‘Podcast’ | ‘La vida en jaque. Historias de ajedrez’
Leontxo García cuenta en esta serie de ocho episodios historias, anécdotas y descubrimientos que han rodeado a un deporte que se empezó a jugar hace 1.500 años
En La vida en jaque. Historias de ajedrez, Leontxo García despliega las anécdotas y el conocimiento acumulados en los 50 años que lleva cubriendo el mundo del ajedrez por todo el mundo, 39 de ellos en EL PAÍS. Desde el 24 de enero, cada martes sus seguidores podrán disfrutar de un nuevo episodio de los ocho preparados y pensados para descubrir un mundo que el propio autor describe como “una mina de oro”.
El motivo son sus conexiones con todos los aspectos de la vida: educación, literatura, inteligencia artificial, política internacional, psicología, entre otros. Un gusto para quienes ya siguen a quien está considerado el mayor experto y todo un descubrimiento para los que, sin interesarles especialmente el ajedrez, se enganchan a los artículos de Leontxo García por su forma excepcional de contar las cosas.
Que solo haya una mujer por cada diez hombres en el ajedrez es un hecho tan claro como asombroso. Más confuso, pero apasionante, es indagar en las causas posibles. ¿Genética, educación o ambas? Aunque la primera no se debe menospreciar hasta que sepamos más sobre las diferencias cerebrales, las mujeres ajedrecistas excepcionales de la historia apuntan hacia la segunda.
Algunos inventores se obsesionaron desde el siglo XVIII al XX con crear ingenios mecánicos que jugasen al ajedrez. Y los padres de la informática lo eligieron, a mediados del XX, como campo de experimentación de la inteligencia artificial cuando comprobaron que el número de partidas distintas posibles es superior al de átomos en el universo. Importantes avances de la ciencia se deben a lo aprendido con el ajedrez.
Una gran paradoja en la Unión Soviética (287 millones de habitantes en 1985) era el alto nivel educativo de sus niños, que luego emergían en una sociedad corrupta, ineficaz y carente de libertades básicas, como viajar o expresarse. El ajedrez era una parte optativa de esa esmerada educación y una pasión nacional gigantesca, equiparable al fútbol hoy en la mayoría de los países de habla hispana
El ajedrez fue un termómetro de la política en la Unión Soviética. E indicó fiebre muy alta tras la derrota de Borís Spassky ante el estadounidense Bobby Fischer en plena guerra fría (1972). La enfermiza rivalidad entre el ortodoxo Anatoli Kárpov y el disidente “traidor” Víktor Korchnói implicó a los servicios secretos e inspiró una película de Oscar, 'La diagonale du fou' (1984).
Kárpov recuperó el honor nacional perdido por Spassky, derrotó al “traidor” Korchnói (1978 y 1981) y se convirtió en un héroe nacional condecorado por los líderes comunistas y en el número uno indiscutible. Pero en su propio país brotó otro genio, Gari Kaspárov, apadrinado por los renovadores de la perestroika de Gorbachov, con quien iba a mantener la mayor rivalidad en la historia de todos los deportes.
“Disfruta mucho de este día porque el resto de tu vida será peor”, le advirtieron a Kaspárov en 1985. A los 22 años, era el campeón más joven de la historia. Su madre dijo poco después: “Vivir por el placer de vivir es algo que ni mi hijo ni yo comprendemos”. Cuando terminó de pelear con Kárpov y se cansó de ser el número uno, en 2005, Kaspárov se marcó un objetivo aún más grandioso: destronar a Vladímir Putin
Bobby Fischer fue un niño raro, superdotado, obsesionado con el ajedrez. Y luego un adolescente excéntrico y genial, que se convirtió en un peón de oro en la guerra fría de la Casa Blanca contra el Kremlin. El presidente Nixon le pidió que destronase a Spassky. Él culminó la misión en 1972 con brillantez y numerosos escándalos, puso el ajedrez de moda en todo el mundo y entonces desapareció, renunciando a ser millonario.
Tras dos decenios sin dar apenas señales de vida, Fischer reapareció en plena guerra de Yugoslavia (1992) para ser utilizado de nuevo como peón de oro, esta vez por el sátrapa Milósevic. Su duelo de revancha con Spassky implicó una orden de busca y captura de la Casa Blanca por violación del embargo. Enfermo mental, fue muy infeliz hasta que puedo asilarse en Islandia, donde murió en 2008, de manera incomprensible.
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).