Envases neutros en carbono: el firme compromiso de la industria para ayudar a mitigar el cambio climático
Cada acción cuenta, y mucho, para conseguir recortar las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global. Por eso, empresas líderes en envasado de alimentos, como Tetra Pak, apuestan por materias primas de origen renovable para reducir la huella de carbono en el ciclo de vida de sus envases
“La calefacción está encendida”. De esta forma tan gráfica e inquietante los responsables del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente titulaban recientemente su ‘Informe sobre la Brecha de Emisiones’. La calefacción a la que se refería no era otra que la del planeta, claro: una ‘estufa’ que sube su temperatura gracias a los gases de efecto invernadero (GEI) que emitimos y que se acumulan en la atmósfera. El peligro llega cuando la ‘caldera’ alcanza una temperatura concreta. Y, en el caso de ‘la calefacción de la Tierra’, el umbral no debe aumentar 1,5 grados centígrados respecto a los niveles previos a la revolución industrial, ya que un incremento superior provocaría “una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta”, advierte el informe. Un punto de no retorno.
Las probabilidades de que el calentamiento global supere el límite –y, por tanto, que esa ‘caldera’ siga asfixiando nuestro planeta– son cada vez mayores, salvo que “se produzcan reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de GEI”, como apuntan los científicos de la ONU. De ahí que estos expertos resalten la urgencia de reducir la huella de carbono, acelerando unas acciones que deben afectar a “todo, en todas partes y al mismo tiempo”. Y aunque, normalmente, cuando se plantea cómo reducir dichas emisiones, es habitual hablar, sobre todo, de energía renovable, también tiene un gran impacto la elección de las materias primas que se utilizan para fabricar productos o envases.
La industria agroalimentaria está obligada a incrementar la velocidad con la que se tiene que producir el cambio –sobre todo, teniendo en cuenta que “las decisiones que se están tomando hoy no son suficientes para limitar el calentamiento global”, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)–, ya que es responsable de más de una tercera parte de las emisiones antropogénicas de gases que producen todas las actividades económicas.
Una industria clave, sin duda, para la economía –es el primer sector industrial de España–, y cardinal, a su vez, para garantizar el futuro del planeta: en menos de tres décadas, se necesitará, por ejemplo, un 70% más de comida, según la FAO, para hacer frente al incremento de la población. Sin embargo, será imposible responder a esa demanda si la temperatura aumenta, y consigo incrementa también el riesgo de mortalidad con la consiguiente reducción de la producción agrícola. De ahí que los expertos del IPCC lo tengan claro: “La acción sobre la alimentación es tan urgente como la acción sobre el clima”.
Para el sector agroalimentario, el contexto es apremiante, sí, y la industria de envasado de alimentos y bebidas no puede quedar al margen. “Debe verlo como una oportunidad para que desde la industria reinventemos y construyamos ventajas económicas y sociales, a partir de energías, materiales y recursos más renovables y sostenibles”, señala Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia. Solo así, según él, se podrá “avanzar de forma sólida hacia una economía circular con bajas emisiones de carbono”.
Hoja de ruta
En Tetra Pak, el camino ya se empezó a recorrer desde hace tiempo. Hoy por hoy, el 72% de los materiales con los que se elaboran sus envases proceden de fuentes renovables. Materiales como el cartón, con certificación FSC® que acredita que proviene de fuentes responsables y otras fuentes controladas. Es decir, son bosques bien gestionados y en continuo crecimiento, donde los árboles vuelven a crecer sin agotar los recursos naturales.
Para el sector agroalimentario, el contexto es apremiante, y la industria de envasado de alimentos y bebidas debe verlo como una oportunidad para que desde la industria reinventemos y construyamos ventajas económicas y sociales, a partir de energías, materiales y recursos más renovables y sosteniblesRamiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia
La prioridad pasa ahora por disminuir el uso de materiales de origen fósil, como el plástico y aluminio, necesarios para la seguridad alimentaria. La alternativa ya está en marcha: se está ya utilizando plástico de origen vegetal, derivado de la caña de azúcar, que logra reducir las emisiones de CO₂ a lo largo del ciclo de vida del envase notablemente. Y se está investigando para implementar una barrera de protección alternativa al aluminio a partir de fibra de papel.
El proceso de reducción de la huella de carbono pasa no solo por los envases, también resulta urgente abandonar el uso de combustibles fósiles en toda la cadena de valor y apostar por energías renovables –que ya ocupan el 80% en las operaciones Tetra Pak y alcanzará el 100% en 2030–, así como disminuir el consumo de agua –que descenderá un 50 % en 2030, si se compara con 2019– y reducir el desperdicio alimentario.
Rumbo al reciclaje
Aunque todavía es preciso ir algo más allá, y dirigir todos los esfuerzos que sean necesarios (involucrando tanto a proveedores como a los consumidores) para dar una segunda vida a los materiales. Una responsabilidad urgente, si se tiene en cuenta que, según un informe elaborado por el Instituto Catchment para Ecoembes, en España cada ciudadano arroja al año una media de 18,8 kilos de residuos solo de “envases de plástico, latas y cartones para bebidas”. Y aunque hay que tener en cuenta que un envase de cartón para bebidas puede generar en toda su cadena de valor hasta diez veces menos emisiones de gases de efecto invernadero que, por ejemplo, una botella de vidrio, resulta también decisivo reducir la huella de carbono con una gestión eficiente de los residuos. “En Tetra Pak trabajamos con las administraciones y la industria del reciclado para establecer sistemas de recogida efectivos y que nuestros envases se reciclen a gran escala y contribuir a reducir las emisiones de metano resultantes de los vertederos. En España en 2021 se recogieron más de 110.000 toneladas de cartones para bebidas en para ser reciclados. A nivel global, entre 2019 y 2021, nuestras emisiones al final de la vida útil de los envases se redujeron de 906 a 886 kilotoneladas”, afirma Ramiro Ortiz.
El año 2050 marca la meta del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015 para la descarbonización de la economía. O lo que es lo mismo, siguiendo con la metáfora, para que “la calefacción del planeta” logre una temperatura estable. Pero el secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ya indicó que ese objetivo para alcanzar las emisiones netas cero se dirige, sobre todo, a las economías emergentes. Para los países desarrollados el compromiso debe fijarse diez años antes.
Hablando de compromisos: los de Tetra Pak para reducir la huella de carbono ya arrancaron años atrás, en 2007, cuando se lanzó el primer envase certificado FSC® en el mundo. Desde entonces, la compañía ha trabajado –y sigue haciéndolo– con la ambición de “desarrollar el envase alimentario más sostenible del mundo”, como apunta Ramiro Ortiz. “Un envase fabricado completamente con materiales renovables o reciclados que sean completamente reciclables, y neutros en carbono”. El objetivo responde a la urgencia de descarbonizar la economía mundial, donde cuentan todos y cada uno de los envases de los cerca de 200.000 millones que cada año vende en el mundo esta empresa pionera, líder mundial en el proceso y envasado de alimentos.