“Free Sky Ferreira”: la eterna estrella a la que, de momento, no dejan brillar
La también modelo y actriz ha acusado a su discográfica de sabotear su carrera. Sus fans se han organizado para no dejarla caer
Desde bien joven, Sky Ferreira quiso dedicarse a la música. Alentada por Michael Jackson, a quien trató personalmente porque su abuela fue su peluquera durante tres décadas, con 13 años se unió a un coro góspel y tomó clases de ópera. Como hicieran Lily Allen o Adele, poco después empezó a colgar canciones en MySpace. Y en 2009, justo antes de cumplir los 15, firmó su primer contrato discográfico con Capitol Records. El sello no dudó en ficharla porque vio en ella una suerte de Britney Spears para la Generación Z, una nueva heroína del pop bailable y para púberes. Sin embargo, el plan pronto h...
Desde bien joven, Sky Ferreira quiso dedicarse a la música. Alentada por Michael Jackson, a quien trató personalmente porque su abuela fue su peluquera durante tres décadas, con 13 años se unió a un coro góspel y tomó clases de ópera. Como hicieran Lily Allen o Adele, poco después empezó a colgar canciones en MySpace. Y en 2009, justo antes de cumplir los 15, firmó su primer contrato discográfico con Capitol Records. El sello no dudó en ficharla porque vio en ella una suerte de Britney Spears para la Generación Z, una nueva heroína del pop bailable y para púberes. Sin embargo, el plan pronto hizo aguas. Las tres canciones que grabó en 2010 (17, Obsession y One) pasaron inadvertidas en las listas de ventas. Y lo mismo ocurrió en 2011 con As If!, un EP producido por grandes de la industria como el dúo sueco Bloodshy & Avant o el estadounidense Greg Kurstin.
“De ir a la escuela pasé a subirme a aviones para ver a varios productores y ser un poco ‘usada’. Hice esto para escapar del instituto y fui tratada mucho peor. Como no creía en la música que estaba creando, fue difícil. Sentía que era la peor persona que jamás haya existido”, confesaría en The Guardian algo más tarde sobre cómo intentaron moldearla en un producto prefabricado. Las tornas cambiaron en 2012 con la edición de Ghost, su segundo EP: con el tema Everything Is Embarrassing, compuesto por ella misma junto a Ariel Rechtshaid y Dev Hynes (también conocido como Blood Orange), por primera vez se ganó el respeto del público y la prensa especializada. Capitol Records se opuso a lanzarlo como sencillo debido a que no creía en su potencial y no era un rompepistas. Pero, a regañadientes, accedió a hacerlo por insistencia de la artista. Aún hoy, sigue siendo su mayor hit. “No creo que les gustara parecer tontos y que una chica de 20 años les venciera en su propio juego”, rememoró el pasado año al respecto. La venganza de su discográfica no se hizo esperar. Lejos de encomiarla por aquel éxito, le dio un plazo de dos semanas para entregar Night Time, My Time, su primer álbum de estudio, sin proporcionarle ni un triste céntimo extra para acabarlo. ¿El motivo? Tras haber invertido grandes sumas de dinero con anterioridad, consideró que su tiempo para convertirse en una estrella del pop ya había caducado.
Una carrera como modelo
A Ferreira no le quedó más remedio que financiarlo de su bolsillo con lo que entonces ganaba como modelo. Desde 2010, gracias a Tumblr y su andrógino aspecto, no cesaban de lloverle ofertas. Sin ir más lejos, protagonizó varias campañas para Calvin Klein o Adidas, fue musa de Hedi Slimane (la eligió para la precolección de otoño de Saint Laurent en 2013), Riccardo Tisci o Jeremy Scott, y solía dejarse retratar por el ahora cancelado Terry Richardson. “Es más que un pasatiempo, obviamente, porque recibo dinero por ello, pero es una gran parte de mi vida. Lo veo todo conectado”, declaró a Rolling Stone. Y agregó: “Estas personas fueron las que me ayudaron a darme a conocer más. Me estaban ayudando financieramente porque me estaban respaldando, y también ayudándome a dar a conocer mi música y apoyándola. No tuve que cambiar por la moda. Muchos piensan que es mucho más superficial y vacía. Pero, irónicamente, con la música todos quieren cambiarme. Con la moda, me quieren por lo que soy”.
Publicado el 29 de octubre de 2013, Night Time, My Time supuso una bofetada a su discográfica. Producido por Ariel Rechtshaid, y con una provocadora portada firmada por el cineasta Gaspar Noé, contenía temas que podrían haber firmado The Velvet Underground (Kristine), ritmos motorik propios de una banda krautrock (Omanko) y estribillos infecciosos camuflados entre guitarras igual de sucias que saturadas (Heavy Metal Heart). En definitiva, era lo contrario de lo que se esperaba de una promesa del pop. La prensa musical, como cabía esperar, lo elogió sin paliativos. Y, con el tiempo, se convirtió en un disco de culto: medios tan influyentes como Pitchfork, Rolling Stone, Spin, Stereogum o Billboard lo incluyeron en las listas de mejores álbumes de aquella década. A pesar de que comercialmente no caló hondo (en Estados Unidos despachó poco más de 39.000 copias), Ferreira consiguió algo mucho más complicado: que el mundo se la tomara en serio como artista.
