Dos activistas se pegan a los marcos de ‘Las majas’ de Goya en el Museo del Prado
Los ecologistas han realizado una pintada con el lema “+1,5º” entre ambas pinturas para protestar contra el calentamiento global
Dos activistas de la asociación ambiental Futuro Vegetal han pegado sus manos este sábado a los marcos de los cuadros de La maja desnuda y de La maja vestida de Francisco de Goya expuestos en el Museo Nacional del Prado, en Madrid, en señal de protesta por la emergencia climática. En el muro donde están colgadas dichas pinturas, concretamente en el espacio que las separa, han escrito el mensaje “+1,5º” para “alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta”. A primera hora de la tarde, fuentes del Gobierno h...
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Dos activistas de la asociación ambiental Futuro Vegetal han pegado sus manos este sábado a los marcos de los cuadros de La maja desnuda y de La maja vestida de Francisco de Goya expuestos en el Museo Nacional del Prado, en Madrid, en señal de protesta por la emergencia climática. En el muro donde están colgadas dichas pinturas, concretamente en el espacio que las separa, han escrito el mensaje “+1,5º” para “alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta”. A primera hora de la tarde, fuentes del Gobierno han confirmado que la Policía se ha llevado a los dos activistas, que han sido desalojados “sin problemas adicionales”. La dirección del museo ha informado de que las pinturas no han sufrido daños, aunque es posible que los marcos pueden tener ligeros desperfectos. La brigada encargada de mover las obras y un trabajador de mantenimiento se han desplazado hasta el museo para pintar de nuevo la pared. Esta tarde la sala, con ambos cuadros, ha vuelto a reabrir al público.
El material utilizado para la agresión —el pegamento con el que los activistas se han adherido a los marcos y el espray que han utilizado para pintar la pared— era de plástico, por lo que han podido eludir con facilidad los detectores de metales instalados en la entrada. “Estoy aquí pegado porque la semana pasada la ONU hacía oficial que ya es imposible contener el calentamiento del planeta en 1,5 grados, sobrepasando los límites marcados en el Acuerdo de París y comprometiendo nuestra seguridad alimentaria”, ha afirmado uno de los activistas durante el suceso. La otra activista que ha adherido su mano a una de las obras de Goya ha exigido al Gobierno que retire las subvenciones al sector ganadero y que ese dinero lo destine a promocionar alternativas que ayuden a hacer frente al cambio climático. Ambos ecologistas han sido detenidos por la Policía y se encuentran en la comisaría del distrito del Retiro a la espera de pasar a disposición judicial, según ha informado la organización en un comunicado. “Han sido despegados de los marcos usando un disolvente, por lo que no han sufrido ninguna lesión. Sin embargo, no saben cuándo van a poder salir en libertad”, explica la asociación.
En su página web, Futuro Vegetal se define como “un colectivo de desobediencia civil y acción directa que lucha contra la crisis climática mediante la adopción de un sistema de agroalimentario basado en plantas”. Entre otras acciones que esta asociación ha llevado a cabo, se encuentra la de lanzar pintura roja biodegradable en las sedes andaluzas del PP, Vox, PSOE e IU poco antes de las elecciones autonómicas en señal de protesta “por la falta de debate público durante la campaña electoral sobre la soberanía alimentaria” y su relación con el cambio climático.
El Museo del Prado ha condenado el ataque a través de un comunicado en su cuenta de Twitter: “Condenamos el acto de protesta que ha tenido lugar en el museo. Las obras no han sufrido daños, aunque los marcos tienen ligeros desperfectos. Estamos trabajando para volver a la normalidad lo antes posible. Rechazamos poner en peligro el patrimonio cultural como medio de protesta”. Marta Rivera, la consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, también se ha pronunciado al respecto en la misma red social: “No son activistas ecológicos. Son dos personas sin respeto por el patrimonio cultural. Pido al Ministerio de Cultura que cuide especialmente la vigilancia en las salas de los grandes museos nacionales para proteger nuestros tesoros”.
Esta protesta se suma a otras que se han sucedido en las últimas semanas en Europa, como la de dos ecologistas que lanzaron en octubre sopa de tomate a Los Girasoles de Vincent Van Gogh, expuesto en la National Gallery de Londres. El anterior acto de este tipo se había producido el viernes en Roma, cuando cuatro activistas ecologistas lanzaron sopa de guisantes sobre el cuadro El Sembrador (1988), también de Van Gogh, y se pegaron con pegamento al muro donde estaba expuesto, en el museo del Palacio Bonaparte en Roma.
La obra, que forma parte de una exposición temporal dedicada al pintor neerlandés en la capital italiana, no sufrió daños porque estaba protegida con un cristal, según dijo Camila Talfani, portavoz de los organizadores de la muestra. Los asaltantes eran miembros de Última Generación, una organización ambientalista que subrayó en un comunicado que su objetivo no era dañar la pintura, sino concienciar a la sociedad sobre el cambio climático y sus consecuencias, como la falta de acceso a alimentos que sufren algunos países y poblaciones que se ven obligadas a migrar de sus hogares por esta razón.
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