Una subida del 43% en un día eleva las muertes a más de 500
El infradiagnóstico de las infecciones, que superan las 11.000, oculta la extensión de la epidemia y la tasa de letalidad real
Dicen los epidemiólogos que cuando se analizan las cifras de un brote es como mirar una estrella: la luz que se ve —en este caso los datos— son el reflejo de lo que estaba pasando hace años —si hablamos de la Covid-19, días—. El número de contagios oficial en España ni siquiera sería un reflejo del pasado, sino más bien una pequeña porción de la realidad que apenas sirve para hacerse una idea de la magnitud real del problema. Desde hace días, ...
Dicen los epidemiólogos que cuando se analizan las cifras de un brote es como mirar una estrella: la luz que se ve —en este caso los datos— son el reflejo de lo que estaba pasando hace años —si hablamos de la Covid-19, días—. El número de contagios oficial en España ni siquiera sería un reflejo del pasado, sino más bien una pequeña porción de la realidad que apenas sirve para hacerse una idea de la magnitud real del problema. Desde hace días, las comunidades más afectadas no están realizando pruebas a las personas con síntomas leves. A muchas, tras notificarlo, ni siquiera les anotan como caso sospechoso. Uno de los problemas es que la logística para realizar estas pruebas está desbordada y se centra en los contagiados más graves. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha anunciado este martes que el ministerio está preparando un operativo para retomarlas que todavía se demorará varios días.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) urgió el lunes a los países a que realicen pruebas a todos los casos leves. Es la única forma, asegura el organismo, de poder medir la epidemia, controlar los casos y aislarlos para que no sigan propagando la enfermedad. Una investigación reciente de la revista Science calculó que la propagación del coronavirus en Wuhan se debió sobre todo a los casos no detectados. “Es algo que probablemente ha sucedido en Italia y muy posiblemente también en algunos lugares de España”, ha reconocido Simón este martes en su comparecencia diaria sobre la crisis.
Ante la falta de fiabilidad sobre la epidemia que aportan los datos oficiales de contagios, David Nabarro, enviado de la OMS para la Covid-19 en Europa, explicaba a este periódico que las únicas cifras que pueden dar una idea de la realidad es lo que está pasando en los hospitales: ingresos, personas en cuidados intensivos y fallecimientos. Así, los 11.178 casos que Sanidad ha confirmado este martes, casi 2.000 más que el día anterior, no tienen tanta importancia como que, de ellos, 5.100 personas permanecen hospitalizadas, 563 están en cuidados intensivos y 491 habían muerto, según los datos de Sanidad (a las 19.30 la cifra ha ascendido a al menos 524 y los contagios a más de 11.600, sumando los datos de las comunidades autónomas). Entre las buenas noticias, que hay 1.028 altas.
Esto explica —al menos, parcialmente— que mientras que el número de casos apenas ha subido un 17% en un día, el de fallecidos haya crecido más de un 43% (que subiría 10 puntos con los datos actualizados por la tarde). El de ingresados en UCI se ha incrementado casi un 30% en 24 horas, según el corte de cifras que ofrece el ministerio por la mañana. También es parte de la razón por la cual la tasa de letalidad en España supera el 4%. En los países que han hecho más tests, como Corea del Sur, baja del 1%. Pero no es el único motivo. Como ha explicado Simón, los primeros grandes focos de la enfermedad se concentraron en población de alto riesgo —residencias de mayores y centros del jubilado—, lo que puede estar teniendo una mayor repercusión en la cantidad de decesos. Esto sucedió especialmente en Madrid, donde la letalidad sube hasta alrededor del 7%.
Con las cifras oficiales en la mano, los hospitalizados suponen casi la mitad de todos los positivos. Es otro signo del infradiagnóstico. Los cálculos de la OMS son que requieren ingreso alrededor del 20% de los enfermos de Covid-19, así que esto querría decir que hay más de 25.000 infectados, si bien la estimación requiere modelos matemáticos mucho más complejos y no hay hoy por hoy una fiable.
Con todas las reservas con las que hay que tomar los casos de contagios, lo que muestran es que la epidemia se va dispersando por todo el territorio. Madrid sigue acumulando la mayoría de los casos, pero ya no aglutina más de la mitad, como sucedía hasta ahora, sino el 43% de todos los del país. Le siguen Cataluña, País Vasco, Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
Del total de infectados, 455 son sanitarios, “un número no deseable”, en palabras de Simón, quien ha asumido que esto está suponiendo una sobrecarga adicional para el sistema: “La mayoría tienen un cuadro muy benigno que no representa mayores problemas, pero como atienden a una población frágil hay que apartarlos del servicio, lo que supone problemas en algunos hospitales”.
El director de las alertas sanitarias también ha aclarado la aplicación en España de otra de las advertencias que hizo el lunes la OMS: los curados de la Covid-19 pueden seguir siendo contagiosos hasta dos semanas después. En primer lugar, ha reiterado que los casos leves —el promedio es que el 80% lo sean— no requieren asistencia hospitalaria y se pueden tratar en casa aislados “de la mejor manera posible”. Los que pasan por el hospital, pueden seguir el final del tratamiento en el domicilio cuando ya apenas presentan síntomas. “Deben estar así 14 días tras el alta hospitalaria o hasta, al menos, la primera prueba que dé negativo. Es un mecanismo que trata de favorecer que los hospitales atiendan los casos que realmente lo necesitan”, ha señalado.
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