Huir de una combinación mortal: extremismo islamista y la peor sequía que ha visto el cuerno de África en 40 años
Los campos de desplazados de Dolow, Somalia, acogen a decenas miles de personas que huyen de la violencia yihadista y de la crisis climática que les ha dejado sin sustento
Trabajadores del hospital de Trocaire, en Dolow, Somalia, miden a la pequeña Rahma, de cuatro años, a su llegada al centro. Álvaro GarcíaUna niña estudia en una clase de la escuela montada en el campamento para desplazados internos de Kaxaarey, en Dolow.Álvaro GarcíaUn grupo de niños presta atención a su profesor en la escuela del campo de desplazados de Kaxaarey, en Dolow. Álvaro García
Una mujer y un niño llenan sus bidones de agua en uno de los grifos instalados por las organizaciones humanitarias en el campo de desplazados de Kaxaarey, en Dolow. Álvaro GarcíaUna familia, recién llegada al campo de desplazados de Kaxaarey, en Dolow, aguarda junto a sus pertenencias a ser atendida.Álvaro GarcíaUn niño lleva un bidón de agua, haciéndolo rodar con sus pies descalzos por el suelo seco del campo para desplazados de Ladan, en Dolow.Álvaro García
Imagen aérea de un punto de recogida de agua en el campo para desplazados de Kaxaarey, en Dolow.Una familia camina junto a la alambrada que rodea el campamento para desplazados de Ladan, en Dolow.Álvaro GarcíaUn grupo de personas desplazadas, que han abandonado sus casas huyendo de la sequía y el extremismo islamista, en el campamento de Ladan, en Dolow.Álvaro GarcíaUn bebé reposa en una cama del hospital Trocaire, en Dolow, donde muchos de los niños que llegan padecen desnutrición.Álvaro GarcíaUna mujer alimenta a su bebé en el hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUn niño cubierto por una tela en el hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaDos madres con sus pequeños esperan en el hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUna madre sujeta a su hijo, con síntomas de desnutrición, en el hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaMohamud Abdi Warsame, cooperante de Unicef, en el hospital Trocaire, en Dolow. En la pared, un cartel donde se apunta información de los ingresos.Álvaro GarcíaEl personal del hospital de Trocaire, en Dolow, ajusta al brazo de un niño la cinta métrica que utilizan para determinar si los pequeños están desnutridos. El tramo rojo indica que puede padecer desnutrición grave.Álvaro GarcíaUna madre alimenta a su niño en el Hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUna madre con su pequeño en una cama del hospital Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUna mujer imparte a un grupo de madres un breve curso de cómo alimentar bien a los niños, a la entrada del hospital Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUna mujer con su bebé, ante la mesa donde se registra a los pacientes en el hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro GarcíaUn padre junto a su hijo, sobre una cama del hospital de Trocaire, en Dolow.Álvaro García
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