Cámaras detectoras de mascarillas para el metro de París

La capital francesa probará unas cámaras “inteligentes” para medir el uso de la protección obligatoria a partir del lunes en el transporte público parisino

Una mujer con mascarilla, en la estación de La Fourche del metro de París.BENOIT TESSIER (Reuters)

París pone fin este lunes a casi dos meses de confinamiento como una de las zonas “rojas” de Francia, aquellas donde la epidemia de coronavirus aún no está controlada y, por tanto, requieren medidas de protección añadidas. Sobre todo en el transporte público, imprescindible en una ciudad como la capital gala, pero a la vez un potencial foco de contagio. El uso de mascarillas será por tanto obligatorio en metro, trenes de cercanías, tranvías y autobuses. Pero, ¿...

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París pone fin este lunes a casi dos meses de confinamiento como una de las zonas “rojas” de Francia, aquellas donde la epidemia de coronavirus aún no está controlada y, por tanto, requieren medidas de protección añadidas. Sobre todo en el transporte público, imprescindible en una ciudad como la capital gala, pero a la vez un potencial foco de contagio. El uso de mascarillas será por tanto obligatorio en metro, trenes de cercanías, tranvías y autobuses. Pero, ¿cómo confirmar, sin personal suficiente, que efectivamente los usuarios la portan? Una estación de metro pondrá a prueba un software de reconocimiento capaz de detectar en tiempo real si los pasajeros utilizan esta protección o no.

El proyecto se desarrollará en la céntrica estación de Châtelet, una de las más concurridas de Europa, destaca el diario Le Monde. Ya han sido instaladas seis cámaras “inteligentes” y el objetivo es que haya un total de 12 mientras duren las pruebas, por ahora fijadas para un periodo de tres meses. La tecnología la proporciona una start-up francesa especializada en inteligencia artificial, Datakalab, que ya puso a prueba, a finales de abril, este sistema en los tres mercados de la ciudad de Cannes.

Esta tecnología permite, explica la empresa, “obtener en tiempo real la cifra exacta y el porcentaje de personas que usan mascarilla o no” en el lugar donde están colocadas las cámaras. “Gracias a un sistema de alerta, un SMS o un email es enviado a los empleados municipales encargados de la seguridad del lugar para informarles de la evolución del uso de mascarillas a lo largo de toda la jornada”, agrega Datakalab en su web. Un panel electrónico informa a los responsables, “día tras día”, sobre la evolución del uso de mascarillas, lo que les permite no solo comprobar el cumplimiento de las consignas, sino también “anticipar nuevas acciones sobre el terreno y tener algo de ventaja” para ello.

La compañía asegura que se trata de una tecnología “totalmente RGPD” (Reglamento General de Protección de Datos) que por tanto no supone una vigilancia individual. Además, subraya, “ninguna imagen es guardada o difundida, lo que garantiza la protección de los datos personales”.

Los datos son tratados íntegramente “en la cámara: ninguna imagen es transmitida, solo se envía una estadística y el análisis se hace en memoria viva, por lo que incluso si la cámara fuera robada, no se hallaría nada”, aseguró uno de los directivos de la empresa, Xavier Fischer, a Le Monde.

La insistencia sobre la privacidad no es gratuita. El uso de tecnología para realizar seguimientos en torno a la epidemia de coronavirus ha suscitado una viva polémica en Francia. Sobre todo la aplicación de seguimiento de posibles casos StopCovid, que el Gobierno quería tener lista para la desescalada este lunes, pero que ahora comenzará, como pronto, el 2 de junio. Más allá de que el prototipo no estaba listo, el uso de esta aplicación ha provocado un fuerte debate sobre la privacidad en Francia, donde incluso en el seno del partido del presidente Emmanuel Macron ha habido voces críticas con este sistema.

En el caso de las cámaras detectoras de mascarillas, Le Monde indica que se ha contactado ya con el organismo responsable de analizar estas cuestiones, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), que está analizando la tecnología, pero que a priori considera que las medidas de anonimato previstas “presentan garantías en materia de protección de la vida privada de las personas”.

Además de la cuestión de la privacidad, las cámaras deberán todavía demostrar su eficacia en un espacio cerrado y poco iluminado como es el metro, donde el software de detección suele ser menos preciso que en espacios abiertos. Sin embargo, el directivo de Datakalab asegura que las primeras pruebas han logrado un 90% de precisión. Aunque, como apunta el diario francés, la verdadera prueba vendrá cuando, el lunes, los pasillos del metro se vuelvan a llenar, a pesar de las limitaciones impuestas.

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