La iniciativa que certifica algodón ético rechaza la investigación que lo vincula con deforestación y abusos en Brasil
Earthsight, la ONG que realizó el estudio que pone en entredicho la sostenibilidad de ropa vendida por marcas como Zara y H&M, considera que la respuesta de esta firma es insatisfactoria e incompleta
Better Cotton (BC), la iniciativa más importante de certificación de algodón ético del mundo, que pone su sello en la ropa que se compra, por ejemplo, en Zara y H&M, rechazó las conclusiones de una investigación publicada el 11 de abril por la ONG británica Earthsight en la que se la vinculaba con “la deforestación, el acaparamiento de tierras y la violencia contra las comunidades tradicionales” en Brasil. Esta semana, la marca de sostenibilidad difundió los resultados de una auditoría en la que desestima estas acusaciones, aunque admite que la producción de algodón en el país sudamericano es “compleja” y hace necesario revisar algunas actividades, además de instaurar “un diálogo entre las partes interesadas”.
Concretamente, la investigación independiente encargada por Better Cotton estudió tres granjas brasileñas que producen algodón certificado y “no encontró ninguna relación” entre sus actividades y las afirmaciones de Earthsight “relativas al impacto en las comunidades locales”, por lo que concluyó que “no hubo incumplimiento de las normas”.
Contactados por este periódico, los autores de la investigación de Earthsight consideraron que la auditoría de Better Cotton es “extremadamente insatisfactoria e incompleta”, sobre todo porque se centra únicamente en tres fincas que no son relevantes y porque cae en grandes contradicciones en sus afirmaciones. En su informe publicado a mediados de este mes, esta ONG se había enfocado en dos casos de acaparamiento de tierras y de deforestación en el oeste del Estado brasileño de Bahía (noreste), los de las macrohaciendas Estrondo y Capão do Modesto, que incluyen decenas de pequeñas fincas.
La organización rastreó 816.000 toneladas de exportaciones directas de algodón de dos productores brasileños, el Grupo Horita y SLC Agrícola, entre 2014 y 2023. Estas firmas trabajan en Bahía, en la región del Cerrado, la sabana tropical con más biodiversidad del planeta, y las dos han recibido multas por deforestación ilegal y están envueltas en acusaciones de acaparamiento de tierras y acoso a las comunidades locales. Solo en esta región, SLC Agrícola posee 44.000 hectáreas de plantaciones de algodón, equivalente a más de 60.000 campos de fútbol, y el Grupo Horita controla por lo menos 140.000 hectáreas de cultivo.
Earthsight subraya que ninguna de las tres fincas analizadas por la auditoría de Better Cotton está ubicada en Estrondo, uno de los casos más notorios de acaparamiento de tierras en la historia de Brasil. “También ignora el hecho de que dos de las fincas fiscalizadas, Sagarana (Horita) y Paysandu (SLC), tienen reservas legales dentro de las tierras tradicionales de Capão do Modesto y son objeto de una demanda del Fiscal General de Bahía por acaparamiento de tierras”, agregan los investigadores. “El Grupo Horita y SLC Agrícola dicen que todo su algodón tiene la certificación Better Cotton. ¿Por qué Better Cotton solo se centra en tres explotaciones?”, se preguntan estos expertos.
Falta de claridad
En su investigación del 11 de abril, Earthsight calculó que unos 20 millones de prendas teóricamente elaboradas de manera sostenible han llegado a España en un periodo de 12 meses, entre 2022 y 2023, de la mano de H&M e Inditex, que engloba marcas como Zara, Bershka y Pull&Bear.
Estas empresas de moda argumentaron que ellos no compran algodón directamente, sino que negocian con intermediarios y trabajan con proveedores, muchos de ellos asiáticos, que les venden ya las prendas acabadas, una parte importante de ellas con el sello Better Cotton. H&M e Inditex son los mayores usuarios de la certificación Better Cotton, una iniciativa coimpulsada por H&M en 2005 y con sede en Suiza. Brasil es el origen de casi la mitad del algodón certificado por BC, más que ningún otro país del mundo.
En las conclusiones de su auditoría, Better Cotton recuerda que su socio estratégico en el país sudamericano es la Asociación Brasileña de Productores de Algodón (ABRAPA) y que su programa Algodón Brasileño Responsable (ABR) “es reconocido como equivalente al estándar de Better Cotton”.
“Pero también admite que este último necesita fortalecerse en cuestiones relacionadas con la ley de uso de la tierra, los derechos de las comunidades, la conservación de la biodiversidad, el impacto comunitario y la corrupción. Esto demuestra la falta de claridad en cómo se aplican en Brasil las normas de Better Cotton, que en sí mismas son erróneas”, zanjan los investigadores de Earthsight.
Además, la auditoria de Better Cotton concluye que las imágenes obtenidas vía satélite han confirmado que estas tres fincas “no han contribuido a la deforestación desde al menos 2008″, pero admite que “estos estudios no siempre detectan si estas tierras de gran valor medioambiental fueron objeto de una conversión antes de que comenzara el cultivo del algodón”
Alan McClay, director ejecutivo de Better Cotton, reconoce que “la supervisión regulatoria debe mejorar” y la firma anunció que va a comenzar a rastrear el algodón hasta las plantas desmotadoras y no solo hasta el país de origen.
Earthsight celebró este avance. “¿Tal vez sea una reacción a nuestra investigación?”, se preguntaron sus investigadores, que matizaron, sin embargo, que no es suficiente, porque “hay que investigar el origen del algodón hasta las granjas, que es el nivel donde tienen lugar el acaparamiento de tierras, la deforestación ilegal y las violaciones de derechos humanos”.
Better Cotton también admite que su misión y valores pueden verse comprometidos, ya que las operaciones de estas fincas van más allá en muchos casos de la producción de algodón. También admite que la auditoría solo analizó las operaciones de las granjas y no investigó a sus propietarios.
Por último, el sello de certificación también explica que está involucrando a las comunidades locales “con miras a comprender y abordar sus preocupaciones”, pero los investigadores de Earthsight piden que aclare cuáles han sido contactadas. “Si su investigación no se centró en las granjas de Horita en Estrondo, es poco probable que los consultores hablen con los pobladores que viven allá. Sin embargo, estas comunidades han sufrido violencia, acoso, intimidación y restricciones de movimiento durante la última década”, concluyen.
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