El Gobierno cree que Andalucía ratificará el hundimiento del PP

El PSOE maneja datos muy positivos, y detecta una clara caída del PP que se debería ver en las andaluzas, pero ni de lejos lo ve tan bien como el CIS

Pedro Sánchez, junto a Carmen Calvo y Josep Borrell, en el Congreso. En vídeo, declaraciones de Pablo Casado este domingo en Sevilla.Vídeo: ULY MARTÍN / ATLAS

Los sondeos que manejan el Gobierno y el PSOE sobre el escenario electoral en Andalucía, la primera prueba de fuego real tras el giro político que consagró la moción de censura, no son tan optimistas como los del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) pero ratifican el triunfo de Susana Díaz y, sobre todo, el desplome del PP de Pablo Casado. Los datos con los que trabaja el equipo de Pedro Sánchez reflejan un sorpasso teórico de Ciudadanos al PP en Andalucía pero el Ejecutivo cree que no se producirá. El evidente tirón del partido de Albert Rivera no bastaría para desbancar a Díaz y gobernar con los populares.

La política española vive aún en parte en la foto fija de 2016, cuando el PP logró mucho mejor resultado del esperado. Por eso el PSOE sufre para buscar mayorías con 84 diputados y el PP aún disfruta de sus 134, que le convierten en el grupo más poderoso, que controla la mesa del Congreso y algunos órganos constitucionales clave como el Poder Judicial. Sin embargo, el Gobierno está convencido de que esa hegemonía ya no es real en la calle, y cree que las elecciones andaluzas servirán para fijar una fotografía muy d...

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La política española vive aún en parte en la foto fija de 2016, cuando el PP logró mucho mejor resultado del esperado. Por eso el PSOE sufre para buscar mayorías con 84 diputados y el PP aún disfruta de sus 134, que le convierten en el grupo más poderoso, que controla la mesa del Congreso y algunos órganos constitucionales clave como el Poder Judicial. Sin embargo, el Gobierno está convencido de que esa hegemonía ya no es real en la calle, y cree que las elecciones andaluzas servirán para fijar una fotografía muy diferente, la de un PSOE en ascenso y un PP en caída libre.

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Los datos que maneja el Gobierno son muy optimistas, aunque no tanto como las proyecciones del CIS, que dan al PSOE 10 puntos de ventaja sobre Ciudadanos y más de 13 sobre el PP en toda España. Todos los partidos aprovechan los datos en bruto del CIS, que son los mejores, pero nadie asume sus pronósticos.

En cualquier caso, pese a las discrepancias, sí hay una tendencia que detectan varias encuestas y de la que están convencidos los expertos del PSOE y el Gobierno: el PP está cayendo mucho más de lo esperado. Y en el Ejecutivo determinan que esa caída de los populares se verá de forma palmaria en las elecciones andaluzas.

Los datos que baraja el Gobierno indican que el PP perdería en esta comunidad casi 300.000 votos, mientras los socialistas ganarían 120.000. A pesar de eso, por un problema del reparto final de escaños con los restos de los votos y con el enorme crecimiento de Ciudadanos, Susana Díaz podría ceder dos de los cuatro diputados que ganó en el último minuto en 2015.

Las provincias con más riesgo para el PSOE son Cádiz y Huelva. Los sondeos internos de los socialistas pronostican también una caída importante de Unidos Podemos, pese a su alianza con Izquierda Unida. Estos datos restan a esa coalición tres escaños sobre los 20 (15 de Podemos y 5 de IU) que obtuvieron en la anterior cita. Si al final aguantan o mejoran la suma de 2015, el resultado del PSOE podría ser bastante peor.

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Ciudadanos tendría una subida enorme en Andalucía, de hasta 450.000 votos y 15 escaños, pero seguiría forzado a pactar con los socialistas porque no sumaría en ningún caso con el PP. Los datos que escruta el Gobierno en este momento dan a Ciudadanos por encima de los populares, una hecatombe para Casado, pero tanto en La Moncloa como en el palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, y por supuesto en el PP, dan por hecho que los populares recuperarán terreno con Ciudadanos durante la campaña electoral y quedarán por delante aunque no por mucha diferencia.

Pablo Casado salvaría así los muebles, pero si el PSOE dobla al PP en votos en la comunidad más poblada de España y con más escaños en juego, como apuntan los sondeos, su nuevo líder tendrá por delante un panorama muy difícil para recuperar el poder. Sería un gran éxito para Susana Díaz, pero de rebote también para Sánchez, que necesitará los votos andaluces para seguir en La Moncloa.

En el Gobierno creen que en realidad el PP lleva años cayendo, que el efecto Casado duró poco más de un mes tras el congreso del partido, y que la política española está viviendo en una irrealidad por la ausencia de elecciones durante dos años. Esa situación ha llegado a su fin.

Los comicios andaluces, el peor escenario posible para probar la fortaleza del PP, demostrarán dónde está cada uno, dicen en el PSOE, y cambiarán por completo el escenario. Los populares no son tan pesimistas, pero en privado no desmienten del todo estos datos, siempre que asuman que van delante de Ciudadanos. No hay que olvidar que las cifras ya no son de nadie, pasan de unos expertos a otros, entre otras cosas porque ahora hay mucho más trasvase de analistas que antes. Sin ir más lejos el equipo de La Moncloa lo dirige alguien como Iván Redondo, que trabajó con el PP.

Pero los datos en los que trabajan estos días van más allá, y llevan al Gobierno a la conclusión de que Casado se equivoca en su estrategia de confrontación dentro de la derecha en vez de buscar una dinámica bipartidista ,con algunos pactos de Estado, que dejaría a Ciudadanos fuera de juego. El líder del PP, por el contrario, está convencido de que primero tiene que asentarse en su espacio natural para después ampliarlo y ganarse el centro, apartando a Ciudadanos.

El PSOE ha hecho una encuesta para evaluar las medidas principales del pacto de Presupuestos con Podemos, su proyecto estrella. Y los datos son llamativos. El 79% de la población cree que la subida del salario mínimo es urgente; y el 63%, que es “viable económicamente”. Entre los votantes del PP, el 59% la ve urgente, aunque baja al 36% quien la ve viable.

La regulación de precios del alquiler abusivos, rechazada abiertamente por el PP, tiene sin embargo el respaldo del 59% de sus votantes. Y la ampliación de la inversión a personas dependientes tiene un apoyo del 86%. Son medidas en general populares, a las que es difícil oponerse. Hay respuestas aún más llamativas. Hasta un 27% de los votantes del PP dicen que su partido debería apoyar los Presupuestos. En Ciudadanos, un 41%.

Con todos estos datos encima de la mesa, el PSOE se enfrenta el 2-D al primer gran examen real del giro político en España convencido de que el gran derrotado de la noche será el PP. Pero los populares ya han mostrado otras veces una resistencia muy por encima de lo esperado y en la cúpula de este partido aún hay quien cree que podrían dar un vuelco y lograr sumar escaños suficientes con Ciudadanos para quitar el poder en Andalucía al PSOE después de 40 años.

Sería un golpe tan duro por inesperado y por simbólico que cambiaría por completo el panorama político y desestabilizaría al Gobierno de Sánchez. Nadie lo ve posible en La Moncloa. Las urnas fijarán la fotografía real.

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