La Audiencia de Barcelona ordena hospitalizar a la anoréxica a la que otro juez no quiso ingresar

La chica, que mide 1, 70 y pesa 43 kilos, trató de suicidarse en diciembre

Rocío mide 1,70 y pesa 43 kilos. En diciembre trató de suicidarse. Sus hermanas solicitaron que fuera ingresada en un centro médico para ser tratada de anorexia, puesto que ella se negaba, pero un juez de primera instancia denegó la petición. Ahora la Audiencia de Barcelona ha ordenado su hospitalización porque sufre "un trastorno psíquico".

El auto de la sección 18 de la Audiencia ordena el ingreso involuntario de Rocío S. D. "en el centro médico que proceda" porque sufre un "trastorno psíquico". La decisión puede ser recurrida por la afectada. Hace unas semanas, un forense especializa...

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Rocío mide 1,70 y pesa 43 kilos. En diciembre trató de suicidarse. Sus hermanas solicitaron que fuera ingresada en un centro médico para ser tratada de anorexia, puesto que ella se negaba, pero un juez de primera instancia denegó la petición. Ahora la Audiencia de Barcelona ha ordenado su hospitalización porque sufre "un trastorno psíquico".

El auto de la sección 18 de la Audiencia ordena el ingreso involuntario de Rocío S. D. "en el centro médico que proceda" porque sufre un "trastorno psíquico". La decisión puede ser recurrida por la afectada. Hace unas semanas, un forense especializado en psiquiatría alertó sobre el riesgo de suicidio de la joven.

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El nuevo diagnóstico establece que sufre "un trastorno de personalidad de cierta severidad", que se concreta en "anorexia mental, intentos de autólisis y desadaptación"; por ello, "precisa tutelaje en cuanto a necesidad de tratamiento psiquiátrico".

Hace diez meses, la titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Badalona denegó la petición de internamiento de Rocío S. D, de 20 años. En su recurso ante la Audiencia, la abogada de la familia afirmaba que la afectada "no asume la existencia de un problema, por lo que no puede decidir el curarse, necesita de una terapia constante que la obligue a pensar en la decisión de curarse".

"Ella está fatal. Es una máquina de comer y vomitar, pero lo que más nos preocupa no es eso, sino su mente. Hay días que está muy eufórica y otros que le da el bajón y está muy deprimida", señalaba hace unas semanas María, la mayor de sus hermanas.

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