La curva epidémica en España consolida su descenso pero los expertos llaman a la cautela

Sanidad asume que ya se ha alcanzado el pico de la sexta ola y la ministra del ramo, Carolina Darias, insiste en avanzar a otra fase de la pandemia y “pasar de la vigilancia de la emergencia a una vigilancia por objetivos”

Dos sanitarias atienden a un paciente con covid en el Hospital de Bellvitge de Barcelona el 20 de enero.JOSEP LAGO (AFP)

La sexta ola comienza a claudicar. Los datos epidemiológicos de los últimos días consolidan el descenso de la curva epidémica y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha admitido este viernes que “todos los datos apuntan a que se ha doblegado la curva”. La incidencia de contagios, sin embargo, sigue disparada, con más de 3.000 casos por 100.000 habitantes a 14 días y los expertos consultados piden cautela. Primero, porque ...

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La sexta ola comienza a claudicar. Los datos epidemiológicos de los últimos días consolidan el descenso de la curva epidémica y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha admitido este viernes que “todos los datos apuntan a que se ha doblegado la curva”. La incidencia de contagios, sin embargo, sigue disparada, con más de 3.000 casos por 100.000 habitantes a 14 días y los expertos consultados piden cautela. Primero, porque el conteo de casos es irregular y hay comunidades que no reportan los diagnósticos resultantes de las pruebas de antígenos realizadas en domicilios, por ejemplo. Y, además, planean sobre el escenario pandémico eventuales repuntes de contagios a causa de la aparición de nuevas variantes o sublinajes, como el BA.2 de la ómicron, que ya gana terreno en países como Dinamarca y donde, precisamente, su curva epidémica ha repuntado. No está todo dicho y el ritmo de contagios puede volver a virar, avisan los epidemiólogos.

En la última semana, la incidencia ha bajado un 10%, mientras que los siete días anteriores había crecido un 7%. “Todos los datos apuntan que hemos doblegado la curva. Todos los datos de bajada se van consolidando día a día, pero hay que ser prudentes para que esos datos sigan siendo así” ha subrayado la ministra en una visita al Hospital de Son Llàtzer de Palma. El Ministerio de Sanidad ha notificado este viernes 118.922 nuevas infecciones y la incidencia a 14 días se sitúa en 3.078 casos por 100.000 habitantes.

La circulación del virus sigue desbocada y no se puede bajar la guardia, insiste Joan Caylà, epidemiólogo y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología: “Cuesta mucho saber dónde estamos porque tenemos varias comunidades que no recogen datos de autotest. Si hay comunidades que declaran bien y otras, como Madrid o Andalucía, que tienen más impacto poblacional y declaran menos de lo que tiene, podría parecer que la incidencia estuviese bajando, pero habría que ver si es así”. Algunas comunidades, como Andalucía, Murcia, Madrid, Baleares, Castilla y León o la Comunidad Valenciana, entre otras, no reportan los casos reales porque no contabilizan los positivos que arrojan las pruebas adquiridas en farmacia. De hecho Andalucía, que con más de 8,4 millones de habitantes es una de las autonomías más pobladas, solo reportó ayer 324 casos, mientras que Asturias (1,02 millones) notificó 1.867.

Para José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, sí se está consolidando un descenso de la curva. A pesar de las limitaciones, señala, todos los indicadores apuntan a ello. “Siempre hay un subregistro, pero es mayor desde que aparece la ómicron y el volumen de casos bloquea los servicios sanitarios. Pero incluso teniendo en cuenta que se miden las cosas de manera distinta, tenemos indicadores para ver que se consolida la tendencia. La ocupación hospitalaria, por ejemplo, viene bajando desde hace días y aunque haya un subregistro, eso indica que la curva está bajando”. En España hay 18.393 personas hospitalizadas a causa de la covid, casi unas 300 personas menos que la semana pasada. En concreto, en cuidados intensivos hay 2.060, mientras que el viernes de la semana anterior eran 2.202.

La presión asistencial está contenida y lejos de las cifras que se llegaron a alcanzar hace un año. Por estas fechas, en enero de 2021, la tercera ola hacía estragos en la calle y los hospitales rozaban el colapso con 30.700 personas con covid hospitalizadas y, de ellas, más de 4.600 en la UCI. Con las unidades de cuidados intensivos con menos de la mitad de pacientes que entonces, los hospitales ahora respiran, pero la tensión sigue complicando el día a día en otras áreas asistenciales, como la atención primaria o los servicios de emergencias. La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias ha alertado en un comunicado que persiste la “sobrecarga” asistencial: “La situación en urgencias sigue siendo crítica, con los profesionales sanitarios exhaustos y sufriendo sus propias bajas médicas por covid”.

La imprevisibilidad del virus y la amenaza de nuevas variantes mantiene en alerta a los expertos. De hecho, la ministra de Sanidad admitió esta semana que se había detectado un caso del nuevo sublinaje de la ómicron, el llamado BA.2, a la red de vigilancia epidemiológica. Esta subvariante está creciendo en países como Dinamarca, Suecia o India y la comunidad científica la vigila de cerca, aunque Darias apuntó esta semana que, por lo pronto, no parece más grave ni muy diferente del linaje mayoritario de la ómicron que circula por el mundo.

