España sale del riesgo alto de transmisión del coronavirus

La incidencia acumulada baja de 150, algo que no pasaba desde el pasado 1 de julio

Un grupo de jóvenes en una terraza en San Sebastián el pasado 1 de septiembre.Javier Etxezarreta (EFE)

España vuelve después de más de dos meses a situarse en riesgo medio de transmisión por coronavirus. La incidencia acumulada en 14 días ha bajado este jueves de 150 casos por 100.000 habitantes (en concreto, 140,43), algo que no sucedía desde el 1 de julio pasado. La quinta ola sigue cayendo así y sitúa al país en un territorio poco transitado en el último año: solo 70 de los últimos 365 días se ha mantenido fuer...

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España vuelve después de más de dos meses a situarse en riesgo medio de transmisión por coronavirus. La incidencia acumulada en 14 días ha bajado este jueves de 150 casos por 100.000 habitantes (en concreto, 140,43), algo que no sucedía desde el 1 de julio pasado. La quinta ola sigue cayendo así y sitúa al país en un territorio poco transitado en el último año: solo 70 de los últimos 365 días se ha mantenido fuera del “riesgo alto” o “muy alto” de contagios, durante dos cortos periodos al principio y el final de la primavera, enmarcando la cuarta ola.

Estas cifras se refieren solo a la probabilidad de transmisión. Para calcular el riesgo global se tienen en cuenta en cada territorio, además de la incidencia acumulada, otros indicadores de transmisión y asistenciales, como son la ocupación hospitalaria y de las unidades de cuidados intensivos. A nivel nacional, las cifras están en riesgo medio en las UCI (menos de un 14% de ocupación de enfermos de covid) y bajo en planta (menos de un 5% de ocupación).

La presión asistencial, además, sigue cayendo. Desde el pasado 2 de agosto cada vez hay menos ingresados por covid en los hospitales españoles. Este jueves había 5.115 pacientes de covid en planta, la mitad del pico en la quinta ola. En las UCI estaban ingresados 1.258 enfermos. La bajada de esta estadística es más lenta: el 9 de agosto, día de máxima ocupación, llegó a haber 2.031 pacientes en las UCI.

También va reflejándose en los informes diarios de Sanidad un decrecimiento progresivo del número de fallecimientos. Aunque estos datos tardan semanas en asentarse, las tendencias ya son de una clara, aunque lenta, caída tanto en el reporte diario de decesos como en las muertes semanales por fecha de defunción.

La tendencia a la baja de los indicadores de la pandemia es generalizada en todas las comunidades autónomas, pero todavía quedan nueve en riesgo alto de transmisión: Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja. Los mejores datos son los de Asturias, con una incidencia acumulada de 56. Esta comunidad es también la que tiene a una mayor porción de su población con la dosis completa de la vacuna contra la covid: 81,1%.

Ante la caída de los contagios, la mayoría de las comunidades está progresivamente levantando limitaciones sociales. Cataluña, por ejemplo eliminará todas las restricciones que aún afectan derechos fundamentales, como el número de personas en reuniones sociales, aunque seguirán aplicando, por ejemplo, aforos en hostelería.

¿Seguirá bajando la transmisión?

El descenso de los contagios se mantendrá previsiblemente durante los próximos días. Es imposible saber con certeza lo que hará la curva epidémica, pero la incidencia en los últimos siete días (52 casos por 100.000 habitantes) está muy por debajo de la mitad de la de 14 días. Aunque con limitaciones, sobre todo debidas al retraso de notificación de diagnósticos, este indicador marca la tendencia de lo que pasará con la incidencia acumulada a 14 días, la referencia estándar para seguir la epidemia en España: si está por debajo de la mitad lo normal es que el comportamiento futuro sea de bajada y si está por encima, de subida.

Lo que suceda en los próximos días dependerá en parte del resultado de la vuelta a la actividad laboral y escolar. Habrán de pasar todavía un par de semanas para comprobar si esto se traduce en una subida de contagios. Para entonces el porcentaje de población completamente vacunada rondará el 75%, incluida la mayoría de los adolescentes. Esto dificultará la expansión del virus (aunque no la anula, ya que es posible infectarse con la vacuna) y, sobre todo, provocará que las hospitalizaciones sean cada vez menores.

Faltarán por vacunar todos los niños menores de 12 años. Para ellos no existe por el momento una vacuna aprobada. Las dos principales farmacéuticas que suplen a España (Pfizer y Moderna) están haciendo ensayos, una vez que han ajustado el tamaño de las dosis para los pequeños. Habrá que comprobar si es segura y efectiva, algo que se espera previsiblemente a finales de este año. Entonces, las autoridades sanitarias tendrán que decidir si la inyectan, ya que las complicaciones graves de la covid en niños son sumamente improbables.

Mientras, mantendrán medidas similares a las del curso pasado en los colegios, aunque con más alumnos por clase y con una variante más contagiosa en circulación. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha dado este jueves una conferencia en la reunión anual de Sociedad Española de Epidemiología (SEE), en la que ha recordado el éxito de la gestión del coronavirus en los centros educativos: “Hemos sido el único país de Europa y de los pocos del mundo que han mantenido el curso prácticamente 100% presencial”. Expertos como el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat confían en repetir el éxito, mientras que otros son más pesimistas y creen que al ser los niños el único colectivo sin inmunizar, puede gestarse en ellos una sexta ola que se transmita hacia los mayores, como sucedió en la quinta con los jóvenes y los adolescentes.

Simón ha asegurado que, de producirse, las nuevas olas serán más leves: “Es muy probable que España no vuelva a tener grandes olas epidémicas. Puede haber la sexta, séptima, octava o novena ola, pero no serán como las anteriores”. El director del CCAES se ha mostrado partidario de “comenzar a normalizar la enfermedad”, aunque se mantengan ciertas medidas y se siga mirando la curva de contagios.

Además de tener menos casos, la mayoría de los expertos prevén nuevas olas más leves. La quinta ola ya ha mostrado una letalidad siete veces inferior a las anteriores gracias a las vacunas. En ella, con una explosión de diagnósticos más rápida que en ninguna de las anteriores (en la primera probablemente los contagios subieron más rápidamente, pero no se detectaron), la presión en los hospitales no ha llegado a comprometer en ningún momento la capacidad asistencial. Con más población protegida lo normal será que la enfermedad que causa el virus sea cada vez más leve.

Esto mismo piensa Elena Vanesa Martínez, presidenta de la SEE. “En la última ola, además de la variante delta nos relajamos mucho en las medidas. Me da la sensación de que la gente ha vuelto a ser consciente de que hay que respetar las medidas y tenemos la ventaja de que cuanto más baja sea la transmisión, más efectivas serán las medidas”, explica. Por esta razón, cree que de producirse una ola será menor. Pero, advierte: “Todavía quedan grupos de vulnerables a los que la vacuna no ha llegado [como por ejemplo los inmigrantes irregulares], por mucha población que haya vacunada, si el virus les alcanza se propagará, por eso hay que seguir intentando llegar a ellos”.

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