El Gobierno de Marruecos impulsa la legalización del uso terapéutico del cannabis
El proyecto de ley cuenta con el apoyo de los principales partidos de la oposición, pero con el rechazo del PJD, la mayor formación islamista
El ministro del Interior de Marruecos, Abdeluafi Laftit, que suele actuar en plena sintonía con el Palacio Real, presentó esta semana un proyecto de ley que contempla la legalización del cannabis para usos terapéuticos. La ley se examina en el Consejo de Gobierno y prevé la creación de una agencia que será el único organismo que centralice el negocio legal. El uso recreativo seguirá estando prohibido y el cultivo legal estará limitado a seis áreas del norte. En el horizonte se prevé un negocio abundante que debería r...
El ministro del Interior de Marruecos, Abdeluafi Laftit, que suele actuar en plena sintonía con el Palacio Real, presentó esta semana un proyecto de ley que contempla la legalización del cannabis para usos terapéuticos. La ley se examina en el Consejo de Gobierno y prevé la creación de una agencia que será el único organismo que centralice el negocio legal. El uso recreativo seguirá estando prohibido y el cultivo legal estará limitado a seis áreas del norte. En el horizonte se prevé un negocio abundante que debería repercutir en una de las zonas más pobres del país, como es el Rif, en el norte de Marruecos.
El proyecto de ley señala que el mercado medicinal del cannabis contempla un crecimiento anual del 30% en el mundo y del 60% en Europa. El texto recuerda que Marruecos ya permitió el uso medicinal de la planta entre 1922 y 1954, dos años antes de que el país obtuviera su independencia de Francia y España.
Marruecos se sumaría así a una lista de más de 50 países donde ya es legal esta industria. Ahí destacan Canadá —que permitió el uso medicinal en 2001 y el de fines recreativos en 2018—, Estados Unidos —donde es legal el uso terapéutico en 33 de sus 50 Estados—, Alemania —donde se compra con receta médica desde 2017— o Portugal, donde se puede adquirir en farmacias desde 2018.
El proyecto ha de ser debatido en el Parlamento, donde cuenta con el respaldo de los principales partidos de la oposición, como el Istiqal y el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Pero también se enfrenta a la oposición de grandes referentes del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD).
El PJD, a pesar de ser el partido que más votos cosechó en las elecciones legislativas y ser la principal formación en el Gobierno de coalición, cuenta solo con 125 de los 395 escaños que componen la Cámara de Representantes, la cámara baja del Parlamento. Por tanto, el proyecto cuenta con bastantes opciones de salir adelante.
Las autoridades han recordado que este proyecto es posible gracias a la decisión histórica que adoptó la ONU el 2 de diciembre de 2020, cuando reconoció las propiedades terapéuticas de la planta y la retiró de la llamada “lista IV”, que reúne desde 1961 las sustancias más perjudiciales y sin potencial médico reconocido.
La ONU, que siguió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), abrió así dos grandes campos a explotar: el científico, por un lado, y el comercial, por otro. Marruecos, uno de los principales productores de cannabis, fue uno de los países que votó a favor de esta decisión, además de todos los de la Unión Europea, a excepción de Hungría. En Marruecos, el sitio digital Le360, que posee excelentes fuentes oficiales, indicaba que alrededor de 400.000 personas viven del cultivo del cannabis. Y el territorio sembrado es de 70.000 hectáreas.
Aquella votación en la ONU fue reñida. De los países que componen la Comisión de Estupefacientes, 27 votaron a favor y 25 en contra, entre ellos Brasil, Cuba, Rusia y China.