La escasez de tests realizados al personal sanitario pone contra las cuerdas al Gobierno de Johnson
Solo 2.000 del medio millón de trabajadores del NHS se han hecho la prueba
Las cifras de fallecidos por el coronavirus se vuelven insoportables en Reino Unido (563, solo este miércoles) y la estrategia gradual que el Gobierno de Boris Johnson pretendió implantar al principio de la crisis comienza a virar en su contra. Tan solo 2.000 del casi medio millón de trabajadores clave del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) se han sometido al test para detectar el virus. Eso significa que un amplio porcentaje se ha vi...
Las cifras de fallecidos por el coronavirus se vuelven insoportables en Reino Unido (563, solo este miércoles) y la estrategia gradual que el Gobierno de Boris Johnson pretendió implantar al principio de la crisis comienza a virar en su contra. Tan solo 2.000 del casi medio millón de trabajadores clave del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) se han sometido al test para detectar el virus. Eso significa que un amplio porcentaje se ha visto obligado a permanecer aislado en sus hogares, por haberse expuesto al contagio, sin saber si se hallan o no realmente infectados. Johnson, que dio positivo la semana pasada, permanece recluido en Downing Street mientras sus ministros llevan cuatro días seguidos intentando sortear las preguntas de los medios sobre el asunto que amenaza con quebrar la hasta ahora sostenida unidad política. “Necesitamos acelerar masivamente esos tests. No solo los diseñados para detectar anticuerpos, que son los que permitirán que podamos regresar a nuestros puestos de trabajo con la seguridad de no estar infectados. En segundo lugar, la gente necesita saber si tiene o no el virus, para evitar un aislamiento innecesario sin sentido. Y sobre todo, eso es clave para el personal del NHS”, aseguraba el primer ministro en un nuevo vídeo grabado desde su confinamiento domiciliario este miércoles a última hora. Se le notaba desmejorado y, por primera vez, comparecía sin la acostumbrada corbata. Después de repetir mensajes de optimismo y de reclamar nuevamente la colaboración de los británicos, el inquilino de Downing Street deslizaba ese mensaje como orden precisa a su equipo para que pusiera fin a esa situación.
Las cifras de ingresos hospitalarios en los últimos tres días han vuelto a ascender, después de una primera impresión de que se estaba logrando aplanar la curva. “Es ligeramente preocupante”, admitía Yvonne Doyle, la directora médica de Public Health England, el organismo que gestiona en Inglaterra el NHS. “Todavía es pronto para determinar si hemos aplanado la curva de admisiones hospitalarias, después del incremento de estos tres días”.
El Reino Unido está realizando ya unos 8.000 tests diarios, al personal sanitario y a los enfermos que ingresan en los hospitales (mayoritariamente a estos últimos). El objetivo del Gobierno, anunciado en los últimos días, era realizar 10.000 pruebas diarias. “Alemania está haciendo pruebas a medio millón de personas cada semana, y nosotros ni siquiera hemos alcanzado los 10.000 diarios que prometió el primer ministro. El personal del NHS está preguntando, con toda la razón, si no hemos retrasado demasiado la decisión de comprar los kits y los agentes químicos necesarios. O si la capacidad de nuestros laboratorios no se ha estirado demasiado después de años de recortes presupuestarios”, acusaba la portavoz de Sanidad del Partido Laborista, Jonathan Ashworth.
Los ministros de Johnson culpan del problema a la escasez de oferta de los reactivos químicos necesarios para realizar la prueba en el mercado internacional. Public Health England impone un estricto protocolo para los tests con los componentes químicos y reactivos precisos. “Todo esto ha retrasado mucho el proceso (...) El NHS tiene unas exigencias muy concretas y hay razones de peso para ello. Y debe asegurarse de que los estándares se mantienen. Pero hay alternativas. Necesitan optimizarlas y validarlas, para poder acelerar todo el proceso”, ha dicho al diario The Guardian Nicola Stonehouse, viróloga molecular en la Universidad de Leeds.
“El personal del NHS está frustrado porque nos puede llevar aún varias semanas alcanzar los 25.000 tests diarios que pretendemos. Hay demasiado personal en confinamiento domiciliario y necesitamos que vuelvan a trabajar lo antes posible”, ha dicho Niall Dickson, el director ejecutivo de la Confederación de Directores de Gestión del NHS. El servicio público de salud británico recibe órdenes centralizadas, pero cada hospital y centro de salud se gestionan de modo autónomo y con sus propios objetivos y refuerzos, si alcanza las cifras programadas.
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