¿Cada cuánto hay que lavar un sujetador para que no afecte a nuestra piel?
La pregunta salpica recurrentemente el ‘feed’ de la red social X y la respuesta no es ni clara ni uniforme. Esto es lo que opinan los expertos
Las mujeres llevamos más de cien años llevando a diario un sujetador y, sin embargo, esta prenda sigue rodeada de misterio. Por un lado, resulta fascinante cómo ha reflejado la vida, los deseos, las reivindicaciones y el papel de las mujeres en todo este tiempo desde la liberación inicial que supuso allá por los años veinte, tras desterrar al rígido corsé, hasta convertirse en símbolo de la opresión femenina en los años sesenta, lo que provocó que se quemaran en señal de protesta, para pasar más tarde a ser u...
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Las mujeres llevamos más de cien años llevando a diario un sujetador y, sin embargo, esta prenda sigue rodeada de misterio. Por un lado, resulta fascinante cómo ha reflejado la vida, los deseos, las reivindicaciones y el papel de las mujeres en todo este tiempo desde la liberación inicial que supuso allá por los años veinte, tras desterrar al rígido corsé, hasta convertirse en símbolo de la opresión femenina en los años sesenta, lo que provocó que se quemaran en señal de protesta, para pasar más tarde a ser un objeto de escándalo —recordemos a Madonna en su Blonde Ambition Tour de 1990, con aquellos conos de Jean Paul Gaultier prohibidos por El Vaticano— o reivindicar la presencia femenina en el mundo del deporte con la llegada en los años ochenta de los sujetadores deportivos. Pero su enigma no solo es cuestión de antropología, sino también una cosa de lo más mundana: ¿sabes lavarlo correctamente?
La pregunta sobre cada cuántas puestas hay que echarlo a la lavadora salpica de tanto en cuando la red social X y las respuestas suelen ser de lo más variadas: desde las que cuentan la frecuencia “en eras”, las que lo lavan a la vez que el pijama (una vez por semana), las que alargan su uso en invierno y las que lo hacen cuando lo ven un poco sucio. Las pocas encuestas que existen sobre el tema apuntan a que esta prenda no se lava demasiado a menudo: según un estudio realizado en Estados Unidos, solo el 8% de las encuestadas lo hace a diario y la mayoría (el 70%) lo hace entre una vez a la semana y una vez al mes.
Pero ¿qué nos diría una experta en microbiología si mirara el sujetador que llevamos a diario en un cultivo?
Cuando consultamos a María Dolors Vidal Roig, miembro del grupo de Docencia y Difusión de la Sociedad Española de Microbiología, sobre qué tipo de bacterias viven en los tejidos de ropa, especialmente en la ropa interior, para el artículo “Más de 10.000 bacterias vivas”: cómo tratar los microorganismos que habitan en nuestra ropa interior, explicó que en la ropa “vivirán temporalmente aquellos microorganismos que transferimos desde nuestra microbiota de la piel o de las mucosas, que contacta con dicha ropa”. La experta destacaba que esta microbiota es distinta según localización anatómica y que “si se trata de sujetadores serían especies de hongos saprófitos y otras bacterias típicas de la piel como Staphylococcus epidermidis”.
Existe cierto consenso entre fabricantes de ropa interior y de detergentes para la ropa en que la lencería es una de las prendas más delicadas que tenemos y, por ello, requiere un cuidado adicional cuando se trata de lavarla.
La pregunta del millón: cada cuánto
En la marca de detergente Wipp Express aseguran que aunque “los sujetadores son ropa interior, no es necesario cambiarlos todos los días”. Su recomendación es hacerlo “después de tres o cuatro usos, ya que si se lavan con demasiada frecuencia es posible que el material se desgaste con mayor rapidez”. Eso sí, matizan que no se recomienda usar un mismo sujetador dos días seguidos. “Por su parte, los sujetadores para hacer deporte son una excepción y deben lavarse cada vez que se usan”, explican en la marca, y apuntan que, “con todo, entre los aspectos a los que prestar atención a la hora de determinar cuándo lavar los sujetadores se encuentra la sudoración: el sujetador se sitúa cercano a la zona de las axilas y el sudor puede penetrar con rapidez en sus fibras”.
Será la etiqueta de lavado colocada en la prenda la que diga si el sujetador puede entrar en la lavadora o no, pero por norma general, “se recomienda un lavado a mano si el sujetador tiene aros, forma (por ejemplo, los sujetadores push-up) o se trata de lencería fina y tienen un tejido delicado, como la seda”, dicen en el fabricante de detergentes.
En la firma de lencería de origen neerlandés Hunkemöller afirman que una de las preguntas más frecuentes que les llegan es acerca de cómo deberíamos lavar sus sujetadores: “Esto varía por persona pero de media es bueno lavar tu sujetador después de llevarlo cuatro veces. Si tiendes a sudar entonces es mejor que lo laves antes”. Y añaden: “La mejor manera de lavar tus sujetadores es a mano. No es solo mejor para tus sujetadores, sino también para tu lavadora. Si lavas tu sujetador a mano, este durará más puesto, algo que es mejor por ejemplo para las fibras elásticas de tu sujetador, que se mantendrán en buen estado durante más tiempo”. Y dan varias claves para hacerlo correctamente: primero, clasificar los sujetadores por colores para lavarlos por separado; segundo, usar agua tibia y un detergente preferiblemente apto para tejidos de seda y finos; tercero, poner el sujetador en remojo durante un par de minutos en vez de limpiarlo bruscamente (prestando atención a que no pase demasiado tiempo mojado), y, por último, enjuagarlo con agua fría. Si prefieres la lavadora, en la marca recomiendan usar siempre una bolsa de sujetadores, meterlos abrochados y no lavarlos nunca a más de 30 grados.
