Los médicos retoman sus movilizaciones ante una situación “insostenible”

Las manifestaciones, movilizaciones y concentraciones se suceden desde el pasado mayo, los especialistas reclaman una mejora de las condiciones laborales y la llegada de los refuerzos prometidos

Concentración en la puerta del hospital Gregorio Marañón este martes 15 de septiembre.JUAN MEDINA (Reuters)

Primero fueron los especialistas, en mayo, organizados en un movimiento nacido en las máquinas de café de los hospitales, Sanitarios Necesarios: era mayo. Luego los residentes del sistema de salud de todas las áreas, que convocaron una huelga indefinida a partir del 13 de julio. Ahora, seis meses despué...

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Primero fueron los especialistas, en mayo, organizados en un movimiento nacido en las máquinas de café de los hospitales, Sanitarios Necesarios: era mayo. Luego los residentes del sistema de salud de todas las áreas, que convocaron una huelga indefinida a partir del 13 de julio. Ahora, seis meses después de la llegada de la pandemia a Madrid, los médicos de centros de salud y hospitales vuelven a movilizarse porque la situación apenas ha cambiado: ni han llegado los refuerzos prometidos ni ha habido mejoras en las condiciones laborales.

Este martes, los profesionales que pudieron y vecinos madrileños se concentraron a las puertas de centros de salud, ambulatorios, consultorios y hospitales porque, dicen, para un nuevo colapso del sistema solo hace falta un poco más de tiempo. Los 80 millones de euros en los próximos tres años para la atención primaria que anunció este lunes la presidenta Isabel Díaz ayuso no cubren, según los especialistas, las carencias a las que está sometido este primer escalón del sistema desde hace años.

Esa precariedad la ha reflejado la ausencia de profesionales esta mañana en las concentraciones; en algunos centros, como el del Ensanche de Vallecas, tenían tal cúmulo de trabajo que no han podido salir. El distrito, con 769 casos confirmados en los últimos 14 días y una incidencia acumulada de 696,78 —la media en España es de 247,66—, es uno de los más afectados de la Comunidad.

“No tenemos rastreadores, todo lo hacemos nosotros”

En ese centro de la calle de las Cinco Villas, ajenas a la protesta, varias de las personas que hacían cola para ser atendidas aseguraban que es imposible hablar con el centro por teléfono. No les queda otra que acudir de manera presencial. Una enfermera, que prefiere guardar el anonimato, hacía balance de la situación poco después del mediodía: “No se coge el teléfono por la carga de trabajo. Hacemos unas 120 PCR al día, 200 el sábado anterior. Hay que llamar a cada uno para comunicar el resultado y si es positivo a todos los contactos, y no tenemos rastreadores, todo lo hacemos nosotros”. Señala que hacer tantas PCR impide que se preste atención a otras afecciones de pacientes crónicos, porque la plantilla es de 60 trabajadores, contando con personal administrativo, para un total de 52.000 ciudadanos asignados.

“Venden desde arriba que las pruebas tardan 48 horas, pero a veces se alargan una semana y la gente está de uñas, muy enfadada. Hemos llegado a tener agresiones verbales y nos increpan porque hemos cogido vacaciones, nos llaman vagos. Yo me quedo horas extras por los pacientes, pero no están pagadas ni agradecidas”, cuenta disgustada desde la puerta de entrada. Para ella, los 80 millones que ha anunciado Díaz Ayuso no son “para nada suficientes” y declara que a pesar de que han elevado sus quejas de falta de personal la respuesta que obtienen siempre es “estamos en ello”.

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Patricia, médica en otro centro de salud del distrito, el Soldevilla, dice al teléfono que llega a trabajar media, una o dos horas antes de que empiece su turno: “Me imprimo mi lista de reyes godos, las bajas que hay que revisar y comienzo. Ayer tuve 57 pacientes, pero soy la afortunada que llegó a tener en agosto 112 en un día”. Eso, contabiliza, son tres jornadas de trabajo. La aparente imposibilidad de hacer todo lo que toca la suplen con horas extras: “Yo tengo reducción de jornada al 60%, libro miércoles y viernes. El viernes pasado me vine porque fue imposible terminar de llamar a todos los pacientes que tenía en agenda el jueves. Y así cada día”.

Esta situación, con diferencias en la presión asistencial según los centros, se repite por toda la Comunidad. La enfermera del Ensanche de Vallecas, que lleva 20 años en la sanidad, alerta de que hay muchos trabajadores del centro que están sufriendo de estrés. Una de las causas es estar doblando turnos para hacer ese trabajo añadido: “Aquí no se ha contratado a nadie. Además, hay personal sanitario que no quiere trabajar porque los contratos que ofrecen son por días porque así se ahorran pagarles el fin de semana. Han aprendido la lección de Ifema, en donde después de darlo todo les dijeron adiós, y no quieren ser tratados de esta manera”, explica.

Maltrato y abandono de la primaria”, dice Julián Ezquerra, de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts), una de las convocantes de las movilizaciones junto al resto de miembros de la Mesa Sectorial de Sanidad (Satse, CC OO, CSIT Unión Profesional, UGT y CSIF) por la situación de “insostenibilidad” de la sanidad madrileña. “La primaria está en el abismo y requiere una inversión urgente. El plazo de tres años se nos antoja un poco largo cuando se tenía que haber hecho no a tres años vista, sino tres años antes”, concluye Ezquerra.

El 21 de septiembre volverán a movilizarse frente a las puertas de la Consejería de Sanidad y el 28, Amyts mantiene la convocatoria de la huelga para primaria, a la que se incorporarán paulatinamente las Urgencias del Summa 112, las Urgencias hospitalarias y después, el resto de servicios de los hospitales.

En el centro Ensanche de Vallecas, a falta de profesionales, han acudido media docena de vecinos. “Nada, nada, nada, todo a la privada”, coreaban. Una de ellas exigía “menos palabras y más acción” y criticaba que los políticos digan que están contratando a personal cuando “es mentira”. Otra de las señoras allí reunidas contaba que al final la gente está optando por irse a la privada que es “la que se está llenando los bolsillos”, y su compañera lamentaba su situación: lleva varios meses esperando una prueba importante sobre un cáncer de estómago que padece.

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