"Salir a comer una hamburguesa con mi familia se ha convertido en todo un lujo"

Calcula que ha perdido 2.200 euros este año por los ajustes Tras 19 años trabajando, su sueldo es de mileurista

Eva MartínezCarlos Rosillo

Eva Martínez, de 38 años, es ordenanza en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Cuando empezó a trabajar, hace 19 años, era una de las funcionarias más jóvenes. Todavía lo sigue siendo, en un departamento que en los últimos años no ha podido renovar su plantilla.

Cada día sale de su puesto de trabajo en el complejo gubernamental de Nuevos Ministerios (Madrid) a la hora de comer, con el tiempo justo para recoger a su hijo pequeño de la guardería. Mientras habla de cómo le ha afectado la crisis menciona a sus hijos, de dos y siete años. En esos momentos se le ilumina la cara.
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Eva Martínez, de 38 años, es ordenanza en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Cuando empezó a trabajar, hace 19 años, era una de las funcionarias más jóvenes. Todavía lo sigue siendo, en un departamento que en los últimos años no ha podido renovar su plantilla.

Cada día sale de su puesto de trabajo en el complejo gubernamental de Nuevos Ministerios (Madrid) a la hora de comer, con el tiempo justo para recoger a su hijo pequeño de la guardería. Mientras habla de cómo le ha afectado la crisis menciona a sus hijos, de dos y siete años. En esos momentos se le ilumina la cara.

Su sueldo oscila entre los 900 y los 1.000 euros, pese a llevar trabajando casi dos décadas en el mismo puesto. “Con mi salario, y los recortes, es normal que se haya resentido en la vida cotidiana de mi familia”, afirma. Eva calcula que desde hace dos años, cuando las nóminas de los funcionarios empezaron a verse afectadas, cobra 100 euros menos al mes. Este año, estima, ha dejado de percibir 2.200 euros. Aún tiene que pensar cómo hacer las cuentas para hacer los regalos familiares en Navidad, cuando los más de dos millones y medio de funcionarios del país dejen de cobrar la paga extra. “Y eso que no soy la que peor está de entre mis compañeros”, admite.

Eva cuenta con un apoyo importante para llegar a fin de mes: el sueldo de su marido, que trabaja como pescadero, aunque haya meses “que la cosa está peor”. Ella lo nota, sobre todo, al hacer la compra. “Tienes que ingeniártelas buscando en más establecimientos, mirando cada producto. Y comprando marcas blancas”, dice. En los últimos meses sus opciones de ocio también han cambiado notablemente: “Hemos tenido que dejar de ir de cañas o de copas”, afirma. "Incluso opciones más baratas, como salir a comer una hamburguesa, se han convertido en todo un lujo"

Su familia tenía previsto irse de vacaciones a la Costa Brava en Girona. Hasta que se anunciaron las últimas medidas del Gobierno con importantes reducciones en los sueldos de los funcionarios. “En febrero hicimos la reserva para irnos en septiembre”, afirma, “aunque me lo estoy pensando y puede que la cancele, por los últimos recortes”.

Después del verano, sus hijos volverán al colegio y ella echará de menos la ayuda de 90 euros que le daba la Comunidad de Madrid para comprar los libros de texto, con la que ya no cuenta. “Este curso tengo que comprar 18 libros, así que los he encargado en el supermercado que me han recomendado como opción más barata. A ver si es verdad”, dice. “Aún así, tendré problemas para pagar los libros”. Eva calcula que le costarán, al final del verano, unos 200 euros.

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Reconoce que sus hijos no pueden tener todos los lujos y caprichos que demandan. Pero reconoce que al menos tiene suerte en algo: una casa con jardín en Rivas-Vaciamadrid. “Ahí mis hijos se lo pasan bien”, dice sonriente. “Y es gratis”.

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