Marina Carmona: “¿Y por qué no haces musiquilla de flamenquito?’, me dicen. Si me conocieran verían que no soy esa persona”

La artista presenta un primer disco en el que escucha su propia voz y muestra su identidad

La música lleva top asimétrico y pantalón, ambos de LOUIS VUITTON.ANTÁRTICA

El apellido Carmona impone respeto y va casi acompañado de un pentagrama, porque tras él se esconde un profundo legado musical que forma parte de la historia de nuestro país. El relevo lo recoge Marina Carmona (Madrid, 31 años), hija de Antonio Carmona, líder del grupo Ketama, y la respetada mánager Mariola Orellana. “Mi identidad es un álbum cargado de una inmensa fusión de sonidos y de sentimientos”, dice. Porque las emociones son, en las 10 canciones que componen el disco, tan vitales como las notas musicales, pues no ha querido enfocarse solo en el amor y el desamor. “A medida que vamos madurando y adquiriendo madurez emocional, hay cosas que pueden dañar más que el desamor. He querido que los temas sean un manual de la búsqueda de la identidad de alguien que pase por la dualidad de no saber quién es ni lo que quiere contar”, asegura.

Cazadora y falda, ambas de BIMBA Y LOLA; suéter de cuello alto de GUESS y botas altas de AQUAZZURA.ANTÁRTICA

El titular “Su disco más personal” se ha repetido tanto, que ha perdido su significado. Pero en este caso es literal, ¿no?

Le dimos muchas vueltas a cómo debería llamar a mi primer disco y me di cuenta de que con estas 10 canciones que me mandó la vida, estaba definiendo perfectamente mi identidad. En estos temas hablo de muchas partes que viven en mí y que dan forma a cómo suena Marina Carmona. Quiero que la gente vea mi cercanía, mi lealtad hacia la música y esa fuerza que me ha ayudado a definir y encontrar la identidad que anhelaba. Perteneciendo a los Carmona, plantar mi semillita y poder cerrar mi identidad dentro de un legado musical tan grande era un reto. Creo que he quedado a la altura. Estoy orgullosa del disco, y sé que hasta que dé frutos, queda un tiempo, porque ha de escucharse mucho. No es música de ahora, ni comercial. Es el disco perfecto para escuchar en un viaje.

Dice querer ayudar con sus canciones. ¿Qué puede ayudar a una sociedad tan convulsa y crispada como la actual?

Tenemos que quitarnos los tabúes respecto a muchos temas de los que normalmente no hablamos. En este disco hay canciones que te hablan directamente, por ejemplo, de la adicción, porque todos tenemos a alguien cerca que ha pasado por ahí o que ha tenido relaciones tóxicas. Lo que tienes que hacer es ayudar y saber que tú misma no tienes esa lucha, sino que la tiene alguien que tienes al lado. En otro tema doy a entender que siempre te dirán que quizá termines por ser olvidada. ¿Se cree la gente que es fácil mantenerse en la industria? ¡No tienen ni idea de las luces y sombras que vivo para hacerme un hueco! “¿Y por qué no haces musiquilla de flamenquito?”, me dicen algunos. Si me conocieran un tercio se darían cuenta de que yo no soy esa persona.

Precisamente el flamenco es un género delicado, porque en cuanto se toca ¡saltan las alarmas!

Porque es un género de los más antiguos. Pasa también con la música tradicional, cuesta romper estereotipos. Creo que hay miedo a que se pierda la pureza de las cosas. ¡Con lo bonito que es poder transformar la pureza! Uno no deja de ser más o menos puro por perder una parte de su esencia, porque está siempre en metamorfosis. En su momento, Ketama fueron los primeros en romper estereotipos, y yo estoy haciendo lo mismo. El flamenco vive en los poros de mi piel, pero no me hacen falta dos quejíos flamencos para demostrar que soy flamenca.

¿Qué ha aprendido de ir de gira con C. Tangana?

Lo importante que es rodearte de un buen equipo que respalde tu trabajo. Detrás de El Madrileño había ciento y pico personas viajando para montar el show. Para mí, estar ahí era como estar en El Circo del Sol. Hay mucho trabajo detrás, y aprendí la disciplina que hay que tener. Y no vale solo con cantar bonito, hay que crear espectáculo.

Marina Carmona con blusa anudada con lazadas en las mangas y pantalón, ambos de CHNY, y anillo de MESSIKA.ANTÁRTICA

¿Le da vértigo ser hija de dos iconos, que la gente espere siempre mucho de usted?

Sin duda, sobre todo porque piensas que quizá, lo que hagas nunca va a ser suficiente. Siempre te van a comparar con el legado tan fuerte que ha dejado alguien de tu familia. Lo que he aprendido es que lo más bonito de pertenecer a una saga como la de los Carmona es que cada uno tenga su identidad, que te gusten por separado, pero que al verlos juntos, veas esa complicidad en el escenario, esas miradas… Es algo que pasa con los Morente y los Flores, que son referentes de lo bonito que es que dentro de una familia haya tanta diversidad. Lo que quiero es que se me permita tener ese hueco para mi música.

