Las UCI de los hospitales de Lombardía, a punto de quedarse sin camas por la epidemia de coronavirus
La región, motor económico de Italia, concentra más de la mitad de enfermos. Las autoridades piden material y personal
Los científicos insisten en que los primeros resultados del aislamiento en Italia se podrán ver, como mínimo, dentro de dos semanas, como ha sucedido en las antiguas zonas rojas del norte. En estos 11 municipios de Lombardía y Véneto, epicentros del brote de coronavirus en el país, solo con una cuarentena estricta han conseguido frenar considerablemente el número de personas infectadas en unos 20 días. Mientras desde todos los frentes se t...
Los científicos insisten en que los primeros resultados del aislamiento en Italia se podrán ver, como mínimo, dentro de dos semanas, como ha sucedido en las antiguas zonas rojas del norte. En estos 11 municipios de Lombardía y Véneto, epicentros del brote de coronavirus en el país, solo con una cuarentena estricta han conseguido frenar considerablemente el número de personas infectadas en unos 20 días. Mientras desde todos los frentes se trabaja a destajo para aplacar el ritmo de contagios, el objetivo primordial es mantener a flote, como sea, el castigado sistema sanitario, sobre todo en Lombardía, la región más afectada por el coronavirus. En esta región, que concentra 13.272 de los 24.747 casos de todo el país, las autoridades advierten de que si los contagios avanzan con la cadencia actual, las Unidades de Cuidados Intensivos estarán desbordadas en pocos días. “Pronto nos quedaremos sin camas en reanimación”, ha alertado el presidente lombardo, Attilio Fontana.
Lombardía, cuya capital es Milán, es el motor económico de Italia. Cuenta con una de las mejores redes de hospitales del país, pero está lejos de empezar a ver la luz al final del túnel. La situación, en particular en las UCI, fundamentales para salvar a los pacientes más graves, es cada vez más crítica. Faltan medios materiales y humanos. Cerca del 10% de los enfermos requieren ingreso en estas unidades. Actualmente hay 1.100 camas de este tipo en la región, entre hospitales públicos y privados, casi 300 más de las que había al inicio de la epidemia. Se han habilitado tras cerrar quirófanos y otras salas de medicina general en las que habitualmente se presta atención a enfermos de otras patologías. De ese total, casi 900 están dedicadas exclusivamente a enfermos de Covid-19: 767 permanecen ya ocupadas y las demás están preparadas para alojar a nuevos pacientes con coronavirus que requieren un aislamiento estricto.
Pero las nuevas unidades especiales que se han conseguido instalar hasta ahora no son suficientes. “Necesitamos urgentemente respiradores artificiales. Sin ellos no podemos instalar más UCI en hospitales provisionales ni contratar nuevos médicos”, ha suplicado Fontana. El gobernador lombardo ha señalado que están buscando la maquinaria médica en el mercado internacional. Y ha anunciado que la región estudia instalar un hospital de campaña en el recinto ferial de Milán, con unas 400 o 500 camas, siguiendo el modelo de Wuhan, la ciudad china donde se originó la pandemia, a pesar de que Protección Civil rechazó el sábado el proyecto por falta de medios, dadas las elevadas necesidades de otros hospitales del país.
En el hospital privado de San Rafael, en Milán, este sábado comenzaron las obras para habilitar una nueva unidad de cuidados intensivos, que se prevé esté lista en dos semanas, con al menos una veintena de camas, en un pabellón deportivo anexo al centro de salud. La financiación procede de una campaña de recaudación gestionada por la influencer italiana Chiara Ferragni y su esposo, el rapero Fedez, que han conseguido recolectar cuatro millones de euros en algo menos de una semana.
La falta de personal para afrontar esta emergencia es otro aspecto crítico en todo el país, y en particular para los de Lombardía. Las autoridades de la región han lanzado una campaña para reclutar médicos y personal sanitario, con la que ya han recibido 1.600 solicitudes y valorado 692. Se trata de estudiantes de medicina, especialistas y médicos ya licenciados, además de enfermeros que “deberán entrar a trabajar en un momento complicado que Lombardía y la historia agradecerán”, según ha explicado el consejero regional de Sanidad, Giulio Gallera. También han pedido que Roma apruebe la posibilidad de incorporar a los hospitales lombardos a médicos extranjeros que estén colegiados en sus países de origen y residan en el país, sin necesidad de homologar sus títulos de estudio. Es el caso de especialistas venezolanos que “en estos momentos por motivos burocráticos no pueden ejercer la profesión” en Italia, pero que se han puesto a disposición del sistema sanitario lombardo para reforzar el funcionamiento de sus hospitales.
La provincia lombarda de Bérgamo es la más afectada de todo el país, con 3.400 contagios y más de 260 fallecidos, sobre una población de algo más de un millón de personas. Su situación es tan desesperada que las salas mortuorias están desbordadas y decenas de féretros se acumulan en las iglesias, donde además no pueden oficiarse funerales ni ningún tipo de ceremonia.
Christian Salaroli, jefe de anestesia y reanimación del hospital Papa Juan XXIII de Bérgamo, ha señalado a Il Corriere della Sera que dada la desproporción entre los enfermos críticos y los recursos del hospital y las camas en Cuidados Intensivos, “no todos los pacientes que lo necesitan pueden ser intubados [para permitir la entrada de aire en los pulmones]”. Para Salaroli, el derecho a la asistencia sanitaria se está viendo amenazado por el hecho de que “el sistema no es capaz de hacerse cargo al mismo tiempo de los casos ordinarios y de los extraordinarios”, por lo que la atención estándar también está sufriendo “graves retrasos”.
El director de la Unidad de Anestesia y reanimación del hospital de Bérgamo, Luca Lorini, ha alertado de que las Unidades de Cuidados Intensivos están bajo presión, al límite de su capacidad, en parte también porque el perfil del paciente con coronavirus ha cambiado ligeramente respecto al inicio de la epidemia. “Están llegando muchos pacientes, pero también personas un poco más jóvenes, de 40-45 años, en situaciones complicadas. Son las personas que enfermaron hace seis o siete días y que habían tratado de resistir por su edad, pero que después han sufrido complicaciones y están llegando cada vez en condiciones más críticas”, ha dicho el médico en una entrevista con la Rai, la televisión pública italiana.
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