Inteligencia artificial, imágenes satelitales y datos: la revolución tecnológica del campo

Cada vez más empresas desarrollan y comercializan tecnologías específicas para optimizar la producción y reducir el impacto ambiental en tareas agrícolas como el cultivo de la vid

Un hombre trabaja en a vendimia en una vid de Badarán, La Rioja, el 3 de octubre de 2023.Raquel Manzanares (EFE)

Se conocieron en un hub de innovación agrícola. SpectralGeo, la empresa dirigida por Carlos Tarragona, explicó lo que podían hacer con imágenes satelitales y algo de información pública sobre precipitaciones, temperatura o la humedad del suelo. Pablo Franco, director del Consejo Regulador Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, se acercó a ellos, entre impresionado y escéptico. No podía creer que una pequeña startup de Alfaro fuera capaz de predecir las plagas con 10 días de antelación o calcular con un 96% de precisión la productividad de una parcela de viñedo dos meses antes de la cosecha. Resultó que sí podían.

Eso fue en 2022. Desde entonces, los dos han forjado una relación simbiótica que ha permitido a la Denominación de Origen mejorar la calidad general de su producto y a SpectralGeo demostrar el futuro de una herramienta en la que nadie confiaba hace unos años.

“No hay otro camino que no pase por una viticultura que esté aliada con la tecnología”, defiende Franco. “Eso sí, sin perder la tradición”, matiza. Al principio, utilizaron las imágenes satelitales para inspeccionar 65.000 hectáreas de viñedo divididas en 190.000 parcelas. Querían vigilar que los viticultores no sobrepasasen la productividad por hectárea permitida. Hacerlo de forma manual era imposible: solo podían acudir a unas 400 fincas al año con el personal que tenían disponible.

Carlos Tarragona, de la empresa SpectralGeo, durante una charla en una imagen cedida.SpectralGeo

Después llegaron las demás variables: aparte de las imágenes ―que muestran, por ejemplo, la orientación de la parcela o la pendiente―, empezaron a utilizar la información de estaciones agroclimáticas (precipitaciones, humedad, temperatura, dirección del viento, cantidad de rocío) y sensores remotos. Ahora mismo, la herramienta de SpectralGeo, impulsada por inteligencia artificial, utiliza más de 1.600 variables por parcela y es capaz de predecir el estrés hídrico de la planta (cuándo necesita agua), la calidad de la uva (el nivel de dulzor) o la productividad esperada.

Esta pequeña revolución ha sido posible gracias a la coincidencia de varios factores: el desarrollo de la inteligencia artificial, la pandemia de la covid-19 y el abaratamiento del lanzamiento de pequeños satélites con cámaras “hiperespectrales”.

Empresas como Open Cosmos o Aistech han lanzado estos artefactos a la atmósfera baja de la Tierra para obtener imágenes con mucha más información de la que puede captar el ojo humano. Javier García Robles, ingeniero en teledetección y gestión de datos en Open Cosmos, explica que las imágenes que consiguen tienen decenas o incluso cientos de bandas del espectro electromagnético, incluyendo el infrarrojo y el ultravioleta. Esto les permite conseguir información detallada sobre la composición química, la humedad y el estado de la vegetación.

“Con toda esta información se puede hacer una agricultura de precisión que antes no era posible”, defiende García. Su empresa construye los satélites-cámara, los pone en órbita con la ayuda de los cohetes Falcon 9 de SpaceX y procesan las imágenes que reciben para que las utilicen empresas o instituciones públicas.

Recientemente, ha desarrollado con la Junta de Andalucía el nanosatélite Platero. El objetivo es que sirva para observar la humedad del suelo, el estrés hídrico en cultivos, los cambios en la biodiversidad marina o calidad del agua. También para la detección de incendios, la erosión o los vertidos ilegales. SpectralGeo está un paso más adelante en la cadena: es la que se encarga de procesar esas imágenes y convertirlas en información útil.

Una de las imágenes satelitales captas por la empresa SpectralGeo, en una fotografía cedida por la compañía.SpectralGeo

La pandemia es importante en la ecuación del éxito de estas tecnologías. Fue entonces cuando los agricultores, que no podían vigilar tan fácilmente sus explotaciones, empezaron a explorar estos proyectos innovadores, desarrollados por informáticos que nunca antes habían tenido tierras que cuidar.

SpectralGeo nació en 2016, pero al principio no tuvieron mucha suerte. “Estuvimos en el País Vasco, Castilla y León, La Rioja y Navarra, pero nadie nos contrataba. Les contábamos los que podíamos hacer y no se lo creían”, cuenta Tarragona. “Con la pandemia la gente quería hacer las cosas en remoto, para no tener que desplazarse, y entonces conseguimos los primeros contratos”, recuerda.

El uso de imágenes satelitales está revolucionando la agricultura. Permite monitorizar cultivos, optimizar el uso de recursos y mejorar la sostenibilidad de las tierras. Aistech Space analiza la productividad agrícola con imágenes térmicas y colabora con empresas como Nestlé y Bayer, cuenta su cofundador, Carles Franquesa. También proporcionan imágenes para desarrollar modelos predictivos que optimicen la gestión de cultivos. “El sector agrícola está liderando la adopción de esta tecnología porque ya no es un lujo, es una necesidad”, defiende Franquesa.

Guillermo (derecha) y Carles (izquierda), fundadores de la empresa Aistech, en una imagen cedida por la compañía.Aistech

La empresa colabora con otras corporaciones que necesitan estudiar en remoto ciertas zonas de la Tierra. “Una empresa quiere establecer plantaciones, pero antes necesita saber si esas tierras son favorables para ese cultivo específico”, comenta. Además, han trabajado con compañías en la predicción de recursos hídricos, facilitando datos clave sobre la disponibilidad de agua para asegurar la viabilidad de la producción agrícola. Ellos utilizan las imágenes de sus satélites para analizar la disponibilidad de recursos a lo largo del año para saber si el proyecto es factible.

“Los agricultores eran bastante escépticos”, cuenta Franco. Ahora, el Consejo Regulador de la DO Rioja ha apostado por la digitalización para ayudar a los viticultores a gestionar mejor sus viñedos. Han desarrollado un modelo predictivo que permite estimar la producción de cada parcela con meses de antelación. Los viticultores pueden acceder a esta información a través de una aplicación donde consultan previsiones de producción y mapas detallados de sus parcelas. “Antes era solo para nuestro uso, pero ahora lo hemos abierto a los agricultores”, explica. Esta herramienta permite controlar que se respeten los límites de producción y en el futuro permitirá al viticultor optimizar los cultivos y mejorar la calidad del vino.

A finales de octubre salieron los datos de la cosecha de vino del 2024 y SpectralGeo tuvo uno de esos momentos que quedarán para la historia de la compañía, una prueba de fuego que les permitió reivindicarse. Dos meses antes, sus modelos de predicción pronosticaron la peor cosecha del siglo. Y, de nuevo, nadie les creyó. “Desde el Consejo Regulador nos dijeron que era imposible que pasara eso”, cuenta Tarragona. Dos meses después terminó la cosecha de la uva en La Rioja: la empresa de 17 empleados que trabaja con imágenes satélites y datos públicos había vuelto a acertar. “Solo tuvimos un 3% de error en el dato”, dice.

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