6 fotos

Las primeras exhumaciones a la muerte de Franco

Viudas e hijos de fusilados se lanzaron a la muerte de Franco, en 1975, a la búsqueda y apertura de fosas para recuperar los restos de sus familiares. El proceso se paró en seco con el golpe de Estado del 23-F, hasta que casi diez años después, los nietos de las víctimas reiniciaron las exhumaciones.

Cedida por Jesús Vicente Aguirre
Cedida por Jesús Vicente Aguirre
Familiares de los fusilados de Aldeanueva de Ebro buscaron a la muerte de Franco las fosas donde habían sido arrojado los suyos. Emiliano León, hermano de dos de las víctimas, recordaría después en el funeral una frase del obispo de Cartagena: "Benditos sean los cañones, si en las brechas que abren florece el Evangelio" para contraponerlas con los curas navarros que les estaban ayudando a rehabilitar a sus familiares: "Hoy otros sacerdotes de aquella Iglesia que os despreció han venido a rezar por vosotros y a decirnos 'vuestro dolor es nuestro dolor..."Cedida por Jesús Vicente Aguirre
Familiares y voluntarios recuperan los restos de fusilados de Aldeanueva de Ebro (La Rioja) El párroco navarro Eloy Fernández diría en el funeral posterior, en 1979: "En aquella guerra del 36 una parte importante de la Iglesia no estuvo a la altura. Por esta claudicación de la Iglesia, a vosotros, familiares de los fusilados, nosotros, sacerdotes de esa Iglesia, os pedimos sincerísimamente perdón por el gravísimo mal que se os hizo..." .Cedida por Jesús Vicente Aguirre
Tras las exhumaciones, en más de 60 pueblos de Navarra y La Rioja se oficiaron multitudinarios funerales como este, en el municipio riojano de Rincón de Soto, en 1979. Sacerdotes, familiares de los fusilados y vecinos atravesaban el pueblo con los ataúdes y banderas republicanas.Cedida por Jesús Vicente Aguirre
José Antonio Moreno sostiene uno de los 19 cráneos recuperados en la exhumación de los fusilados de Calahorra (La Rioja), en 1980. Al funeral asistieron 22 sacerdotes. En el camino al cementerio, los familiares oyeron decir: "Si hubiéramos cortado las raíces, no ocurrirían ahora estas cosas", según recoge Jesús Vicente Aguirre en su libro "Aquí nunca pasó nada. La Rioja, 1936"Cedida por Jesús Vicente Aguirre