La polémica en la que se vio inmersa escasas semanas antes de que el álbum llegara a las tiendas, sin duda, afectó tanto a las ventas como a su propia imagen. Los hechos ocurrieron a mediados de septiembre de 2013, horas después de desfilar para Marc Jacobs. Ferreira y su entonces pareja, Zachary Cole Smith, el líder de la banda DIIV, fueron arrestados en Nueva York tras saltarse varias señales de tráfico. En el interior del vehículo la policía halló 42 bolsas de heroína y varias pastillas de éxtasis. La placa de la matrícula, además, era robada. Las acusaciones contra Ferreira fueron retiradas. No obstante, la mayoría de los medios obviaron ese dato. “Nunca he sido una maldita adicta a las drogas. Me hicieron una prueba ese día y demostré que no estaba drogada, pero nadie menciona esa parte”, aseveró en las páginas de NME.
El daño ya estaba hecho. Pese a que firmas como Maison Kitsuné siguieron confiando en ella, su proyección como modelo se estancó. En una entrevista publicada por Stereogum en julio de 2014, Smith mostró su arrepentimiento: “Fui un estúpido. La jodí. Fue enteramente mi culpa y jodí la vida de mi novia. Literalmente ella no hizo nada malo. Básicamente era una pasajera en el coche de una persona que estaba fuera de control durante un minuto. Le salpicó toda la mierda. Su carrera quedó jodida porque todo el mundo pensó que era una drogadicta, cosa que no es en absoluto. Esa es la peor parte de todo para mí. La jodí pero bien”. Desde Night Time, My Time, Ferreira ha colaborado con Primal Scream, The Jesus and Mary Chain y Charli XCX. Y también ha hecho sus pinitos como actriz, participando por ejemplo en la tercera temporada de Twin Peaks o la recién estrenada producción de Netflix Reptile. Aunque lo que llama la atención es que, desde entonces, apenas ha lanzado dos sencillos propios: Downhill Lullaby, en 2019, y Don’t Forget, en 2022. Una década después del primero, su segundo disco todavía no tiene fijada una fecha de lanzamiento. Lo poco que se sabe es que llevará por título Masochism (lo anunció el 6 de abril de 2015 en su ahora eliminada cuenta de Twitter) y que está prácticamente terminado. “No quiero que la gente piense que ni siquiera he comenzado el álbum o algo así. Gran parte está hecho. Es sólo cuestión de mezclar, regrabar algunas partes, cambiar ciertas letras. Pequeños detalles”, aseguró en mayo de 2022 en Vulture.
¿Cuál es el motivo de la demora? Para ella sólo hay un culpable: Capitol Records. En julio de 2017, justo cuando descubrió que padecía la enfermedad de Lyme, escribió en Instagram: “He guardado bastante silencio sobre lo que está ocurriendo con mi música por una serie de razones. Hasta ahora he estado verdaderamente a merced de otra gente y no importa lo duro que lo intentase, siempre era superior a mí. No podía decir nada debido a la posibilidad de hacer que las cosas fueran peores”. En aquel post desveló que “afortunadamente, una mayoría de esas personas ya no forman parte de mi vida y esos problemas han sido finalmente solucionados. Por primera vez en mucho tiempo tengo un equipo musical que me apoya”. Años después, nada ha cambiado. El pasado enero, Ferreira colgó en la misma red social un vídeo en el que adelantaba nueva música. Lo acompañó de la frase “quiero lanzar esto” y una stories en la que mostraba su frustración: “Estoy en una situación difícil y tengo que ser ‘difícil’ para superarla. Tengo que protegerme a mí y a mi trabajo de alguna forma. Si no tengo permitido decir algo sin consecuencias y la gente que se supone que debe hacer su trabajo se niegan a ocuparse de mí… ¿Cómo no voy a ser ‘difícil’?”. Anteriormente, en una entrevista que concedió al Evening Standard, ya había hablado de esa etiqueta de “artista difícil” que le persigue: “He firmado muchos contratos estúpidos que no me beneficiaban y tenían muchos vacíos o un lenguaje engañoso. Te llaman ‘difícil’ si no quieres firmar ciertas cosas”.
Sus pacientes fans no se han quedado de brazos cruzados. En agosto se organizaron para contratar un anuncio en Times Square con el mensaje Free Sky Ferreira y, en septiembre, pagaron un avión para que sobrevolara las oficinas centrales de Capitol Records, en Los Ángeles, con una pancarta en la que figuraba el mismo lema. Según ellos, la artista “ha sido rehén de su sello durante casi una década” y culpan a la discográfica de “bloquear” el lanzamiento de Masochism. A la espera de novedades, Ferreira saldrá de gira por Estados Unidos a finales de este mes y, en marzo de 2024, tiene confirmadas una decena de fechas en el Reino Unido.