Murcia abre con restricciones las visitas a residencias para usuarios al borde de la muerte

Permite la entrada durante 15 minutos de un único familiar, que podrá tocar al ser querido “exclusivamente la mano”, cumpliendo fuertes medidas de protección contra el coronavirus

Un trabajador de una funeraria durante la recogida de una persona mayor fallecida en la residencia de ancianos Caser, de la pedanía murciana de Santo Ángel.Marcial Guillén (EFE)

La Región de Murcia permite desde esta semana, y con numerosas restricciones, las visitas a residencias de mayores para acompañar a familiares “en situación de agonía” y cuya muerte es “inminente”. Para ello, se ha aprobado un protocolo que pretende “dignificar y humanizar el proceso de morir” y ayudar a los familiares a superar el duelo, al considerar que “la despedida es un ritual necesario” que puede acarrear numerosos problemas a largo plazo si no se lleva a cabo.

Lo explica por teléfono a EL PAÍS Carmelo Gómez, enfermero especializado en Geriatría, máster en intervención del duelo ...

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La Región de Murcia permite desde esta semana, y con numerosas restricciones, las visitas a residencias de mayores para acompañar a familiares “en situación de agonía” y cuya muerte es “inminente”. Para ello, se ha aprobado un protocolo que pretende “dignificar y humanizar el proceso de morir” y ayudar a los familiares a superar el duelo, al considerar que “la despedida es un ritual necesario” que puede acarrear numerosos problemas a largo plazo si no se lleva a cabo.

Lo explica por teléfono a EL PAÍS Carmelo Gómez, enfermero especializado en Geriatría, máster en intervención del duelo y coordinador de las residencias de mayores de Mensajeros de la Paz en Murcia, que ha participado en la elaboración del protocolo junto con Javier Júdez y Abel Novoa.

En su opinión, el confinamiento establecido para frenar la propagación del coronavirus tendrá un importante impacto en las familias que no han podido despedirse de sus seres queridos, y también en los propios mayores que viven en residencias y han sido aislados no solo de sus familias, sino también de sus compañeros. Por eso, considera “esencial” que en los últimos momentos de la vida “no se rompa el vínculo con su núcleo más cercano”. “Es cuestión de hacer un mínimo ejercicio de empatía”, insiste, aunque haya que tomar medidas extremas de precaución.

De hecho, el protocolo, que se ha anunciado este martes coincidiendo con su primer día en vigor, prevé la entrada a las residencias de un único acompañante de la persona mayor, que debe encontrarse en “estado de agonía, final de vida o previsible muerte inminente”, teniendo por ello que autorizarse la visita con criterios clínicos desde el centro.

El visitante debe acudir solo y firmar una “hoja de compromiso informado” en la que asume los riesgos de contagio de coronavirus y se compromete a cumplir con todas las medidas de seguridad para evitar propagar la enfermedad en el centro.

Para acceder a las instalaciones, deberá quitarse la ropa de abrigo y cualquier complemento como anillos, pulseras o relojes, y protegerse con mascarilla, guantes, bata, gorro y calzas. Personal del centro lo acompañará en todo momento hasta la habitación de su familiar, al que podrá hablar y tocar “exclusivamente la mano”, previamente desinfectada y también provista de un guante. Podrá permanecer con su ser querido un máximo de 15 minutos. “Una vez completada la despedida deberá entrelazar las manos y no tocarse otras partes del cuerpo ni tocar nada hasta que no se desprenda de los guantes siguiendo las instrucciones oportunas”, especifica el protocolo, que señala también otras normas, como el mantenimiento de una distancia mínima de dos metros con el personal y el resto de usuarios del centro, y contempla también las medidas de limpieza e higiene que se deben llevar a cabo antes de abandonar la residencia y alerta de que, si en algún momento el visitante rompe el protocolo será considerado “persona con contacto de riesgo y deberá guardar cuarentena de 15 días en su domicilio".

El documento contempla también la importancia de dar apoyo psicológico al familiar que realice la visita y el personal ha recibido formación específica. Como explica Gómez, es difícil informar a alguien de que puede decir su último adiós a un ser querido, pues implica anunciarle su muerte antes de que ocurra.

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