Los datos preliminares daneses sugieren que la BA.2 es 1,5 veces más contagiosa que el subtipo clásico de ómicron. Magda Campins, jefa de Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, se muestra cautelosa: “Hace poco que hemos detectado esta subvariante y hay que esperar. En cuanto a comportamiento, parece que va a ser igual. Los datos de Dinamarca no ven que se comporte de forma más grave, pero aunque sea así, el número de casos aumentará y podemos volver a tener otro aumento de la incidencia y volver a ponernos en tensión otra vez”.

Asturias también ha reportado este viernes su primer caso de esta subvariante de la ómicron en una mujer no vacunada de entre 40 y 50 años. Mario Margolles, coordinador del área sanitaria de la dirección general de Salud Pública de Asturias, ha anunciado que reforzará “la búsqueda de cepas similares alrededor del caso inicial y en la comunidad para determinar la prevalencia real”. “Esperamos que se distribuya con mayor frecuencia, pero con respecto a la situación clínica, parece ser de carácter leve y muy poca frecuencia de infecciones de carácter grave”.

Con un escenario epidémico incierto a corto plazo, las comunidades empiezan a mover ficha. Algunas, en favor de rebajar restricciones y otras, más conservadoras, apuestan por mantener las medidas de control severas unas semanas más. Cataluña, por ejemplo, que aplicó las limitaciones más duras antes de Navidad, ha ido abriendo la mano y, a excepción del cierre del ocio nocturno, que lo mantiene, ha levantado ya el toque de queda, la limitación de reuniones a 10 personas y los aforos limitados en restaurantes y teatros. Galicia y La Rioja también han flexibilizado medidas en la restauración y Cantabria, como el Govern catalán, ha retirado el uso del pasaporte covid para entrar a determinados espacios públicos.

Más conservadora se mantiene Navarra, que ha prorrogado sus restricciones hasta el 14 de febrero y mantiene el uso del pasaporte covid. También el País Vasco prorroga sus medidas, como el cierre de la hostelería y la actividad comercial y de ocio a la 1.00, hasta el 13 de febrero y ha pedido el aval de la justicia para continuar usando el certificado covid. En la Comunidad Valenciana y en Andalucía, la justicia ha avalado prorrogar la obligatoriedad del certificado covid para acceder a algunos espacios públicos. El Consejo Interterritorial de Salud, donde están representados Sanidad y las comunidades, también acordó esta semana prorrogar los aforos limitados en las competiciones deportivas multitudinarias: el máximo de ocupación será del 75% en eventos abiertos y del 50% en espacios cerrados.

Caylà considera que las medidas vigentes en España son “muy laxas”: “Si no nos esmeramos mucho, se nos puede volver a complicar la Semana Santa y el verano. No hay que contentarse si conseguimos bajar la incidencia a 500; tendríamos que tenerla en 50 casos por 100.000. Hay que esmerarse en mantener medidas para bajar rápido la sexta ola y evitar una séptima”. Y apuesta por medidas “fáciles”, como el teletrabajo o ampliar el uso del pasaporte covid: “Fue una lástima que no tuviese más éxito en España esta medida, que es relativamente fácil de aplicar”.

Martínez Olmos admite que, aunque lo previsible es que la curva epidémica siga bajando, “no será tan rápido como si hubiese medidas de restricción”. Y, aunque asume que, desde la perspectiva de salud pública, “no es el momento de rebajar restricciones”, apunta otro elemento a tener en cuenta: “La factibilidad de la medida: también hay temor a que no sean prorrogadas por los tribunales superiores de justicia”.

Por su parte, la ministra de Sanidad sigue defendiendo la mascarilla obligatoria en la calle el tiempo que sea necesario y no concreta fecha de retirada, pero aboga por avanzar a otra fase de la pandemia con un cambio en el sistema de vigilancia de los casos. Más similar al de la gripe, en vez de contar caso a caso, por ejemplo, una serie de centros centinela se encargarían de reportar una muestra de casos para estimar la circulación viral real. Darias ha indicado que está trabajando con las comunidades en un nuevo sistema para pasar “de la vigilancia de la emergencia a una vigilancia por objetivos y de más calidad”, ha dicho este viernes, informa Lucía Bohórquez.

Residencias de ancianos

La sexta ola también ha entrado de lleno en las residencias de ancianos, que llevan semanas con los contagios al alza, aunque la vacunación ha frenado la peor cara de este virus y las muertes siguen relativamente contenidas. Según el Instituto de Servicios Sociales (Imserso), en la semana del 17 al 23 de enero (última de la que se tienen datos), se han reportado 12.850 ancianos infectados, mientras que en la semana anterior fueron más de 14.000. En cuanto al número de fallecidos en esos siete días, el Imserso notificó 215, un 15% más que la semana anterior. No se notificaba una cifra tan alta de muertes semanales desde principios de febrero de 2021, cuando se contabilizaron 352 en la semana del 8 de febrero, aunque en esa ola (la tercera), se llegaron a notificar, con muchas menos infecciones registradas (cerca de 3.000), 788 decesos de ancianos con covid en una semana a finales de enero.

En el cómputo global de fallecidos en toda España durante la pandemia, la cifra oficial recogida por el Ministerio de Sanidad asciende a 92.966. Esto significa 1.225 muertes más que las reportadas el viernes pasado. Los siete días anteriores, entre el 14 y el 21 de enero se notificaron 982 decesos.


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