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Preservativos y píldoras para garantizar el derecho a la salud

Un 29% de las laosianas que querrían usar métodos anticonceptivos no ven su necesidad satisfecha, la mayoría por desconocimiento, especialmente las jóvenes, o por dificultades de acceso a los servicios de planificación familiar en las zonas rurales

Los profesores de la escuela de Pangsa, al norte de Laos, han notado los efectos desde que los servicios de planificación familiar están disponibles en la clínica de la aldea. Ahora tienen 75 estudiantes. Hace tres años, aseguran que eran 200. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
La tasa de fertilidad en Laos es de 3,1 hijos por mujer, muy por debajo de los 6,2 que tenían en 1990. Pese a los progresos en la provisión de métodos anticonceptivos y formación en sexualidad detrás de esta reducción, los datos de la última encuesta nacional sobre el tema, de 2017, confirman que hay grupos y zonas a las que no les están llegando. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
Laos tiene 7,1 millones de habitantes. El 68% vive en zonas rurales, de difícil acceso y adonde los servicios de salud llegan con dificultad. De hecho, el 15% de la población vive en zonas incomunicadas, según el Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés), que apunta a esta circunstancia como uno de los principales escollos para garantizar servicios de planificación familiar a todas las mujeres y los jóvenes del país. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
Tam, de 25 años, está casada desde los 17 y tiene una niña de siete y un pequeño de tres. “Tomo la píldora desde hace tres años. Dos es suficiente, sería difícil económicamente mantener a más”. No desea tener más hijos porque no quiere que pasen hambre como ella y sus ocho hermanos cuando eran pequeños. Tam accede a un método anticonceptivo moderno porque la clínica está a 10 minutos a pie de su vivienda.Alejandra Agudo Lazareno
Kamban, de 36 años, es madre de una niña de ocho y un chico de 14. “No quiero más”. Dice que solo quiere dos hijos porque es su decisión, y que su precaria situación económica no tiene que ver. Ella opta, desde hace años, por la inyección como método anticonceptivo, pues dura tres meses. No ha probado los implantes porque ha escuchado historias negativas.Alejandra Agudo Lazareno
Aka e Iso están casados desde los 16 años. Hoy, con 34, tienen seis hijos de entre seis y 18 años, pero han decidido que no pueden tener más. “Soy campesino y con las tierras que tengo, no puedo criar a más”, explica el padre. "Yo pasé hambre de niño, no quiero eso para mis hijos”.Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
Iso es de una etnia que no habla laosiano y acude al hospital del distrito de Namor, en el norte de Laos, con su marido y su hijo pequeño, para que le pongan un implante anticonceptivo en el brazo derecho. Él traduce a su esposa las explicaciones de la enfermera. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
En el mismo hospital del distrito de Namor, en el norte de Laos, el UNFPA apoya un servicio de salud sexual y reproductiva para jóvenes. Pocos acuden a esta consulta, confiesa el director del centro, porque está alejado de los núcleos de población y la gente no se puede costear el desplazamiento. Na, de 27 años, ha venido por recomendación de sus amigas, pues tiene síntomas que indican que podría tener una infección vaginal. La doctora le ha recomendado usar condones hasta obtener los resultados de los análisis de sangre, y los test para el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
Na se lleva preservativos gratis de la consulta para jóvenes del hospital de Namor. Estos son donados por el UNFPA al sistema público de salud, para su distribución gratuita en los servicios de planificación familiar. Alejandra Agudo Lazareno
“La tasa de fertilidad es muy alta. Tienen vergüenza de hablar sobre sexualidad y por eso es tan importante que los jóvenes dispongan de estos servicios en los que no se sienten juzgados”, precisa Sally Sakulku, coordinadora del programa en la materia de UNFPA en Laos. En Odoumxay, la tasa de embarazo adolescente es de 105 hijos por cada 1.000 chicas entre 15 y 19 años, mientras que la media nacional es de 83.Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
La doctora Vanny Keopaseuth ve a unos tres o cuatro pacientes al día en la consulta de salud sexual para jóvenes del hospital provincial de Odoumxay, al norte de Laos. Un chico de 20 años espera a ser atendido porque ha mantenido relaciones sexuales inseguras después de haber bebido demasiado alcohol, relata. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)
Lo más común es que tengan clamidia o gonorrea, comenta la doctora. “Se emborrachan y se olvidan de usar preservativo”, afirma. Es el caso de su paciente en consulta. “Estoy preocupado. Por eso he venido. No quiero tener lo que aparece en las fotos”, dice sobre las impactantes imágenes de enfermedades de transmisión sexual en la consulta de Keopaseuth. Bobby Phoutthavanh Sisavath (UNFPA)