El otro día Emma Roberts dijo, al hablar de nepo babies, que a las mujeres se las machaca más. ¿Lo cree así?

Puede ser más difícil, porque hacerte un hueco siendo mujer implica que de base vas en minoría, aunque creo que está habiendo una revolución guay. Lo veo en Rozalén o Vanesa Martín, mujeres con mucha personalidad que demuestran que podemos pertenecer a la industria y que tenemos los mismos ovarios.

Un ejemplo del poder de la mujer en la música es Taylor Swift, pero usted no manda mensajes ocultos a sus fans en su letras como ella, sino que es bien clara…

Cuando explico las letras, lo escuchan de otra forma. Me gusta decir de dónde viene la canción, porque es una manera para que la gente vea que soy humana, algo que a veces tienden a olvidar cuando nos ven en redes sociales. Es una manera cercana de comunicarme con ellos. Contar hasta diez es uno de los temas más especiales, porque la letra me la mandó mi sobrino cuando mi hermana Lucía no sabía que estaba embarazada. Me llegó una letra como cuando le ocurrió a Sole, de Presuntos Implicados, cuando escribió Mi pequeño tesoro. La letra dice: “Misterios de una vida que empieza en mi ombligo”. Cuando terminé de escribir la letra en mi bloc de notas, pensé que era un mensaje muy bonito, pero me agobió la frase. Decidí no quitarla, porque quedó natural, y ahora entiendo que es un regalo para mi sobrino.

De pequeña, su padre decía: “Marina tiene un hilillo ahí que de momento no le sale”. ¿Cuándo salió?

Ese hilillo era una manera decirle a mi padre: “Mi voz está aquí, pero no me siento preparada para enseñársela al mundo entero”. Siempre he sido de cantar en petit comité, y me refiero a cantar a mi madre y a mi padre al oído. Recuerdo unas Navidades en las que mi madre quería ir a dormir cuando estábamos yendo en coche desde la casa de los Flores a otra. Para evitarlo, le canté al oído. Se giró y me preguntó: “¿Desde cuándo cantas así?”. Mi familia no era consciente de lo que tenía, pero no es tan fácil encontrar tu voz, sobre todo en una casa de tantos artistas.

Hablando de fiestas, antes de las de Los Javis estaban las de los Carmona. ¿Cómo son?

La fama que tienen es que son muy acogedoras para quienes vienen de fuera. En mi casa han estado nombres como Lenny Kravitz y Jennifer Lopez, y se sentían como en casa. Cuando viene alguien de fuera, le hacemos una fiesta de bienvenida.

¿Qué ha aprendido de Rosario, que asegura es su mayor coach?

Tiene una magia especial, ya no como artista, sino como persona. Ella siempre me ha demostrado que todo en algún momento llega, que las sombras con las que vivimos a veces se van y que es fundamental indagar en el corazón y en la verdad de uno. Me ha ayudado mucho saber que no valía ponerse una careta, y que llegaría con mi verdad. En el tema Vives en mí hay un puente musical en el que hablo de que hay ruido en mi mente, por lo que no puedo escuchar mi voz, y lo resuelvo con una frase que me dijo Rosario: “Tú eres tan bonita, mi niña, no llores”.

¿Cómo se mantiene el timón del barco siendo tan joven y trabajando con una docena de productores?

Con mucha seguridad en mí misma, aunque a veces, sea falsa. Demostraba seguridad porque necesitaba que me respetaran: era una manera de reafirmarme. He encontrado mi sonido con 10 canciones. Me ha ayudado tener a mi lado a Víctor Martínez, que es uno de los productores y que me orientaba cuando me desesperaba. Como cada uno tiene su sonido, me daba la impresión de que no iba a coordinarme, pero cuando me di cuenta de que la capitana del barco era yo, supe que iba a funcionar.

Para capitana, su madre…

Cada día me demuestra más su fuerza. Lo que más valoro de ella es que a día de hoy se ha mantenido haciéndose respetar muchísimo en la industria, siendo mujer y mánager. Me ha metido mucha caña con la disciplina y con la puesta en escena. La magia de crear cierto misterio es esencial, y viene de mi madre, que hace que no pierda el foco. La gente piensa que hacer un disco es cosa de un par de meses, pero he estado casi dos años trabajando en él, porque para mí es mi carta de presentación. Por eso era vital resumir mi identidad en el álbum. A la gente le cuesta mucho esfuerzo y dinero ver a alguien en concierto, por lo que como artista te debes a eso.

EQUIPO

Estilismo Paula Delgado
Maquillaje y peluquería María Verano (One-Off Artists) para Chanel 
Producción Cristina Serrano
Set  Butaca Venosa de EICHHOLTZ  y alfombra de pelo corto de Ikea

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