Ciudadanos pierde más de 250 cargos públicos durante la legislatura

La deriva ideológica y las expulsiones desde Madrid redujeron al menos un 15% el poder municipal del partido desde 2015

Albert Rivera, en un acto de precampaña electoral, en Zaragoza la semana pasada.Jaime C. Serrano (EFE)

Ciudadanos consiguió en las elecciones municipales de 2015 un total de 1.527 concejales. Cuatro años después, tiene menos de 1.300. Las últimas en abandonar la formación han sido dos concejales de Ponferrada y Zamora, que anunciaron su renuncia este lunes. El goteo de casos ha sido constante desde 2015. Expulsiones por no seguir la disciplina de partido, desbandadas por imposición de candidatos o renuncias ideológicas. Concejales y diputados provinciales que abandonaron el partido pero no entregaron su acta ...

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Ciudadanos consiguió en las elecciones municipales de 2015 un total de 1.527 concejales. Cuatro años después, tiene menos de 1.300. Las últimas en abandonar la formación han sido dos concejales de Ponferrada y Zamora, que anunciaron su renuncia este lunes. El goteo de casos ha sido constante desde 2015. Expulsiones por no seguir la disciplina de partido, desbandadas por imposición de candidatos o renuncias ideológicas. Concejales y diputados provinciales que abandonaron el partido pero no entregaron su acta y continuaron en sus cargos como no adscritos se juntaron en un grupo de WhatsApp que llegó a tener más de 200 miembros.

La decisión del líder nacional, Albert Rivera, de cambiar el ideario del partido para retirar las referencias a la socialdemocracia motivaron numerosas renuncias a partir de 2017. La cifra exacta de los abandonos es difícil de saber, ya que muchos cargos públicos renunciaron a su acta a la vez que solicitaron la baja como afiliados del partido. De esta forma, Ciudadanos no pierde el escaño, que es asignado directamente a otra persona. Enrique Aguar, exportavoz de Ciudadanos en la Diputación de Valencia, estima que se produjeron más de 400 bajas en la legislatura entre los no adscritos y aquellos que sí renunciaron al cargo.

Elvira González es de las segundas. Esta abogada de 58 años de Logroño se sintió atraída por ese partido fresco que prometía ser "diferente". González fue una de las compromisarias que se opuso al cambio de los estatutos en el congreso de 2017. "Para mí lo más grave fue el engaño y la pérdida de principios. Me pareció una tomadura de pelo total. Es como decía Groucho Marx: 'Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”, explica por teléfono.

Mapa de concejales no adscritos elaborado por Javier López.

La del diputado Enrique Aguar fue una de las renuncias más sonadas. "Ciudadanos ha traicionado los principios de progreso, centralidad y liberalidad que inspiraron su creación y expansión, retrocediendo a posiciones de derechas que lo han convertido en una marca blanca del PP", dijo en su carta de renuncia en febrero de 2017. Los casos fueron salpicando la prensa local a lo largo de estos años, pero el escándalo estalló el pasado octubre de boca de la eurodiputada Carolina Punset, que en los inicios del partido había estado en la ejecutiva con Rivera.

Punset ya había advertido antes del Congreso de 2017 que el cambio de los estatutos era "un error estratégico y un fraude ideológico", una afrenta directa que terminó que con su baja de Ciudadanos y su decisión de continuar en el Parlamento Europeo adscrita al grupo de los liberales. "Sigo sin comprender cómo se puede uno acostar socialdemócrata y levantarse ultraliberal", dijo entonces.

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El acto de darse de baja como militante pero permanecer en el cargo es para los no adscritos una forma de cumplir con la voluntad expresada en las urnas. "El que incumplió con los ciudadanos fue el partido cambiando de ideología", defiende Juan José Jurado, concejal no adscrito de Camas (Sevilla). La ley electoral los ampara. "Para mí, los escaños y las actas de concejal, políticamente, pertenecen a los votantes y a los militantes", dijo Rivera en 2017. A punto de acabar la legislatura, preguntados por EL PAÍS, en Cs aseguran que "es normal que siempre haya personas que toman decisiones determinadas por motivos muy dispares y hay que respetarlas".

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El partido se expandió a nivel nacional entre 2014 y 2015, años en los que multiplicó sus afiliados, simpatizantes y candidatos. Un crecimiento de difícil control desde la ejecutiva nacional que, con concejales en 756 municipios, derivó en numerosas expulsiones desde Madrid. Muchas de ellas por saltarse la disciplina de partido. Es el caso de Pedro Gallén, concejal no adscrito de Bétera (Valencia), que se votó a sí mismo como alcaldable en lugar de abstenerse. La Audiencia Provincial de Valencia acaba de darle la razón y ha obligado al partido a readmitirlo por considerar nula su expulsión.

Las primarias han sido otro de los puntos calientes entre la relación de las agrupaciones y la dirección nacional. En A Coruña, la rebelión llegó por la elección a dedo del candidato a las generales de junio de 2016. "Entendimos que se habían violentado las primarias y se nos abrió expediente. Éramos 50 afiliados y se quedó uno", asegura por teléfono Javier López, exconcejal de Ames (A Coruña). López se ha convertido en una referencia para los no adscritos. Geógrafo de profesión, ha ido recabando en un mapa de España todos los cambios de concejales de Cs a concejales no adscritos. El lunes hizo la última actualización con la salida de la edil de Zamora. Según él ya suman 277.

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