) y también contra una estadounidense de 72 años. Para la policía alemana, se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine. El fiscal que dirige la investigación, Hans Christian Wolters, llegó a afirmar en alguna entrevista que estaba convencido de la culpabilidad de Brückner, aunque también advirtió de que la investigación se desarrolla con lentitud.

El año pasado, la Fiscalía portuguesa declaró “arguido” (sospechoso oficial) a Brückner, entre otras razones para evitar la prescripción del delito, que la legislación lusa establece a los 15 años. Entre las pruebas que existen contra el preso alemán figuran su presencia en los alrededores de Praia da Luz la noche de la desaparición, constatada gracias a su móvil, y una conversación en la que presume de saber el paradero de la niña británica de entonces tres años.

La noche del 3 de mayo de 2007, Kate y Gerry McCann cenaban con varios amigos en el restaurante Tapa’s de la urbanización Ocean Club, en Praia da Luz. Los tres hijos pequeños de los McCann dormían solos en el apartamento cuando se produjo la ausencia de Madeleine. El caso desató inicialmente una gran ola de solidaridad con los padres, pero también una intensa cobertura mediática internacional que influyó en el desarrollo del proceso policial. Algunos de los sospechosos iniciales sufrieron grandes presiones y trastornos, como Robert Murat, sin que llegara nunca a corroborarse su implicación en los hechos. También los padres llegaron a ser declarados sospechosos por la policía portuguesa durante casi un año.

Esta controvertida decisión acabaría apartando de la investigación al inspector de la Policía Judicial, Gonçalo Amaral, que dejaría el cuerpo y escribiría libros con sus teorías sobre lo ocurrido. Los McCann lo denunciaron en sucesivas instancias hasta llegar al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que, a finales de 2022, respaldó la decisión del Supremo portugués de absolver a Amaral. Los jueces del alto tribunal luso consideraron que en el conflicto entre el derecho al honor y la libertad de expresión debía prevalecer el segundo. Amaral opina que la investigación sobre Christian Brückner carece de fundamento. “Es un producto de la ficción policial para limpiar la imagen de los padres de la niña desaparecida, y un chivo expiatorio a quien se imputan las responsabilidades de otros”, aseguraba hace un año en una entrevista con EL PAÍS.

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