Los españoles redujeron un 14% el desperdicio de comida durante el confinamiento
En 2019, los hogares tiraron 1.352 millones de kilos de alimentos, el 4,7% de lo adquirido
Durante el confinamiento, los españoles redujeron su desperdicio alimentario en un 14% respecto a las mismas semanas del año anterior. Esto se traduce en que tres de cada 10 hogares no tiraron comida, uno más que en 2019, según los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria, del ministerio, ha observado con optimismo cómo “el incremento de desperdicio de alimentos se ha estabilizado”, durante la presentación de un estudio sobre el desperdicio alimentario este martes. En 2018, aumentó un 9%, mientra...
Durante el confinamiento, los españoles redujeron su desperdicio alimentario en un 14% respecto a las mismas semanas del año anterior. Esto se traduce en que tres de cada 10 hogares no tiraron comida, uno más que en 2019, según los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria, del ministerio, ha observado con optimismo cómo “el incremento de desperdicio de alimentos se ha estabilizado”, durante la presentación de un estudio sobre el desperdicio alimentario este martes. En 2018, aumentó un 9%, mientras que en 2019 solo un 1% con respecto al año anterior. No obstante, Herrero opina que para mantener esta tendencia es fundamental crear conciencia en la población. "Los ciudadanos hemos vuelto a la cocina y hemos vuelto a dar valor a los alimentos, descubriendo con el paso de las semanas, la riqueza de los productos de temporada”, ha destacado.
Un punto con el que Laura Martos, de la ONG Enraiza Derechos, coincide. “Durante el confinamiento, al pasar más tiempo en la cocina y bajar menos al supermercado, hemos aprovechado más los alimentos”, afirma Martos. “Además, si sube la inseguridad alimentaria, como ha ocurrido en algunos hogares con problemas económicos, el desperdicio también baja. Debemos llegar a un punto en el que esto ocurra pero por conciencia ciudadana”. La reducción del desperdicio alimentario a nivel global es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Los españoles tiraron a la basura 1.352 millones de kilos de alimentos en 2019, lo que representa el 4,7% de los alimentos que compraron. Durante ese periodo, 3.700 millones de hogares españoles declararon no desperdiciar alimentos. Estos hogares están formados, según datos del Ministerio de Agricultura, por personas mayores de 50 años, sin niños y de una clase económica social media o baja. Este perfil de ahorradores también incluye parejas jóvenes sin hijos o a personas retiradas. Estos hogares están situados en el noroeste y el centro de España y en el área metropolitana de Barcelona.
¿Cuál es la causa de que unos hogares desperdicien menos que otros? El malgasto de alimento puede estar causado por muchas razones, como por ejemplo una mala gestión de la compra, pero también influyen estrategias de marketing que te hacen comprar comida que no necesitas. “Estaría bien que la ley regulará mejor este punto”, opina Martos.
Para que la sensibilización ciudadana tenga un efecto, debe ir de la mano tanto de la responsabilidad de las Administraciones como de la industria. Durante la crisis del coronavirus, el 73% de las compañías incrementó sus donaciones de alimentos. Así lo refleja el avance del estudio sobre desperdicio alimentario en la industria y la gran distribución en España, elaborado por el ministerio en colaboración con la asociación de fabricantes y distribuidores AECOC y presentado este martes por vía telemática. En parte este dato viene influenciado por la gran cantidad de peticiones recibidas durante el confinamiento, que supuso uno principales retos para casi el 68% de las empresas. Más de la mitad, casi el 54%, prevé mantener estos nuevos hábitos, aunque un 42,9% prevé reducir el actual nivel. Según este estudio, el 93% de las empresas de distribución ya dona sus excedentes alimentarios a ONG. Martos, sin embargo, critica que las donaciones no atacan el origen del problema alimentario. “Los Estados son los que tienen que asegurar la seguridad alimenticia de su población, no puede ser que esto caiga sobre los hombros de las empresas”, añade.
Para Herrero, los datos del informe reflejan el aumento desde 2018 de la conciencia sobre el impacto que supone el desperdicio de alimentos por parte de la industria, en términos económicos, sociales y medioambientales. Actualmente, siete de cada 10 empresas disponen de planes estratégicos para combatir el desperdicio. A esto se añade que el 61% promueve buenas prácticas destinadas a la prevención o reducción en origen del desperdicio y el 51% promueve acciones conjuntas con sus proveedores para reducirlo. El análisis de los procesos productivos ha encontrado que la generación de desperdicios está mayoritariamente ligada a la calidad de los productos, las mermas en los procesos productivos y las averías en la maquinaria. “Por eso es muy importante buscar métodos de producción cada vez más eficientes y realizar controles de calidad”, añade el director general de la Industria Alimentaria.
El anteproyecto de la ley de residuos y suelos contaminados, presentado en junio por el Gobierno, propone abordar el desperdicio alimentario con medidas para reducir su cantidad y criterios para que determinados desechos puedan utilizarse de nuevo. A este respecto, el informe recoge que por cada kilogramo o litro producido se generan solamente 0,004 kilos o litros de residuo. Además, por cada kilo o litro de producto, 0,0022 kilos o litros se convierten en subproducto. Esto quiere decir que después es aprovechado, como por ejemplo en la fabricación de piensos para animales. De hecho, la alimentación animal es la opción que más se usa, casi el 66%, para revalorizar esos excedentes que no se utilizan en la alimentación humana. También existen otros procedimientos como el compostaje o digestión anaerobia que permiten realizar los desperdicios.