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Por qué cuidar de la salud de las personas contribuye a perpetuar el planeta

Que las empresas optimicen sus procesos, maximicen su eficiencia y apuesten por las energías renovables contribuye a mejorar el mundo en el que vivimos. Bayer lleva años trabajando en este propósito. Su planta de La Felguera (Asturias), referente en la eficiencia de su modelo productivo y también en sostenibilidad, cumple ocho décadas

Con el objetivo de revalorizar sulfato de calcio o yeso agrícola que se genera en la elaboración del ácido acetilsalicílico, Bayer trabaja con la Universidad de Oviedo en un proyecto de investigación.

La sostenibilidad no es una moda. La Organización de Naciones Unidas (ONU) ya definió este concepto en 1987 durante la Comisión Brundtland: es aquello que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”, anunciaba el organismo. Años más tarde, en 2015, la propia ONU estableció su primera estrategia en sostenibilidad fijando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La sostenibilidad es tarea de todos, tanto de los actores individuales como de los colectivos, instituciones y empresas. Establecida como filosofía corporativa, el conjunto de decisiones que fomentan el desarrollo, la fabricación y el consumo responsables contribuye al progreso y al bienestar social, económico y medioambiental. Las empresas que se apoyan en estas premisas ganan valor para los consumidores, trabajadores e inversores.

La Felguera es un referente mundial para la producción del ácido acetilsalicílico. Se exporta desde Asturias a ocho centros de producción de Bayer en todo el mundo, en los que se comprime en pastillas.Juan Bezos

El Grupo Bayer lleva desde hace años la bandera de esta tendencia irreversible. A través de su actividad comercial, la multinacional se compromete a alcanzar ambiciosos objetivos en este campo. La planta de producción de La Felguera (Asturias) ilustra a la perfección los propósitos de la compañía: representa un ejemplo de cómo el triángulo que forman eficiencia, eficacia y respeto medioambiental marca la senda hacia el éxito.

Jorge Álvarez, director general del centro de La Felguera, reconoce a las más de 100 personas del equipo, que con su trabajo han hecho posible esta trayectoria. “Gracias al enorme compromiso hemos podido mantener al 100% nuestra actividad para seguir dando abastecimiento a las necesidades globales de los principios activos que desde aquí producimos, sabiendo que somos una pieza esencial de la cadena para atender las necesidades de salud en todo el mundo”, comenta Álvarez.

Gracias al equipo humano hemos podido mantener al 100% nuestra actividad para seguir dando abastecimiento a las necesidades globales de los principios activos que desde aquí producimos, sabiendo que somos una pieza esencial de la cadena para atender las necesidades de salud en todo el mundo
Jorge Álvarez, director general del centro de La Felguera

Apuesta por la sostenibilidad

La planta asturiana comenzó su actividad en 1942. En estos 80 años ha ido transformándose y adaptándose a los tiempos. Cuando las políticas medioambientales ganaron peso y el mundo empezó a preocuparse por la eco-responsabilidad, en Bayer activaron los protocolos para evolucionar hacia un modelo productivo más sostenible.

En estas ocho décadas, La Felguera ha destacado por su compromiso con la salud del planeta. Hitos como el uso de energías eléctricas de origen 100% renovable y la reducción de un 44% de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) directas a la atmósfera en los últimos cinco años dejan patente esta voluntad de hacer del mundo un lugar mejor.

En los últimos cinco años Bayer ha invertido en su planta asturiana más de 27 millones de euros, una cantidad a la que se han sumado más de cuatro millones de euros durante el ejercicio 2022.

Del botiquín al ladrillo

La Felguera es un referente mundial para la producción del ácido acetilsalicílico. Se exporta desde Asturias a ocho centros de producción de Bayer en todo el mundo, en los que se comprime en pastillas (según sus distintas preparaciones) y se distribuye en todos los mercados en los que opera la compañía.

