Interior apuesta por la mano dura tras la violencia de los saltos en Ceuta

El Gobierno continuará con la detención de los migrantes que protagonicen incidentes graves en la valla fronteriza

La Guardia Civil detiene a uno de los 602 subsaharianos que saltaron la valla de Ceuta el pasado 26 de julio.Vídeo: AFP (HANDOUT)

El Ministerio del Interior reafirmó este martes su apuesta por la política de mano dura para frenar los saltos multitudinarios en la frontera con Marruecos. La Guardia Civil detuvo a 10 de los 602 migrantes que el 26 de julio entraron en Ceuta al considerarles “responsables de organizar y dirigir la intrusión masiva y violenta” de aquel día en la que se usaron cal viva, radiales e, incluso, lanzallamas caseros, según el ministerio. Se les acusa de organización criminal, entre otros delitos. L...

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El Ministerio del Interior reafirmó este martes su apuesta por la política de mano dura para frenar los saltos multitudinarios en la frontera con Marruecos. La Guardia Civil detuvo a 10 de los 602 migrantes que el 26 de julio entraron en Ceuta al considerarles “responsables de organizar y dirigir la intrusión masiva y violenta” de aquel día en la que se usaron cal viva, radiales e, incluso, lanzallamas caseros, según el ministerio. Se les acusa de organización criminal, entre otros delitos. Los arrestos se producen días después de que Interior desempolvase un acuerdo de hace 26 años para devolver a Marruecos a otros 116 subsaharianos.

Entre los detenidos se encuentra el supuesto “jefe del grupo que lideró la entrada”, un ciudadano de Togo que ofreció fuerte resistencia a la detención y provocó una brecha en la cabeza a un agente. Interior destaca que este migrante fue el encargado de orquestar el ataque a los guardias civiles que en el momento del asalto controlaban el perímetro fronterizo, para lo que supuestamente suministró el material con el que romper la valla e intentar amedrentar a los agentes. El resto de los detenidos proceden de República de Guinea (siete) y de Camerún (dos), señalados por participar en “la dirección logística y operativa” de la entrada ilegal.

Fuentes de la Guardia Civil destacan que en este salto de julio los migrantes mostraron una actitud de agresividad poco vista hasta entonces. Los subsaharianos lanzaron cal viva y heces en recipientes de plástico a los agentes, y utilizaron aerosoles como lanzallamas caseros, además de “piedras y palos”, según recalca Interior en una nota. Para romper el vallado, se valieron de sierras radiales, cizallas y mazos. En el cacheo posterior, la Guardia Civil intervino cócteles molotov y bolsas con hachís. En total, consiguieron entrar 602 migrantes y otros 150 fueron repelidos. Algunos fueron devueltos en caliente, como se observa en diversas grabaciones. El salto se saldó con 22 agentes heridos, cinco de los cuales precisaron de atención hospitalaria. Entre los migrantes, hubo 132 lesionados, en su mayoría por cortes.

Tras analizar las imágenes de las cámaras de vigilancia e interrogar a numerosos migrantes que participaron en el salto, los agentes pudieron identificar a los presuntos cabecillas y proceder a primera hora de la mañana de ayer a su arresto en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, donde estaban alojados desde su entrada ilegal en España. Los 10 detenidos están acusados de pertenencia a organización criminal, atentado contra agentes de la autoridad y lesiones. El primero de estos delitos está penado con hasta ocho años de cárcel. La investigación ha sido dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción 5 de Ceuta, que ha declarado el secreto de sumario.

No es la primera vez que migrantes son arrestados por agredir a los agentes durante un asalto al perímetro fronterizo. En septiembre de 2016 ya fueron detenidos tres subsaharianos por lanzar piedras contra los guardias civiles que intentaban evitar la entrada de 150 personas. Lo novedoso de la operación de este martes es la detención de los responsables de organizar uno de estos saltos y, sobre todo, del cabecilla, según destacan fuentes de la Guardia Civil. “Es la primera vez que ocurre”, recalcan fuentes de Interior, que añaden que siempre que se produce un asalto de estas características se inicia una investigación, pero que hasta ahora no se habían logrado recabar pruebas contra ninguno de los participantes en los saltos.

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Un reciente informe confidencial de la Guardia Civil detalla que los saltos a la frontera suelen estar organizados por mafias que cobran 200 dirhams marroquíes (algo más de 18 euros) a cada uno de los asaltantes. Estos grupos poseen normas y una marcada organización interna con una cúpula que fija el momento adecuado para el salto y los medios de fuerza que emplearán.

Otras medidas

El instituto armado insiste en desmarcar estas detenciones de la devolución, el pasado 23 de agosto, de los 116 inmigrantes que accedieron a la ciudad autónoma en otro asalto masivo. Entonces, Interior desempolvó un acuerdo firmado entre España y Marruecos en 1992 para expulsar a todos los subsaharianos que un día antes habían cruzado la frontera en otro asalto masivo en el que también se produjeron episodios de violencia y varios agentes resultaron heridos.

Fuentes de Interior aseguran que la decisión del Gobierno es continuar aplicando este viejo convenio si se reproducen nuevos asaltos masivos. No obstante, también admiten que todo dependerá de la actitud que mantengan las autoridades de Marruecos, que desde que se firmó el acuerdo, con el socialista José Luis Corcuera como ministro del Interior, habían aceptado con cuentagotas la vuelta a su territorio de inmigrantes a los que España pretendía aplicarlo.

El Gobierno también continuará con la detención de los cabecillas de los saltos que consiga identificar. En este sentido, la delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, aseguró que “se va a continuar igual”. “El que entre violentamente y agrediendo va a recibir el mismo pago”. Mientras tanto, el Gobierno sigue estudiando cómo eliminar las concertinas que coronan las vallas y cuya retirada ya anunció Grande-Marlaska al poco de ser nombrado ministro. El ministro comparece este miércoles en el Congreso para explicar su política migratoria.

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