El Rey recupera con cautela su agenda exterior

Felipe VI viajará a Puerto Rico para inaugurar el Congreso Internacional de la Lengua Española

El Rey junto al nuevo presidente de la República de Portugal.T. PETINGA (EFE)

El Rey retomó este miércoles su interrumpida agenda internacional para asistir a la toma de posesión del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. La semana próxima visitará Puerto Rico para inaugurar el VII Congreso Internacional de la Lengua Española, pero la cautela obliga al resto de la agenda. El Gobierno en funciones suspendió dos viajes del jefe del Estado previstos para el primer trimestre de 2016 invocando la situación de incertidumbre política que vive el país.

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El Rey retomó este miércoles su interrumpida agenda internacional para asistir a la toma de posesión del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. La semana próxima visitará Puerto Rico para inaugurar el VII Congreso Internacional de la Lengua Española, pero la cautela obliga al resto de la agenda. El Gobierno en funciones suspendió dos viajes del jefe del Estado previstos para el primer trimestre de 2016 invocando la situación de incertidumbre política que vive el país.

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La estancia en Lisboa fue el primer desplazamiento de Felipe VI fuera de España en lo que va de año, cuando tenía previsto haber realizado ya dos viajes. El de Portugal constituía una excepción, según fuentes de la Casa del Rey. Por su brevedad, ya que el jefe del Estado se trasladó por la mañana y regresó a primera hora de la tarde, y por su naturaleza: no había invitación generalizada a jefes de Estado, solo a algunos “muy singulares”.

La fragmentación parlamentaria y la complicada aritmética mantienen abierto un proceso inédito que ha alargado la vida del Gobierno en funciones, que es de quien depende la política exterior, y cuyo desenlace, definido en el artículo 99 de la Constitución, requiere de la presencia del Rey. Esta situación, según las mismas fuentes, obliga a la Casa del Rey a no hacer planes a largo plazo ni salidas largas.

Ese imperativo obligó el pasado enero a suspender la visita prevista a Arabia Saudí. La situación incluso fue un pretexto sólido para evitar un viaje que se había vuelto incómodo después de que Riad hubiese ejecutado el 2 de enero a 47 personas, incluido el clérigo chií Nimr Baqr al Nimr, que abrió una crisis entre Arabia Saudí e Irán.

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Esta decisión, dada la intensa relación de ambas familias reales, podía resentir la cordialidad entre Felipe VI y el jefe de la Casa Saudí, Salman bin Abdulaziz. Pero este viaje, concebido para “mantener y fortalecer las ya excelentes y cálidas relaciones entre los dos países” en medio de una matanza podía tener contradictorias consecuencias para la imagen de La Zarzuela, como apuntaba el tono del debate político español, en el que ya había prendido.

También se anuló la visita de los Reyes prevista para el pasado 8 de marzo al Reino Unido, invitados por la reina Isabel II de Inglaterra. La última visita oficial del jefe de Estado español fue 30 años antes. El viaje estaba anunciado desde principios de diciembre, tenía programa desarrollado y hacía mucha ilusión en la Casa del Rey.

La próxima semana los Reyes viajarán a Puerto Rico a un congreso, que se celebra entre los días 15 y 18, y en el que la ausencia de los Reyes sería inexcusable. Pero continúa siendo una incógnita si realizarán su visita a Japón, prevista para mediados de abril, y cuyos preparativos por parte de la familia imperial se encuentran muy avanzados.

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