En el proceso de elaboración del ácido acetilsalicílico se genera sulfato de calcio o yeso agrícola. Con el objetivo de revalorizar este residuo, Bayer trabaja junto con la Universidad de Oviedo en un proyecto de investigación. Mejorar esta sal para que pueda ser aprovechada en la industria de la construcción inspira este programa, alineado con los propósitos de fomento de la economía circular del Grupo. Las conclusiones hasta ahora obtenidas son prometedoras.

Desde Asturias, el equipo de La Felguera contribuye a mejorar la salud de pacientes de todo el mundo, avanza en nuevos proyectos y evoluciona hacia un modelo productivo más sostenible y eficiente en el uso de los recursos naturales
Bernardo Kanahuati, consejero delegado de Bayer en España y Portugal

Más capacidad productiva para cuidar el planeta

En los últimos cinco años Bayer ha invertido en su planta asturiana más de 27 millones de euros, una cantidad a la que se han sumado más de cuatro millones de euros durante el ejercicio 2022. Esta importante inyección de capital ha permitido a La Felguera digitalizar y revisar sus procesos bajo criterios de eficiencia energética. También, ampliar las instalaciones con el fin de aumentar y flexibilizar la capacidad productiva de la planta, todo ello sin perder de vista el objetivo de reducir su impacto medioambiental.

Alineados con la estrategia de la sostenibilidad, La Felguera está desarrollando un programa propio de optimización del agua en sus procesos. Asimismo, participará en el primer programa global de Bayer enfocado al análisis de las emisiones de toda la cadena de valor de un compuesto sobre la base de una de las presentaciones más emblemáticas del mundo, el ácido acetilsalicílico. Prueba de que esta mentalidad sostenible forma parte de su tradición es que ha absorbido nuevos proyectos de referencia mundial, como el que actualmente analice un medicamento a lo largo de todo su proceso de producción. El propósito no es solo medir, sino encontrar la forma de reducir esa huella medioambiental.

Para Bernardo Kanahuati, consejero delegado de Bayer en España y Portugal, el compromiso y la solvencia de la planta asturiana no solo permite a la compañía consolidar su actividad. “También se consigue avanzar en nuevos proyectos y evolucionar hacia un modelo productivo más sostenible y eficiente en el uso de los recursos naturales. Desde Asturias, el equipo de La Felguera contribuye a mejorar la salud de pacientes de todo el mundo”, asegura el directivo.

Neutralidad de emisiones en Barcelona

Además de apostar por la eficiencia energética, reducir y revalorizar los residuos y aprovechar mejor los recursos naturales, Bayer aspira a alcanzar la neutralidad climática en todos sus centros repartidos por el mundo en 2030. El primer gran paso lo ha dado este año. La sede corporativa en Sant Joan Despí (Barcelona) se ha convertido en el primero de la compañía en certificarse como cero emisiones de carbono. Para alcanzar el logro, ha sido clave la revisión de sus infraestructuras. 
Las emisiones residuales del edificio, unas ocho toneladas procedentes de la actividad de la cocina para empleados, han sido neutralizadas con acciones de reforestación en bosques cercanos. Gracias a un acuerdo con la asociación Reforesta y de la colaboración de la Diputación de Barcelona, Bayer ha donado 20.000 euros para la reforestación en el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de El Montseny y en el Parque del Montnegre y el Corredor. Del cuidado de estos árboles se encargarán, además, un grupo de voluntarios de la compañía.
Las instalaciones de Barcelona llevan tiempo trabajando en lograr la neutralidad climática. Desde 2020, el 100% de su electricidad procede de fuentes renovables. Recientemente, han recibido una inversión de cerca de 3 millones de euros, lo que ha permitido adaptar las instalaciones al trabajo flexible, sustituir toda la tecnología climatizadora y ahorrar más de 62.500 kW/h, el equivalente al consumo de 19 hogares españoles en un año.

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