Kiley Reid: “El supremacismo blanco toma movimientos como el Black Lives Matter y los erosiona”
Hablamos con la autora de ‘Los mejores años’ (Suma de letras), un debut literario sobre raza y clases sociales a ritmo de reguetón que ha impactado a figuras como Reese Witherspoon y Lena Waithe va a convertir en una serie.
Cuenta Kiley Reid que trabajó durante seis años como niñera. Ese empleo le sirvió para poder pagar su préstamo universitario y, con el tiempo, ha sido el germen de su debut en la novela, Los mejores años (Suma de letras), que ahora llega a España tras revelarse como un fenómeno el año pasado en Estados Unidos: el libro fue finalista del premio Booker, la actriz Reese Whiterspoon lo incluyó en su club de lectura y Lena Waithe (coguionista y actriz de Master of None y creadora de la película Queen and Slim) adquirió los derechos de la obra para convertirlo en serie inc...
Cuenta Kiley Reid que trabajó durante seis años como niñera. Ese empleo le sirvió para poder pagar su préstamo universitario y, con el tiempo, ha sido el germen de su debut en la novela, Los mejores años (Suma de letras), que ahora llega a España tras revelarse como un fenómeno el año pasado en Estados Unidos: el libro fue finalista del premio Booker, la actriz Reese Whiterspoon lo incluyó en su club de lectura y Lena Waithe (coguionista y actriz de Master of None y creadora de la película Queen and Slim) adquirió los derechos de la obra para convertirlo en serie incluso antes de su publicación. “Lena es increíble, y además hay que agradecerle que sea de ese tipo de personas que no solo hacen sus propios proyectos, sino que abren la puerta y consiguen que otros también podamos entrar”, dice Reid. La autora va a ser productora ejecutiva, pero no escribirá el guion “porque es un medio diferente y hay que dejar que los expertos hagan su trabajo”. No revela quién dará vida a sus personajes, pero sí dice que tiene muchas ganas de ver a Emira en acción.
El libro habla de raza, clases sociales, el reparto de las labores del hogar y amigas que salen de fiesta y bailan reguetón. Emira, su protagonista, es una licenciada negra de 25 años que vive en Filadelfia y trabaja como niñera mientras decide qué hacer con su vida. Alix, su empleadora, una mujer blanca popular en internet por su empresa de escritura de cartas, la llama una noche para que se lleve un rato fuera de casa a su hija tras un percance, y Emira lleva a la niña a un supermercado llenos de productos ecológicos y carísimos. Allí, un guardia de seguridad sospecha que ha secuestrado a la pequeña y la joven se siente humillada al tener que demostrar que no es así, mientras un cliente lo graba todo con su móvil. “Mucha gente se tiene que enfrentar a estos prejuicios a diario”, lamenta Reid al otro lado del teléfono, desde Filadelfia, donde esta californiana que ahora tiene 34 años se mudó en 2019, cuando acabó su formación en el reputado Taller de Escritores de Iowa.
¿Cómo te inspiró tu experiencia como niñera para escribir esta historia?
Es verdad que trabajé de niñera, pero la novela es totalmente una obra de ficción, no me gusta nada escribir sobre mí misma. Pero toda la experiencia de trabajar dentro de casas de otras personas, las interacciones que vi, las que yo misma tenía, fue interesante para escribir esta novela, porque quería que hablara de mi curiosidad acerca de estas relaciones transaccionales.
¿Resulta complicado establecer los límites cuando se trabaja dentro de una familia? Ese el gran problema entre Emira y la mujer que la contrata, Alix.
Emira siente que no puede decirle que no a Alix en ciertos momentos, como cuando la invita a tomar una copa de vino con ella. Emira piensa ‘si le digo que no se puede enfadar conmigo’, pero esas invitaciones son un poco engañosas, porque cuando le ofrece esa copa de vino esencialmente le está diciendo ‘¿quieres ser mi amiga?’, y ella es una empleada. Eso ocurre por varios motivos, el primero, porque en el trabajo en una casa a menudo está ligado a las emociones, es difícil no sentirse unido a un niño que cuidas. Y luego uno de los grandes problemas en Estados Unidos con estos trabajos es que muchos de ellos no tienen seguro médico y eso también hace que se difuminen los límites, parece que es más una amiga que se hace cargo de los niños, y no una empleada. Alix se siente muy sola y no sabe en realidad quién es cuando la sacas de su trabajo, y eso es algo que le ocurre a mucha gente. Creo que su gran problema es que cuando se muda de Nueva York a Filadelfia no hay antes una conversación con su marido sobre cómo se va a organizar el cuidado del hogar.