A la hora de secarlos, desalientan ante el uso de la secadora, porque es muy posible que se pierda elasticidad y color en el proceso, no estrujarlos nunca para que no adopten formas indeseadas e, idealmente, tenderlos al aire libre estirado en el suelo encima de una toalla con las copas hacia arriba. También hay algo prohibido: el planchado.
La cuestión de cuántos sujetadores deberíamos tener como mínimo para asegurarnos una adecuada rotación en limpieza la responden desde la marca Victoria’s Secret con un particular lema: “Uno para lavar, uno para llevar puesto y otro de repuesto”. En la marca aseguran que “lavarlos a mano es lo ideal, pero una no siempre tiene tiempo para hacerlo. Es conveniente que recuerdes que, cuanto más suave sea el ciclo de lavado mejor, y con un centrifugado a poca velocidad, o sin centrifugar”, y también insisten en abrochar siempre los corchetes antes del lavado. Para secarlos, aconsejan evitar la secadora y o bien “colocarlos en los hilos de tender o en la barra de la cortina de la ducha, lo que ayudará a distribuir el peso de manera uniforme”, que se sequen sobre una superficie plana, o bien “colgarlos del tendedero por la banda, poniendo una pinza a ambos lados de las copas Como estarán boca abajo, el agua se escurrirá por el relleno, en lugar de estirar los tirantes con el peso del agua”.
“Los sujetadores deberían tener una vida útil mínima de seis a nueve meses, pero si los tratas bien pueden durar en perfectas condiciones mucho más”, añaden en Victoria’s Secret. Y destacan algunos indicadores para deducir que ya es hora de cambiar el sujetador por uno nuevo:
● Cuando la banda se ha dado de sí.
● Si las copas presentan ondulaciones o arrugas.
● En el caso de que los tirantes te quedan sueltos o se te caen.
● Si has observado que los aros se salen.
● En el momento en el que el tejido tiene muestras de desgaste.
● Si el color ha perdido vivacidad.
● Cuando el sujetador tiene un aspecto ‘peludo’ o hebras sueltas.
● Si ya no te gusta.
El cuidado del sujetador se debería acentuar cuando hablamos de modelos deportivos. “Al igual que otras prendas deportivas basadas en el rendimiento, los sujetadores deportivos requieren un cuidado especial. Si quieres disfrutar de la misma sujeción y ajuste que el día que los estrenaste, tienes que saber cómo lavarlos de forma correcta”, apuntan desde Nike. Y dan cinco consejos de lavado para alargar su vida útil y que se mantengan limpios y con un buen olor.
1. Lávalos después de cada uso: “Si lavas tus sujetadores deportivos después de cada entrenamiento, reduces los olores desagradables. De todas formas, aunque no huelan mal, deberías lavarlos porque, si los vuelves a guardar en el cajón, crecerán bacterias, moho y hongos en sus fibras. La zona debajo del pecho es especialmente propensa a las infecciones por hongos.Además, no lavar los sujetadores deportivos de forma habitual puede provocar erupciones, brotes de acné, infecciones bacterianas o roces en los pezones. Por estas razones, debes quitarte el sujetador deportivo en cuanto termines de entrenar y lavarlo directamente o tenderlo para que se seque al aire hasta que pongas la lavadora”, afirman en la marca.
2. Lávalos a mano o en una bolsa de malla para ropa interior: “Lavar los sujetadores deportivos a mano es la mejor forma de alargar su vida útil y es una práctica más respetuosa con el medioambiente que el lavado a máquina”, apuntan en Nike. Además, recomiendan evitar un detergente convencional y optar por un jabón de manos, un jabón para ropa o un champú suave: “El detergente convencional puede ser difícil de enjuagar en el lavado a mano y los restos que se quedan en las fibras de los sujetadores deportivos atraen el mal olor”. ¿Cómo hacerlo? “Déjalos en agua con jabón durante 20 o 30 minutos y, pasado ese tiempo, limpia cuidadosamente el tejido con las manos. Cuando termines, vacía el lavabo y vuélvelo a llenar con agua fría para aclarar todo el jabón”, explican desde la firma.
3. Di no al suavizante: “Los suavizantes obstruyen las fibras de los sujetadores deportivos, por lo que el sudor y la suciedad, en lugar de eliminarse, se quedan atrapados. Además, impiden que los tejidos desempeñen la función para la que se han diseñado: proporcionar transpirabilidad y capilarizar el sudor”, apuntan en la marca. “Por ello, evita el uso de suavizante y de toallitas para secadora, y opta por un potenciador de aroma para tejidos de rendimiento”.
4. Déjalos en una superficie plana para que se sequen: “Intenta no meter los sujetadores deportivos en la secadora, sobre todo con programas a temperaturas muy altas. La secadora puede dar de sí el tejido y el elástico, por lo que ofrecerán menor sujeción e incluso se alterará el ajuste. Por suerte, los sujetadores deportivos están diseñados para secarse rápidamente”, explican en Nike. “Déjalos que se sequen al aire encima de una toalla sobre una encimera o cualquier superficie plana. Otra opción es colocarlos sobre un tendedero. Evita colgar los sujetadores deportivos por los tirantes, ya que pueden darse de sí”, concluyen.
5. Sustituye los que estén desgastados: aseguran en la marca que si cuidas tus sujetadores deportivos de forma adecuada podrás ponértelos de forma habitual durante un año aproximadamente. “Incluso con el cuidado adecuado, los sujetadores deportivos se desgastan con el paso del tiempo y ofrecen menor sujeción en los entrenamientos”.