Biometría: ¿agilizar las colas de embarque o vigilarnos más?

Las tecnologías de biometría son clave para reducir los tiempos de espera en los aeródromos. No obstante, también presentan algunos peligros sobre los que los expertos avisan

Controles de biometría facial en el aeropuerto de Dulles (EE UU)Getty Images

Hace unos años era impensable llegar a un aeropuerto y dirigirse hacia la puerta de embarque identificándose con un lector de pasaportes sin hacer colas, y ahora esta tecnología está instalada en la mayoría de aeropuertos del mundo. El problema es la llegada. Cuando se viaja a un país extranjero es necesario pasar por al menos, un control en el que hay que esperar. Pero, ¿Y si en poco tiempo también pudiera bajar del avión y salir del aeropuerto en pocos minutos?

Las compañías aéreas parece que están cerca de superar uno de los últimos escollos: los tiempos de espera en los aeropuertos....

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Hace unos años era impensable llegar a un aeropuerto y dirigirse hacia la puerta de embarque identificándose con un lector de pasaportes sin hacer colas, y ahora esta tecnología está instalada en la mayoría de aeropuertos del mundo. El problema es la llegada. Cuando se viaja a un país extranjero es necesario pasar por al menos, un control en el que hay que esperar. Pero, ¿Y si en poco tiempo también pudiera bajar del avión y salir del aeropuerto en pocos minutos?

Las compañías aéreas parece que están cerca de superar uno de los últimos escollos: los tiempos de espera en los aeropuertos. “Imagínese bajar del avión, recorrer el aeropuerto de destino y en 10 minutos estar cogiendo un Uber de camino a su hotel.” Ha exclamado Justin Chang, director general de Cathay Pacific en España e Italia ante un público perplejo, durante una de las ponencias celebradas esta semana en South Summit, el congreso de startups e innovación celebrado en Madrid. "Gracias al avance de la biometría, este sistema estará disponible muy pronto”, ha adelantado Chang.

Un sistema parecido, pero para embarcar, en lugar de al llegar al destino, es el que se utiliza en el aeropuerto de Menorca desde finales de marzo. Es el primero de España en participar en una prueba piloto en la que los viajeros usan su cara como clave de identidad para acceder al vuelo. Es posible porque hay instaladas cámaras con tecnología biométrica que cotejan el rostro de cada individuo con la de su documento de identidad y el listado de pasajeros.

Para poder acceder al vuelo con este sistema, los usuarios introducen su DNI o pasaporte en una máquina que comprueba que la cara del documento es la misma que la de la persona que lo presenta mediante una aplicación de luz visible, infrarroja y ultravioleta. Además, estas máquinas poseen una tecnología que reconoce si se está intentando suplantar una identidad con una máscara.

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La industria aeronáutica está dando pasos para que la experiencia del usuario sea más completa. Los ejecutivos de las aerolíneas coinciden en que se fijan mucho en la encuesta de satisfacción y que, con ellas, han observado que el cliente quiere tener el control de toda la información. “Queremos personalizar al máximo el vuelo. Que el usuario pueda elegir su comida antes de montar en el avión, tener información del vuelo y de todas las posibilidades que ofrece la aeronave en tiempo real”, afirma Gabriel Perdiguero, director de transformación de Iberia.

La industria del transporte aéreo va a experimentar una transformación similar a la que ya está produciendo en la de los transportes terrestres. Dentro de las ciudades, especialmente las medianas o grandes el paradigma ha cambiado completamente. Patinetes y bicicletas eléctricas coexisten con los coches o les están sustituyendo. “Hay que cambiar la mentalidad de algunas personas que usan el coche para todo y explicarles que la sostenibilidad es lo primero”, dice Caroline Hjelm, directora de Marketing de VOI Technology. “La industria del automóvil ha tenido más cambios en cinco años que en los últimos 50”, asegura Iván Burgos, director de coches conectados de Porsche.

Vivimos en una revolución de la energía que está cambiando la forma de entender la automoción. Y eso afecta también a los negocios vinculados a la movilidad. “Si el uso de este tipo de vehículos continúa al alza, nos plantearemos asegurar a los usuarios de patinetes como hacemos con los de coches”, explica Javier Montenegro, director de movilidad avanzada de Mutua Madrileña. “Europa va mucho más retrasada en estos aspectos a Dubái, Singapur o Japón”, señala Karolina Korth, directora de estrategia y digitalización de Siemens Mobility España. En esto, como en casi todo, hay distintas velocidades.

Mentiras en la Unión Europea

La Unión Europea anunció el pasado año la puesta en marcha de su nuevo sistema de control de fronteras. Comprobar la documentación y solucionar los conflictos que puedan surgir de la llegada y salida de tantas personas parece una tarea de titanes que podría agilizarse con la implantación de iBorderCtrl, un proyecto piloto financiado con 4,5 millones de euros. 

El sistema comienza a funcionar cuando los usuarios completan una solicitud en línea y cargan algunos documentos, como su pasaporte. Entonces un asistente virtual asume el control. Utilizando inteligencia artificial y reconocimiento facial, comprueba si los pasajeros están mintiendo sobre, por ejemplo, lo que hay dentro de su equipaje. Plantea preguntas como: "Si abres la maleta y me enseñas lo que hay dentro, ¿confirmará que tus respuestas son ciertas?

Las voces de alerta no han tardado en surgir. "Los sistemas de reconocimiento facial con inteligencia artificial tienen un sesgo inherente, y los prejuicios se reflejan en los datos que se utilizan para entrenarlos", avisan desde Amnistía Internacional. Según el proyecto, se reduce “el control subjetivo y la carga de trabajo de los agentes humanos y aumenta el control objetivo mediante la automatización”. Pero esta afirmación, avisa la organización, "es, sin duda, engañosa". 

Si bien el proyecto subraya que cuando se deniega la entrada siempre interviene un “guardia de fronteras humano” y que en tales casos no se utilizarán nunca sólo las evaluaciones efectuadas mediante IA, en la práctica esto es algo imposible de garantizar. “Teniendo en cuenta el elevado número de personas que viajan, la posible falta de personal adecuadamente entrenado y la realidad política que presiona en favor de unas políticas fronterizas restrictivas, los riesgos de que se tomen decisiones basadas en los resultados obtenidos por el sistema de IA son demasiado elevados", avisa Evelien Brouwer, investigadora jefa del Centro de Derecho Migratorio y de Refugiados de Ámsterdam (Vrije Universiteit Amsterdam).

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