Tribuna

Por amor a España

A los españoles nos falta el espíritu de la Transición

"No somos el problema, somos la solución"

Parte de la solución. Me refiero al País Vasco y a Cataluña. España atraviesa un trance difícil, me ahorraré el describirlo. Solo quiero llamar la atención en este artículo a que, uno de los más preocupantes es la falta de fe en nuestro futuro que parece haberse apoderado de nosotros, los españoles, en los últimos años. Nos falta el espíritu de la Transición. La capacidad de pacto y de flexibilidad que lo hizo posible. Mientras no recuperemos aquel espíritu me temo que iremos de mal en peor. Aunque es una cuestión que abarca todo lo que...

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"No somos el problema, somos la solución"

Parte de la solución. Me refiero al País Vasco y a Cataluña. España atraviesa un trance difícil, me ahorraré el describirlo. Solo quiero llamar la atención en este artículo a que, uno de los más preocupantes es la falta de fe en nuestro futuro que parece haberse apoderado de nosotros, los españoles, en los últimos años. Nos falta el espíritu de la Transición. La capacidad de pacto y de flexibilidad que lo hizo posible. Mientras no recuperemos aquel espíritu me temo que iremos de mal en peor. Aunque es una cuestión que abarca todo lo que en España ocurre, me limitaré al tema vasco. " Ven y cuéntalo", fue un slogan que mi amiga, Rosa Diez, cuando gobernaba con el PNV hizo popular, cuando lo que se veía y se podía contar es que se mataba a la gente.

El slogan sería más adecuado para el momento actual. El País Vasco va camino de convertirse, sino lo es ya, en el territorio con más grado de convivencia, más pacífico y con mejores expectativas económicas de toda España. Todavía no somos conscientes de que estamos ante el hecho más importante desde la transición. La solución de lo que dejó pendiente para pasar página definitivamente al pasado de España. "El Oasis Vasco" fue uno de los libros publicados tras la segunda guerra carlista, donde el País Vasco fue escenario principal. Una vez finalizada la guerra, se convirtió en escenario de paz y estabilidad social. Ante algo parecido nos encontramos. Una auténtica política de estado, que retome el espíritu de flexibilidad y pacto que presidió la transición, debería consistir en ayudarnos a que los vascos culminemos nuestra propia "transición". En lugar de eso, sólo veo desconfianza, indiferencia, silencio, pasividad y ganas de no querer saber nada de lo que aquí ocurre. Puedo entenderlo, razones hemos dado para ello, pero no es bueno para España.

Lo que conviene es dar salidas, dar expectativas a los problemas que quedan pendientes. Entre ellos, aunque no les guste a algunos, está el de facilitar que la izquierda abertzale se integre como una fuerza más y contribuya al fin de la transición. Tampoco puedo extenderme en ello. Sólo haré referencia a algo que me preocupa. La legalización del PCE fue la prueba de fuego de Suárez. La ley le obligaba a encarcelar a Carrillo. Lo dejó libre. Los partidos necesitan a sus líderes para madurar. En el caso vasco, la izquierda abertzale necesita también a sus líderes. Arnaldo Otegi es, el más significado de ellos. Está en la cárcel. Cumpliendo estrictamente con la ley y con la jurisprudencia, podría estar fuera. Su contribución a la Paz, y sobre todo, la contribución a la normalización futura, merece una reflexión sobre el tema. No lo digo por altruismo, lo pido por amor a España.

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