Uno de cada cuatro empleados del hospital Ramón y Cajal ha dado positivo
La mitad de los afectados del hospital madrileño no tuvieron síntomas
Un 24% de los trabajadores del Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha resultado contagiado por el coronavirus desde que la epidemia irrumpió en España y obligó a este gran centro público a destinar sus mil camas a tratar pacientes de covid-19. Así lo revela una investigación del servicio de microbiología del hospital, que además ha descubierto que prácticamente la mitad de los sanitarios que tienen anticuerpos frent...
Un 24% de los trabajadores del Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha resultado contagiado por el coronavirus desde que la epidemia irrumpió en España y obligó a este gran centro público a destinar sus mil camas a tratar pacientes de covid-19. Así lo revela una investigación del servicio de microbiología del hospital, que además ha descubierto que prácticamente la mitad de los sanitarios que tienen anticuerpos frente al virus ha cursado la infección de forma asintomática. “Es un porcentaje elevado, que hace dos meses no hubiéramos imaginado, pero que está en línea con publicaciones recientes que destacan el papel que las personas asintomáticas han tenido en las dinámicas de transmisión del virus”, explica Rafael Cantón, jefe de servicio responsable del estudio.
Estos resultados aportan información relevante en dos asuntos de gran trascendencia en la epidemia del coronavirus. El primero es que confirman la alta presencia de casos asintomáticos. El segundo es el fuerte impacto que el patógeno ha tenido entre los profesionales sanitarios, que han denunciado la falta de mascarillas y otras medidas de protección en las fases iniciales de la epidemia. España, según los datos ofrecidos este miércoles por el Ministerio de Sanidad, ha superado las 49.000 personas de este colectivo que han resultado infectadas.
El Ramón y Cajal no es el primer hospital en hacer públicos los datos de seroprevalencia de su plantilla. Hace una semana, el de Alcorcón informó de que el 31% de los 2.625 empleados habían dado positivo. Para ello utilizaron las pruebas ELISA, las más fiables entre las que buscan anticuerpos en sangre que revelen que una persona ha pasado el virus. A principios de mes, el Clínic de Barcelona reveló que, mediante una muestra representativa, había encontrado anticuerpos en el 11,2% de sus empleados.
Pero el Ramón y Cajal es el que más personal sanitario ha estudiado, 4.968 profesionales (casi el 80% de su plantilla), y además lo ha hecho de dos formas distintas, lo que aporta información novedosa al comparar los resultados de las distintas pruebas utilizadas. No hay referencias tampoco en la literatura científica de un estudio en otros países de estas dimensiones en un solo centro sanitario.
“Hemos utilizado un test de los llamados rápidos y la prueba ELISA, lo que también nos ha ofrecido datos muy interesantes sobre la fiabilidad de los primeros”, explica Cantón. “A cada profesional le hemos extraído del brazo dos muestras de sangre, un tubo para cada prueba. Luego, al comparar los resultados tomando como referencia la ELISA, hemos visto que con los ajustes oportunos la concordancia entre ambas pruebas llega hasta el 90%”, relata este microbiólogo.
Cantón explica que estos buenos resultados del test rápido, en parte, se explican porque “estas pruebas dan mejores resultados con una muestra de sangre tomada del brazo que con un pinchazo en el dedo” porque de esta forma “controlas mejor el volumen de sangre que depositas y la presencia de los anticuerpos”. “La conclusión es que este tipo de test, utilizado de forma adecuada en contextos concretos, sí pueden ser de utilidad”, sigue este especialista.
El uso de dos tipos distintos de análisis de anticuerpos (test rápido y prueba ELISA) en el Ramón y Cajal ha provocado que de los casi 5.000 empleados estudiados, un grupo (reducido) diera un resultado contradictorio. “En estos casos hemos recurrido al historial, para ver si habían sufrido síntomas, se les había hecho una prueba PCR en su momento…”, explica Rafael Cantón. “A partir de ahora”, destaca, “dispondremos de una tercera técnica, sistemas automatizados para hacer serologías” que permitirán resolver “los valores discordantes”, concluye.
El peligro de la “falsa sensación de seguridad”
Para Cantón, el interés de los hallazgos de esta investigación “no debe llevar a una falsa sensación de seguridad a los profesionales que han pasado la infección”. “Puede pensarse que la presencia de anticuerpos te debería proteger frente a una segunda infección. Pero en el caso del SARS-CoV-2 esto es algo que aún no ha sido demostrado, por lo que es imprescindible que todos los trabajadores sigan llevando mascarilla y el resto de equipos de protección”, concluye.
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