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Los raíles de la paciencia de Mozambique

El país africano, con una extensión de más de 800.000 kilómetros y 33 millones de habitantes, cuenta con apenas 3.000 kilómetros de línea férrea. Acompañamos a los viajeros entre Cuamba y Nampula, en el norte, un recorrido de 350 kilómetros que se alarga hasta 12 horas

Los miércoles y domingos son los únicos días que hay transporte de pasajeros en este tramo de tren en Cuamba (al norte de Mozambique). En torno a las cuatro de la mañana, los viajeros esperan en la estación. Quince minutos antes de las cinco, mientras aún reina la luna en el cielo, se abren las puertas y los pasajeros corren para hacerse con sitio en los vagones. Los billetes solo se pueden comprar el día anterior al viaje, en persona. Juan Luis Rod
Solo algunos vagones cuentan con iluminación, así que a menudo los pasajeros colocan sus equipajes a oscuras. Rápidamente, los asientos de plástico (sin acolchado) se van llenando y los viajeros se acercan unos a otros para apaciguar el relente del amanecer. El destino: Nampula, también al norte del país. Aunque existe la posibilidad de viajar en clase económica o en clase ejecutiva, esta última está fuera de servicio con bastante frecuencia, y entonces solo queda una opción: emplear la mitad de un día para recorrer 350 kilómetros. El precio: 320 meticais (algo menos de cinco euros). Juan Luis Rod
Los primeros kilómetros del trayecto se hacen a oscuras, porque el tren inicia su partida puntualmente a las cinco de la mañana. El ambiente aún es tranquilo en los vagones, hay poca conversación. Mozambique cuenta con escasos 3.000 kilómetros de línea férrea para sus 800.000 kilómetros cuadrados de extensión y casi 33 millones de habitantes. Además, durante la época de lluvias, varios tramos se pueden ver interrumpidos durante semanas e incluso meses. Juan Luis Rod
Poco después de colarse los primeros rayos de sol por las ventanas, los vagones van cobrando vida. Algunos abren sus equipajes y sacan bollos de pan o una mazorca asada. Comienza el desayuno. Otros esperarán hasta la primera parada, donde los comerciantes ofrecen refrescos, zanahorias peladas listas para comer, pollo asado, mandioca fresca, caña de azúcar o guisantes. Juan Luis Rod
Una vez calmado el apetito matutino, el lento discurrir del paisaje de llanuras extensas salpicadas de montañas invita a la conversación. Aunque son pocos quienes viajan solos, algún vecino de asiento aprovecha para dar rienda suelta a la verborrea. Aunque la duración estimada del trayecto es de unas 10 horas, la realidad es que el tren pocas veces consigue hacer su recorrido en menos de 12. Juan Luis Rod
En Mozambique no existen muchas otras alternativas de transporte público de largo recorrido, y los precios de viajar en tren son competitivos frente al resto de opciones: autobuses, ‘chapas’ (minibuses) o coches privados. Pero las líneas férreas de Mozambique se emplean, sobre todo, para el transporte de mercancías y materias primas como el carbón o minerales. Juan Luis Rod
La línea férrea de Mozambique se divide en tres regiones: hay unos 1.160 kilómetros disponibles en la región centro, 1.073 en la región sur y apenas 872 en la región norte del país, donde viven más de 10 millones de personas. Juan Luis Rod
En 2022, los trenes de Mozambique transportaron cerca de 5,5 millones de personas a lo largo de todo el año, según el más reciente informe financiero de la empresa CFM (Portos e Caminhos de Ferro de Moçambique) de 2022. Juan Luis Rod
A medida que el día avanza, los niños del vagón empiezan a impacientarse, a pesar de haber sido agasajados con frutas, panes y dulces. El tren de Cuamba a Nampula  lleva más de un siglo (desde 1912) transportando pasajeros por el norte de Mozambique, una zona rica en yacimientos de petróleo, gas natural, oro, hierro, mármol, grafito y piedras preciosas.Juan Luis Rod
En las últimas paradas del tren antes de llegar a la ciudad de Nampula, quienes aún no se han gastado todo el efectivo que traían aprovechan para hacer las últimas compras antes de llegar a la capital, donde todo será mas caro. Los viajeros comparan precios y algunos se ríen de quien compró el mismo producto en varias paradas más atrás, más caro.Juan Luis Rod
Los pasajeros echan unas cabezadas al caer la noche. Ganan fuerzas antes de abandonar el tren, cargar con el equipaje y las compras y se adentran en la ciudad de Nampula. Juan Luis Rod