Un estudio calcula que el 8,6% de las personas LGTBI ha sufrido agresiones físicas homófobas
La encuesta de 40db para la Federación Estatal LGTBI+ revela que un tercio del colectivo cree que la violencia y los discursos de odio han aumentado
El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales y, para conmemorarlo, se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la LGTBIfobia. Y se sigue haciendo porque, a pesar de que han pasado 33 años de avances sociales y despatologización, el colectivo LGTBI sigue siendo objeto de acoso y violencia. En España, se calcula ...
El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales y, para conmemorarlo, se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la LGTBIfobia. Y se sigue haciendo porque, a pesar de que han pasado 33 años de avances sociales y despatologización, el colectivo LGTBI sigue siendo objeto de acoso y violencia. En España, se calcula que alrededor de 280.000 personas han sufrido agresiones por su orientación o identidad sexual en algún momento de los últimos cinco años. Así lo revela el informe Estado del Odio 2023 presentado este miércoles por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTBI) y elaborado por la agencia de investigación 40dB a través de una encuesta.
A partir de datos del CIS, se calcula que entre 3,3 millones y 3,8 millones de personas forman parte del colectivo en España. Según los resultados del estudio, extrapolando las respuestas de 800 personas, el 29% de ellas ha sufrido acoso durante el último lustro. El 27,5% ha sido discriminado, y el 8,6% ha sufrido agresiones y violencia física o sexual. “Hablamos de cerca de un millón de personas acosadas o discriminadas por su orientación sexual o identidad de género, y unas 300.000 personas agredidas”, ha especificado Ignacio Paredero, secretario de la FELGTBI. Los datos revelan que son las mujeres y las personas trans quienes sufren con mayor frecuencia este tipo de violencias, y que los jóvenes y la población con menores recursos tienen más riesgo de enfrentarse a los incidentes de odio.
El estudio se realizó a finales del pasado febrero mediante encuestas a una muestra representativa de 800 españoles, mayores de edad y pertenecientes al colectivo LGTBI. Los resultados revelan que, a pesar del elevado número de personas que afirman haber sufrido agresiones, la percepción general es que la discriminación ha disminuido, algo que opina el 34% de los encuestados. No así la violencia y los discursos de odio: un 33% de la población LGTBI cree que la primera ha aumentado, porcentaje prácticamente idéntico al de las personas que creen que los discursos políticos de odio también se han incrementado.
El acoso se da en todas partes. Donde más, en la calle (un 78%). Un 53% del colectivo declara haberlo sufrido en el transporte público, un 44% en la cafetería, y un 43% en el trabajo. Sin embargo, el dato que más preocupa al colectivo es el de acoso en los colegios: un 60% de la comunidad LGTBI asegura haber sufrido acoso en la escuela. “La discriminación y el acoso ocurren todos los días en los colegios, y esto ocurre porque todavía no se educa en inclusividad. Es necesario hacerlo”, ha advertido Uge Sangil, presidenta de la FELGTB.
Para Sangil, los discursos de odio que enarbola la extrema derecha legitiman la violencia: “En 2018, la ultraderecha irrumpió en las instituciones públicas. Desde entonces, los discursos de odio se han radicalizado en nuestro país y las agresiones contra el colectivo han ido en aumento, tal y como revela el último informe del Ministerio del Interior, que habla de un incremento del 70% en delitos de odio por orientación sexual o identidad de género”.
A pesar del incremento en este tipo de delitos, el informe revela que pocos se atreven a denunciar los delitos ante las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Solo se denuncian 2 de cada 10 experiencias de odio sufridas por el colectivo LGTBI. Aunque la mayoría de los encuestados prefieren no explicar el porqué de su decisión, entre las respuestas se encuentran razones de desconfianza, normalización de la violencia y vergüenza. “Porque no tenía pruebas”, “porque no me iban a creer”, “por miedo a quien agredió y sus represalias” o “porque sucede todo el rato” son algunos de los argumentos del colectivo. También estos otros: “No confío en la policía” y “por miedo a la respuesta homófoba de la policía”.
“La desconfianza que tiene el colectivo en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es real, es un hecho constatado. El remedio tiene que ser la prevención y la educación. Que los cuerpos de seguridad estudien esto no como una ‘asignatura maría’, sino como una tarea fundamental”, ha demandado Sangil. Casi un 70% de la población española LGTBI piensa que la policía está poco o nada comprometida con la protección del colectivo. “Necesitamos que, cuando lleguemos a una comisaría, no se nos mire raro”, ha añadido la presidenta de la federación. Sangil ha llamado al Ministerio del Interior a sentarse con los representantes del colectivo para acordar medidas que solucionen la falta de confianza, y también ha instado al Gobierno a implementar de manera real y activa las leyes que, como la ley trans, han supuesto “un avance en derechos para las personas del colectivo”.
Según los resultados del informe, solo se denuncia el 20% de los delitos de odio que se calcula que se cometen en realidad, unos 56.000 casos. Este número contrasta con los datos de los informes de delitos de odio que proporciona el Ministerio del Interior, que cifran en 1.551 el total de los hechos por odio conocidos en los últimos cinco años. “Hay una desigualdad evidente. Puede ocurrir por miles de razones, como por problemas en la identificación de los delitos de odio o dificultades metodológicas en la recepción de los datos, por ejemplo. Pero es evidente que es necesario trabajarlo”, ha explicado Paredero.