Siete de cada 10 mujeres no usa doble protección al mantener relaciones sexuales

El uso del preservativo ha caído del 66% al 52,8% en la última década

Una tableta de píldoras anticonceptivas.

Raquel, de 23 años, nunca se habría imaginado en la farmacia para comprar un antibiótico contra la clamidia. Y aún así, le pasó. La joven pensaba que había actuado siempre de manera responsable. Tomaba la píldora desde hace tiempo, como hace el 18,5% de las mujeres de entre 15 y 49 años, según la encuesta nacional sobre sexualidad realizada a las mujeres españolas por la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y la Fundación Española de Contracepción. Solo el 31,3% usa preservativo.

Para prevenir de forma fiable tanto un embarazo como una enf...

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Raquel, de 23 años, nunca se habría imaginado en la farmacia para comprar un antibiótico contra la clamidia. Y aún así, le pasó. La joven pensaba que había actuado siempre de manera responsable. Tomaba la píldora desde hace tiempo, como hace el 18,5% de las mujeres de entre 15 y 49 años, según la encuesta nacional sobre sexualidad realizada a las mujeres españolas por la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y la Fundación Española de Contracepción. Solo el 31,3% usa preservativo.

Para prevenir de forma fiable tanto un embarazo como una enfermedad de transmisión sexual (ETS), Raquel (nombre ficticio) habría precisado usar además de la píldora un preservativo. Es lo que los expertos denominan el “doble método”. El 73,8% de las mujeres entrevistadas no lo hace.

Según la investigación —realizada con 31 preguntas telefónicas a 1.800 mujeres de 15 a 49 años el pasado julio—, cada vez menos jóvenes utilizan preservativo: en la última década su uso ha pasado del 66% al 52,8%. El doctor José Vicente González Navarro, de la SEC, explicó este jueves al presentar la encuesta que suelen ofrecer dos excusas: que la relación sexual no estaba planeada y no disponían de uno (25,5%); y en la confianza en su pareja estable (23,1%).

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El trabajo refleja una bajada en la percepción del riesgo en torno a las relaciones. Y González apunta a una posible explicación: la vergüenza que acompaña a las ETS hace que muchas veces no se hable de ellas, lo que puede dar una falsa sensación de seguridad a los jóvenes, que no conocen casos en su entorno.

Para Lluís Ballester, de la Red de Jóvenes e Inclusión, la situación es preocupante y coloca la clave en “la educación sexoafectiva a todas las edades, incluso en las empresas”.

Las consecuencias de esa falta de educación son evidentes. En el 10,8% de los casos en los que no se usa preservativo, es por evitar interrumpir la relación para ponérselo, tanto ellos como ellas. Para Ballester esto es un claro reflejo de falta de autoestima y de confianza en la propia relación. “En las charlas nos enfocamos en el consentimiento, pero también en gestionar bien las emociones en las relaciones y a ser responsables en el ámbito afectivo. A los 14 años nadie piensa en reproducirse, por eso hay que dejar espacio para el diálogo sobre el placer, el deseo o las emociones. De lo contrario se van a Internet y allí no encuentran una educación sexual fiable”.

El porcentaje de españolas que utiliza la píldora (18,5%) es muy bajo comparado con el de Francia o el Reino Unido, donde ronda el 50%. Los posibles efectos secundarios desincentivan a muchas. También cuestiones ideológicas. En la presentación, González atacó una falsa creencia sobre su uso: no existe la necesidad de hacer descansos. “Si la mujer está bien con el anticonceptivo, no hay necesidad de que los deje. Esto sólo aumenta el riesgo de embarazo”, afirmó.

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