Hablas de inseguridad laboral, de llegar a cierta edad y no saber qué hacer con tu vida, ¿es necesario abordar estos temas ante un futuro tan incierto como el actual?
Sí, creo que mucha gente, especialmente de veintitantos, no sabe exactamente qué quiere hacer, no siente una pasión definida. Cuando empecé a investigar cómo la gente joven ve su futuro tuve claro que las universidades funcionan de una manera que muchas veces no es la correcta. Te dicen vete a la facultad, haz un máster y eso es lo que harás el resto de tu vida. No tiene mucho sentido.
¿Se está dando un cambio? La novela critica el capitalismo, la discriminación racial…
No estoy segura, desafortunadamente he visto tantos ejemplos de cómo la historia se repite continuamente… Cuando la novela salió en Estados Unidos coincidió con varios casos de violencia policial y mucha gente me dijo que era el momento adecuado para que se publicara, pero lo cierto es que yo la empecé a escribir en 2015, cuando muchas personas negras habían sido asesinadas por la policía y el movimiento Black Lives Matter ya estaba hablando de esto. Creo que las cosas cambiarán cuando se amplíen las conversaciones y haya cobertura médica para todos, un salario mínimo justo y menos pobreza, me emociona ser parte de esa conversación.
¿Temes que todo esto se quede en algo pasajero? Recientemente la cantante Cardi B aseguró que sigue sintiendo prejuicios por su color, que no ve un cambio real.
Siento que la forma en la que el supremacismo blanco trabaja es que toma estos movimientos y los erosiona. Hay grandes compañías que hacen mucho daño celebrando Black Lives Matter o Black History Month, tienen todos los mismos objetivos, así es como opera el supremacismo blanco. La conversación no debe quedarse en ser una tendencia, espero que llegue el cambio real.
Las protagonistas hablan sobre las diferentes percepciones que tiene el mundo de ellas dependiendo de la tonalidad de su piel, ¿por qué te interesaba mostrar esas diferencias entre las mujeres negras que tienen una piel más oscura y las que la tienen más clara?
El color es algo en lo que estoy interesada y que afecta a las vidas de muchas personas de forma muy profunda. El núcleo de Los mejores años es cómo le afecta a Emira el hecho de una mujer con la piel oscura que es vista tarde, por la noche, junto a una niña muy blanca. Y creo que es importante subrayar que ciertas cosas no le pasan a una mujer con la piel más clara o con un pelo con otra textura. La raza es un constructo y es muchas cosas: el pelo, los rasgos, la textura, el color de la piel, y no puedes hablar de ello sin ser clasificada. A Emira también se la juzga por su maquillaje, sus zapatos, su perfume… Todas esas cosas. Me interesaba mucho explorar el color, cómo influye en las amistades, cómo influye en la gente blanca que vive en Filadelfia y cómo influye en la carrera de Emira. Quería mostrar distintos tonos de piel para constatar que ser negro no funciona solo de una única manera. El supremacismo blanco ha elaborado imágenes que han calado en la sociedad sobre el ‘colorismo’ y lo que tener una piel más clara significa en términos de quién está educado o no, o quién da seguridad y quién no, y eso es algo terrible a lo que mucha gente se tiene que enfrentar a diario.
Como dices, Emira no solo es juzgada por su aspecto, sino también por su ropa, por llevar tacones y prendas ajustadas, ¿por qué sigue importando tanto el aspecto de las mujeres en la sociedad actual?
No puedo ni expresar lo desagradable que me parece esto, que se centren más en las mujeres y en su ropa que en la gente que las ataca o las amenaza. Resulta completamente enojante. Por su ropa, por su tono de piel y por cómo se expresa piensan que Emira está secuestrando a la niña y se ve obligada a protegerse y defenderse en un momento en el que no lleva la ropa que cree que debería llevar cuando ejerce ese papel, el polo que se pone para trabajar. Cualquiera en esa situación se sentiría ansioso, y encima ella está preocupada por no llevar la ropa adecuada. Es una pena que esto siga sucediendo, ojalá que no fuera así y cada una pudiera vestir como quisiera sin que eso sea un problema.
La novela también explora los peligros de las redes sociales.
Si un vídeo se hace viral puede afectar a tu vida de formas que no imaginabas. Creo que internet es engañoso, porque una vez que algo sale ahí ya no te pertenece, y la gente puede hacer lo que quiera con ello. Hay personas a las que no les importa que sus vidas sean públicas, o que crean una falsa imagen pública de sus vidas privadas para compartirla. Esto es algo muy nuevo, en los próximos diez años será interesante ver cómo se va a entender, porque creo que el problema es que luego se van a poder interpretar de otras formas.