En Níger, una madre es quien mueve el arte
Laila Halidou es anestesista de formación y hace poco decidió dedicarle más tiempo a su otra gran pasión: la pintura. Ahora, su estilo artístico está cruzando fronteras
Amante de la pintura y autodidacta en la materia, Laila Halidou decidió sacar su lado más creativo para expresar todo lo que le hacía sentir su trabajo de anestesista. Esta joven artista nigerina cuenta que era una inquietud que llevaba dentro y que necesitaba expresar de alguna forma, hasta que por fin tomó las riendas de su carrera artística y se lanzó.
“Trabajar como anestesista, enfermera o médica es un trabajo difícil que conlleva dedicarle mucha energía al paciente, lo cual requiere un cierto grado de atención”, alecciona Halidou. Por esa razón, decidió soltar todo lo que sentía mediante la pintura, un arte que aprendió viendo vídeos de YouTube, y usando lienzos que se fabricaba ella misma para pintar. “Para mí es importante expresarme con mi arte, aunque no sea fácil conciliar mi trabajo y mi pasión”, asiente.
Sus cuadros, de colores vivos y variadas texturas, representan una pintura única en Níger que está cruzando fronteras. Su estilo representa diferentes formas y patrones exagerados que se inspira de la cultura tuareg. Su primera exposición tuvo lugar a finales del 2021 en el Centro Cultural Franco-Nigerino de Niamey con el título Splendeur du tifinagh (el esplendor del Tifinag, en castellano). Gracias a esta exposición, la artista presentó su primera serie de obras, en la que mostraba con la vitalidad de sus colores empleados la cultura tuareg, su riqueza y su historia.
De padres tuaregs, Halidou nació en 1995 en Niamey, capital de Níger, aunque se crio en Ayourou, una ciudad situada en la región de Tillabéri, la cual está siendo azotada por el terrorismo yihadista presente actualmente en el país. “Cada día nos llegan malas noticias de los familiares y amigos que siguen en el pueblo” confirma ella, que cada vez está más preocupada por la situación del terrorismo en la zona.
Cuando cualquier adolescente europea estaría pensando qué estudiar, ella se casaba por primera vez, paría a su primogénito y, a la vez, comenzaba sus estudios. La media de fecundidad en Níger es de 7,6 hijos por mujer, lo que supone un 4% de demografía anual, según la Organización de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Es algo que se puede explicar por los matrimonios precoces y por la baja escolarización de las niñas. Como dice el presidente de la República de Níger, Mohamed Bazoum, “es el reflejo de la mala calidad del sistema educativo”.
Halidou no solo pasa sus días rodeada de pinceles y pinturas, al contrario: la mayoría del tiempo se lo dedica a su trabajo de anestesista y a cuidar de su hogar y de sus tres hijos. Muchas veces, por su trabajo, tiene que salir de la capital y pasar unos días en Say, uno de los departamentos del país que respira de cerca la situación de inseguridad que se vive en el territorio debido al yihadismo. Es una de las razones por las que desea poder instalarse definitivamente en Niamey, dedicar su vida a su mundo artístico y no tener que despedirse de su familia cada semana.
A sus casi 27 años, ya está esperando el cuarto retoño. Al mismo tiempo, se le pasa por la cabeza dar el salto que siempre había soñado: dedicar su vida a su pasión y abrir su galería de arte. No para de alcanzar todas las metas que se propone y tampoco para de proponerse más, ni de agradecerle a los suyos el estar siempre tan cerca: “ha sido gracias a mi marido y a mis padres que he conseguido construir todo esto”.
A pesar de todo, la pintora lucha contra los comentarios poco esperanzadores de la población nigerina, que le dice que ese arte en este país no tiene futuro. Ella se agarra fuerte a sus ideas y cree que es una pena que la gente piense así: “Si tienes ganas de hacer algo y puedes hacerlo, hazlo y cree en ti mismo” anima.
Actualmente Halidou está trabajando en su segunda exposición, que pretende inaugurar este verano, antes de que nazca su hijo. En esta ocasión, la cita será en el otro gran centro cultural de Niamey, uno de los más concurridos por la gente local, la Galería Taweydo. En esta serie las figuras femeninas serán las protagonistas de los lienzos: representarán a la mujer como el origen del desarrollo y hablarán de los desafíos y los sacrificios que han tenido que hacer las mujeres por el hecho de serlo. La artista intenta explicar el sentimiento que ella tiene como mujer, artista, anestesista y madre, y su lucha por crecer, hacerse escuchar y entender.
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