Medio centenar de activistas de Greenpeace se encierra en una fábrica de transgénicos de Murcia

Los ecologistas quieren denunciar que la compañía Moyresa comercia con alimentos transgénicos

Cincuenta activistas de la organización ecologista Greenpeace se han encerrado esta mañana en la fábrica Moyresa, que pertenece a la multinacional brasileña Bunge, en la localidad murciana de Cartagena para denunciar que esta empresa comercia con alimentos transgénicos, según ha informado su portavoz, Juan Felipe Carrasco.

La protesta ha comenzado a las 7.00 horas. Cuatro de los 50 activistas están encadenados por el cuello a la entrada de la empresa, lo que impide la entrada de camiones, y portan una pancarta en la que se puede leer Los transgénicos destruyen el planeta. Otros a...

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Cincuenta activistas de la organización ecologista Greenpeace se han encerrado esta mañana en la fábrica Moyresa, que pertenece a la multinacional brasileña Bunge, en la localidad murciana de Cartagena para denunciar que esta empresa comercia con alimentos transgénicos, según ha informado su portavoz, Juan Felipe Carrasco.

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La protesta ha comenzado a las 7.00 horas. Cuatro de los 50 activistas están encadenados por el cuello a la entrada de la empresa, lo que impide la entrada de camiones, y portan una pancarta en la que se puede leer Los transgénicos destruyen el planeta. Otros activistas han escalado la fábrica para pintar el lema Contiene soja MG -que alude a la nueva legislación europea de etiquetado que entró en vigor el pasado domingo- y en el puente de un silo de Moyresa se han subido algunos para descolgar la pancarta No a los alimentos transgénicos.

Además hay ecologistas en una torre y otros encadenados en las básculas que utilizan los camiones que entran para cargar la harina o el grano de soja. Carrasco ha explicado que hablado telefónicamente con el presidente de Bunge Ibérica, Luis Domingo, para negociar la salida de los activistas a cambio de que al menos una de las cinco fábricas que esta empresa mantiene en España deje de comercializar con soja transgénica, ya que el objetivo de Greenpeace es lanzar un mensaje a los países vendedores de este producto de que "optan por una mercancía peligrosa".

"No nos iremos hasta que se sienten a negociar"

Greenpeace envió a Bunge Ibérica hace diez días una carta en la que exponían su postura respecto a los transgénicos después de mantener una reunión en la sede de la compañía en Barcelona hace dos semanas en la que advertían del inicio de una campaña contra este producto. "No nos iremos hasta que se sienten a negociar y saquen un comunicado en el que opten por abandonar esta actividad", ha añadido el portavoz de Greenpeace España, quién ha añadido que Bunge Ibérica deberá presentar un calendario para que sus factorías en España abandonen la comercialización de soja transgénica.

Esta acción se enmarca en una campaña internacional contra los transgénicos que la organización ecologista está llevando a cabo en diferentes continentes, dentro de la cual el barco de Greenpeace MV Esperanza, que se encarga de la capaña en Europa, llegó el pasado sábado a Cartagena. Por su parte, el buque Artic Sunrise y el Rainbow Warrior hacen campaña en América del Sur y Asia, respectivamente.

Greenpeace denuncia que España es el segundo importador europeo de soja con seis millones de toneladas anuales procedentes de Argentina, EE UU y Brasil, y que Moyresa acapara el 70% del mercado nacional. Según la ONE, "esta empresa contamina las partidas de soja no transgénica al mezclarlas en los silos que contienen soja argentina o de EE UU, negando así a los ciudadanos el derecho a elegir una alimentación libre de transgénicos".

Varios ecologistas cuelgan cartelesde Transgénicos igual a muerte en la fábrica cartagenera Moyresa.EFE

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