Chicas que meten las conversaciones con sus novios en ChatGPT para que les diga si las quieren: así usan las nuevas generaciones la IA para el amor
Decenas de mujeres jóvenes están publicando videos en redes sociales enseñando cómo la IA es capaz de identificar, según las conversaciones de WhatsApp, si su conexión con su pareja tiene futuro
En la era de las red flags, las situationships y el ghosting empezar una nueva relación amorosa puede ser cada vez más difícil. “No saber lidiar con la incertidumbre que producen los comienzos, el miedo al rechazo o las malas experiencias pasadas son el origen de traumas que puede resultar difícil superar”, explica la psicóloga sanitaria y vocal del Colegio Oficial de Psicología de Madrid Elena Daprá. En este contexto, ha surgido un inesperado consejero sentimental: la IA.
Basta con entrar TikTok y poner la palabra ChatGPT para que, en cuestión de segundos, aparezcan miles de videos que, grabados por mujeres, cuentan que han descargado la conversación de WhatsApp que tienen con la persona que les gusta para pedirle a la IA que les diga cuáles son las posibles red flags (comportamientos tóxicos) que se pueden encontrar entre los mensajes compartidos.
Todas las publicaciones empiezan así: “He conocido a alguien, y como siempre tengo dudas de si estaré siendo muy intensa y de dónde va la relación, he decidido pasarle la conversación de estos dos meses a la IA para me haga un análisis”, “Hace unas semanas conocí a alguien, pero no lo he vuelto a ver así que le pedí a ChatGPT que analizara la conversación” o “De las 100 preguntas que le he preguntado a la IA, la mejor ha sido saber si yo estoy más involucrada en la relación”. Las respuestas son infinitas, aunque la conclusión de muchas de estas mismas creadoras de contenido es que la primera red flag es haber sometido su relación al análisis de una máquina.
María Elena Daprá explica qué cada vez tiene más casos en consulta de mujeres que le confiesan que están utilizando este método para analizar sus relaciones amorosas. A lo que ella les responde: “Si se está utilizando la IA es porque de base la persona siente que hay un problema en la relación y lo que hay que hacer es analizar qué está generando estos sentimientos”. Algunas de las razones por las cuales se cae en esta práctica, según la experta, pueden tener que ver con la falta de comunicación, la poca autoestima o una mala gestión de la responsabilidad emocional.
Hay que tener en cuenta cuando se recurre a la Inteligencia Artificial que la comunicación entre dos personas es bidireccional. “Cuando ChatGPT analiza solo el texto de una conversación de WhatsApp, le estamos dando solo una parte de la información, la verbal. Sin embargo, nos estamos olvidando del lenguaje no verbal, que puede cambiar todo el sentido de lo que se está intentando trasmitir. Se están perdiendo muchos datos y señales que pueden ser claves. Esto es como ir a que te lean las cartas. La persona puede decidir si creer o no, pero eso no significa que sea fiable”, asegura Daprá.
Es importante también entender cómo funciona ChatGPT antes de utilizarlo como consejero amoroso. El asesor de la Comisión Europea en IA y robótica Antonio L. Flores explica a S Moda por teléfono que la IA es capaz de analizar millones de datos en segundos y que eso en teoría podría mejorar cualquier recomendación que pueda dar una tercera persona. “La IA detecta patrones aprendidos y con esa información da una respuesta. El problema es que cada uno de nosotros somos únicos y actuamos según miles de variables. Además, la mayoría de las IA han sido entrenadas con textos en inglés y están programadas para analizar según unos códigos culturales diferentes al que podemos estar acostumbrados en España”, afirma.
Cuando se le pregunta al mismo ChatGPT por qué cada vez más gente lo utiliza como terapeuta, da tres razones: por su accesibilidad, dado que siempre está disponible, porque la gente se siente más cómoda hablando con una IA, ya que no hay juicios ni estigmatizaciones y porque ayuda a exteriorizar lo que se está pensando. “Sin embargo, es importante recordar que no reemplazo a un profesional de la salud mental, pero puedo ofrecer información, recursos y una escucha atenta”, responde ChatGPT cuando le preguntas sobre estos temas.
Para el sexólogo Bruno Martínez que las personas estén recurriendo a la IA en busca de respuestas no es nada nuevo. “A lo largo del tiempo siempre han existido los consultorios sentimentales. Hay quienes han pagado porque les lean el oráculo, otros interactúan en foros de internet en donde se plantean estás cuestiones, y en una época la gente hasta llamaba a la radio para saber la opinión de una tarotista”. En el fondo, todos buscan lo mismo: la reafirmación de que su pareja les quiere y su corazón está a salvo. “Vivimos en una época de muchos cambios en las relaciones sentimentales, y hay una soledad creciente que hace que mucha gente no tenga con quién desahogarse y cada vez le damos más valor a la tecnología”, asegura Martínez.
Sin embargo, hay que ser consciente de que en el fondo ChatGPT es solo un buscador muy rápido de la información disponible en internet que no puede dar una respuesta individualizada. “Se está humanizando la tecnología y la mayoría de las personas no sabe cómo funcionan. Se cree que es una inteligencia humana y no es así. Las emociones pueden ser muy complejas de analizar, y una máquina es incapaz de sentir”, afirma el experto.
Este es un ejemplo de una posible respuesta que da la IA al leer una conversación de WhatsApp entre dos personas que se conocen hace un mes: “Parece que hay una buena conexión entre ustedes. Las bromas, el coqueteo y la manera en que se interesan el uno por el otro son señales positivas. Ambos parecen disfrutar la conversación y están abiertos a pasar tiempo juntos, lo cual es un buen indicador. ¡Definitivamente, hay química!”, se puede leer en su web.
Según la sexóloga docente en Escuela Sexológica, Norma Ageitos Urain, el análisis de esta conversación puede tener un sesgo. “La IA no tiene capacidad de análisis emocional. Muchas pacientes en consulta creen que toda la información que sacan de ahí es fiable y pueden llegar a hacer conclusiones apresuradas. La IA no es capaz de entender la intención o la emoción del interlocutor”, afirma. A los consejeros sentimentales robóticos les queda mucho por aprender.